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4 de los 6 tronos principales del Olimpo son ocupados en el salón real.
Poseidón, Hera, Demeter y Hestia se encontraban hablando sobre las nuevas tecnologías que el hombre está desarrollando, hasta que las puertas del salón fueron abiertas de par en par, dejando a la vista a la hija de Hera hacerse paso, manteniendo bien en alto su mirada.

-Hija mía, ¿a qué se debe esta visita inesperada? -pregunta la diosa Hera mientras observa a su hija-

-Madre, si no hay ningún problema, quisiera poder hablar contigo a solas, por favor.

Hera observó con seriedad a su hija y luego observó a sus hermanos; Poseidón se levantó al igual que sus dos hermanas para salir de allí, diciendo que harían sus respectivos trabajos.
La sala quedó en silencio y Hera se acomodó mejor en su trono dando una señal a su hija para que dijera lo que tenga en mente.

-Madre, quiero saber tu veredicto, quiero saber tu verdad. -se acerca un poco mas- Mi hermanastra, la última de todos. ¿Realmente ama a su mujer? ¿Que pasa si es igual que papá? Un embustero que fue de cama en cama procreando hijos de aquí para allá. Dime madre, ¿en serio es capaz de dar un sacrificio por la ambrosía? Ya sabes lo que quiere no? Después de todo sigue siendo una guerrera tuya, la mejor de todas.

Llevándose una mano en el mentón, la diosa cerró los ojos y analizó con cautela las preguntas que su hija le acaba de decir. Siempre que puede ver a Chiho, la ve feliz al lado de su esposa, y ahora mucho más ya que dos semidioses hay llegado al mundo, aquello la intriga, quiere saber que poderes tendrán.
Suspirando un poco, abrió los ojos y observó a Hebe, notando su ceño fruncido y las mejillas levemente infladas mientras que tiene sus manos hechas en puños, ¿de verdad quiere saber?.

Haciéndole una señal para que se acerque, su hija acortó la distancia, ella se inclinó en su trono acercando su gran mano a Hebe, tocándole con su dedo índice la cabeza.
La diosa menor cerró los ojos cuando sintió el toque, viendo las infinidades de imágenes de Chiho y Momo demostrándose su amor verdadero, incluso imágenes de cuando aún estaban en la academia, lo que sucedió cuando se descontroló en la prueba para tener sus licencias provisionales, de cuando Yaoyorozu sacó a Chiho de ese mundo falso, todo pasó por la mente de la hija de Hera, provocando que tuviera un par de lágrimas traicioneras que se deslizan por sus mejillas. ¿Hace cuánto no veía un amor verdadero como aquel? Su padre había dejado que los años de felicidad que su familia había tenido se vaya al tacho ¿y ahora? Prefiere estar con una mortal que no cae tan fácil en sus seducciones, a Yumi la odia por recibir el amor de su padre y su madre no recibe nada.

El dedo de Hera se retiró de la cabeza de Hebe y Hera se acomodó de vuelta en su trono, observando a su hija con serenidad, esperando a escuchar alguna opinión o pensamiento.

-Madre... su amor...es como el tuyo con mi padre en esos años hermosos... -lagrimea un poco- ¿¡Por qué mi padre no puede amarte así?!.

-Tu padre es el pasado, cariño. -dice con seriedad para luego sonreír de manera sincera, sorprendiendo a la contraria- Ahora tengo a alguien que me da amor solo a mi...~ y yo se lo doy a él~ -se pone las manos en las mejillas y sonrie sonrojada con un brillo especial en los ojos-

Hebe por primera vez en años, pudo ver a su madre feliz como antes ¿quién es el que hizo traer de vuelta la alegría a Hera?.

Tomo una decisión, dio una leve reverencia y salió de allí para poder comenzar a caminar hacia el vórtice que la llevara al mundo mortal, pero antes deberá llevar consigo una cosa.

Un pequeño jarrón sellado con la ambrosía, el alimento de los dioses.

Cuando apenas el sol salía y los rayos de este se cuelan por su ventana, Chiho despertó de golpe cuando sintió una presencia extraña en su habitación

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Cuando apenas el sol salía y los rayos de este se cuelan por su ventana, Chiho despertó de golpe cuando sintió una presencia extraña en su habitación. Sentándose con cuidado, observó a quien estaba frente a su cama, con vestimenta celestial blanca con un jarrón de cerámica  pequeño en sus manos, mirando fijamente a la rubia.

-Tu... -anuncia primero la rubia pero es interrumpida-

-¿Que sacrificio ofreces por la ambrosía?. -dice con seriedad- Si quieres que tu mortal sea eterna, dime, ¿Que eres capaz de hacer? ¿Sacrificarías algo que ayuda a manejar tu poder por su inmortalidad?.

-Lo haré. -le mira y mira a Momo que sigue durmiendo- Soy capaz...de hacer lo que sea por ella y por mis hijos...

-Como arrancarte los brazos?. -pregunta una vez más-

Chiho sin dudar ni por un segundo alzó ambos brazos, asintiendo con un brillo esperanzado en su mirada. La oportunidad de la eternidad en su esposa estaba frente a ella y no iba a dejar que se le escapase, si debía ofrecer sus brazos como sacrificio, se los dará, no importa si le duele, lo hará.

Aquella forma en que Chiho no dudó ni por un segundo hizo que su corazón se oprimiera y se sintiera feliz por saber que aquella diosa que decidió quedarse en la tierra en vez de quedarse en el Olimpo ocupando su puesto, ahora estuviera ofreciendo lo pedido sin rechistar.

Suspiró un poco y observó el jarro para después acercarse y dárselo con delicadeza en las manos, haciendo que la ojiazul abriera los ojos con sorpresa, ¿no le cortará los brazos?. Su duda fue respondida cuando fijo su mirada sobre su hermanastra, notando a esta soltando un par de lágrimas gruesas.

-Tu...no dudaste ni por un segundo la petición, te cortarías los brazos por ella sin importar que... esa es una prueba de amor verdadero... uno genuino que hace tiempo no lo he visto...-se seca las lagrimas y sonrie feliz- Espero verlas juntas por mucho pero mucho tiempo, Chiho.

Dejando aún en un estado de sorpresa a la rubia, Hebe desapareció en un abrir y cerrar de ojos, dejando el jarro de Ambrosía en las manos de Chiho, la cual abrazó y sonrió con felicidad soltando unas lágrimas.
Miró a su esposa y está se encuentra recién despierta, mirando con curiosidad lo que la rubia tiene entre sus manos.

-Chiho, que es eso? -se endereza en su lugar cubriéndose con las sabanas ya que la única que tiene el sostén puesto es la contraria-

-Es algo que hará que estemos juntas por toda la eternidad, mi reina. -mira a la pelinegra y sonríe suavemente-

-Juntas por toda la eternidad? -sonrie y se acerca para observar el jarrón-

-Sí mi amor-apoya su frente con la de su esposa y sonríe feliz- eso cumplirá ~...

Una inmortalidad que dará felicidad a una pareja de diosa y mortal.

Una inmortalidad que dará felicidad a una pareja de diosa y mortal

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⚡Zeus Daugther⚡||BokunoHero||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora