•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shots

𝑴𝒊𝒌𝒆 𝒁𝒂𝒄𝒉𝒂𝒓𝒊𝒂𝒔

—Por favor, Erwin. Mi escuadrón al completo ha muerto. Lo menos que podría hacer sería liderar uno, no estar al mando de un novato.

Caminaba tras el rubio, intentando hacerle entrar en razón.

—Solo será temporal, en cuanto encuentre a cadetes lo bastante preparados para estar en un escuadrón, te lo haré saber. Por el momento, confío en Mike para liderarte.

—¡No necesito que nadie me lidere! ¡Apenas lleva un mes siendo jefe de escuadrón!

Erwin se paró de pronto, ya había llegado a su despacho. Paré a tiempo para no chocarme con él.

—Buenos días, Mike.

Me asomé desde la espalda de Erwin y vi al nombrado, esperando junto a la puerta del despacho.

—Entrad, por favor —dijo señalando la puerta abierta.

Entré enfadada y avergonzada. Había sido muy ruda, pero no quería ser liderada por él.

—Como ya habrás podido saber, incluiré a [Tn] en tu escuadrón. Sólo será por un tiempo —dijo sentándose tras su escritorio.

—Comandante, no tengo bastante experiencia como...

—Confío en ti, Mike. Intentaré que el tiempo sea el menor posible, solo pido vuestra cooperación. ¿Podrías presentar a tu nueva integrante al resto de tu escuadrón?

Bufé molesta y me levanté. Seguí a Mike hasta la parte trasera del cuartel.
Allí estaba su escuadrón preparando su equipo de maniobras.

—¿Esa es...? —escuché a un chico susurrar.

—La Mayor [Tn] se quedará en nuestro escuadrón durante un tiempo. Habrá otra expedición en unos días y necesitamos entrenar. Al tener a una veterana, podremos aprender más.

Rodé los ojos y esperé a que terminaran de alistarse.
Observé que no eran tan incompetentes como creía, pero no soportaba estar con novatos.

—Correremos hasta el bosque y allí pasaremos a equipo de maniobras —indicó Mike.

A pesar de no llevar mucho tiempo en el puesto, hablaba con cierta autoridad. Sus subordinados asintieron y comenzaron a correr a su orden. Yo no tuve más remedio que seguirles. Estaba atrás del grupo, que hablaba de vez en cuando mientras corrían. Mike se acercó a mi lentamente.

—Sé que estar con nosotros no te agrada, pero al menos podrías entrenar durante el tiempo que estés...

—¿Insinúa que no me esfuerzo?

—Solo digo que vamos demasiado lento...

—Tranquilo, he entendido su orden —dije cortante y aceleré mi ritmo, superando al grupo y dejándolo atrás cada vez más.

Al llegar al bosque, el escuadrón estaba demasiado lejos. Había sido controlada por mis emociones. Había perdido a mi escuadrón y eso solo aumentaba las ganas de demostrar que sus muertes no fueron en vano y las ganas de salvar al resto de la humanidad.

Mike fue el primero en llegar.

—Mayor, siento si le ha molestado...

—No es nada, ha sido mi culpa. Siento haberme adelantado sin avisar.

Cuando llegó el resto del escuadrón, Mike me los presentó como es debido. Había escuchado que era un hombre bastante callado, pero apenas lo noté.

Todos me recibieron con una sonrisa y me sentí mal por haberlos subestimado.

Pasamos al equipo de maniobras tridimensionales y entrenamos un par de horas en el bosque. Le enseñé algunas cosas a los novatos, pero no era nada que no supieran hacer. Agradecieron también los consejos de cómo gastar menos gas durante una expedición.

Todos estaban asombrados con mi experiencia, incluso Mike sonreía de vez en cuando.

Mike... no se había separado de mi lado en todo el día. De vez en cuando se agachaba un poco para olisquearme el cuello, lo que me ponía algo nerviosa.

El día acabó más rápido de lo que pensaba. Había entablado una buena relación con mi nuevo escuadrón.

Me dirigía a mi habitación cuando me crucé con Mike.

—Mayor, ¿tiene un momento?

Asentí y me señaló el comedor con la mano. Caminamos hasta una de las mesas y nos sentamos.

—Quería preguntarle cuál ha sido la impresión sobre mi escuadrón.

—Están bien formados, tenéis bastantes posibilidades de sobrevivir —intenté animar—. Has hecho un buen trabajo.

Sonrió mirando al suelo. Esa escena me enterneció.

Había muchos rumores sobre que era un hombre muy callado y reservado, que apenas sonreía y que intimidaba mucho. Pero yo solo había conocido su lado tierno.

—Em, ¿te puedo hacer una pregunta? —él asintió—, ¿por qué me olisqueas tanto?

Agachó su mirada avergonzado. Dio varias explicaciones que no entendí debido a la rapidez de sus palabras.

—... Además, hueles muy bien...

—Oh, gracias...

Seguimos hablando un rato hasta que nos dimos cuenta de que era bastante tarde. Ya no se escuchaba a nadie por los pasillos, todo estaba en silencio.

En algún momento, surgió el tema de la muerte de mi escuadrón. Él se disculpó, pero yo conté lo que pasó, quedando muy sensible.

—Por eso yo... no puedo...

—[Tn], no tienes que seguir hablando si no quieres...

Apoyé mi cabeza en mis manos y suspiré, dejando caer una lágrima, que rápidamente sequé.

—Yo... me iré ya a la cama.

Me levanté lentamente y cuando estaba pasando por la puerta, Mike me llamó. Me di la vuelta y sentí unos cálidos brazos rodeándome, haciendo que abrazara su pecho.
Una de sus manos presionó mi cabeza contra él, haciéndome sonrojar un poco.

Yo nunca he sido partidaria del contacto físico, pero ese abrazo realmente me gustó. Pasé mis brazos por debajo de los suyos para abrazarle. Mis manos se posaron en su espalda.
No dijimos nada, simplemente disfrutamos de la compañía del otro.

Sonaron unos pasos por el pasillo, seguido de una voz suave.

—Me gusta saber que ya os lleváis bien.

Nos separamos lentamente, sin quererlo realmente, para ver a Erwin con algunos documentos bajo el brazo y dos tazas de té en sus manos.

—Me dirigía a mi habitación, deberíais ir a dormir, mañana repasaremos la formación para largas distancias con los cadetes. Buenas noches —dijo sonriendo mientras se perdía al final del pasillo.

Le miré un poco sonrojada y me despedí de él.

No sabía por qué había cambiado ese aspecto de mí con él. Yo nunca había dado un abrazo a alguien que conocía tan poco. Nunca había dado un abrazo en general.

Mike me había hecho sentir bien después de tanto tiempo.
Realmente era una buena persona.