𝑴𝒐𝒃𝒍𝒊𝒕 𝑩𝒆𝒓𝒏𝒆𝒓

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—¡Mayor! ¡No haga eso!

Alcé la vista de mis papeles para ver como mi hermana se acercaba a unos de los titanes con los que experimentaba.

El titán la habría atrapado si no hubiera reaccionado tan rápido.

—Hange, no hagas más eso. Algún día vas a provocar que Moblit tenga un ataque al corazón.

Me acerqué a ellos con una sonrisa, provocando que el chico se sonrojara.
Sonreí aún más, victoriosa.

Sabía desde hace un tiempo que Moblit sentía algo por mí, ya que se le escapó a mi hermana durante una de nuestras charlas nocturnas en su despacho —que parecía más un laboratorio—. Desde ese día se me hizo más obvio que sentía algo por mí.

—Moblit, ¿puedes traer mi cuaderno? Me lo dejé en mi despacho.

—P-pero...

—Tranquilo —dije palmeando su hombro—, yo la vigilo.

Él se fue nervioso, dejándome con mi hermana.

—Querías hablar conmigo, ¿verdad?

—Si —respondió, alejándose del resto de sus ayudantes—, ¿piensas declararte?

—¿A Moblit? ¿Estás loca?

—Él si lo tiene pensado —dijo sonriendo ampliamente.

—¡¿Qué?!

Me indicó que bajara la voz y nos alejó un poco más.

—No lo hará muy pronto, pero dice que quiere confesar sus sentimientos, así que...

—Aquí tiene, Hange-san.

Moblit le tendió el cuaderno a la morena y ella me guiñó un ojo para luego irse, dejándome con él.

—H-hola —dijo sonriendo.

—¡Eso estuvo cerca! —dijo Hange, provocando que nuestra atención se centrara en ella.

—Perdona, debo vigilarla —dijo alejándose—. Mayor, acérquese a... ¡Cuidado!

Regresé a mi despacho para continuar con mis labores hasta la hora de la cena.

Llevé algo de comida a mi despacho y cuando terminé todo, fui al comedor.
Vi a mi hermana y Moblit en la misma mesa, pero cuando me acerqué, el chico se levantó y se fue.

—¿Dónde fue? —dije sentándome.

—Dijo que iría un rato a la taberna, volverá pronto, espero.

Esperé junto a ella en el comedor a que volviera, pero tardó bastante.
Cuando decidimos ir a buscarle, llegó un tipo que decía que un soldado se había desmayado por beber mucho.

—Será él...

—Ve tú —dijo la morena—. Es tu oportunidad, quizá si está borracho se declare.

—Pero no se acordará, Hange.

—Debes intentarlo —dijo dirigiéndose a la puerta.

—Hange, no me dejes sola... ¡Hange! —ya era tarde, se había ido.

Seguí al hombre unos minutos hasta llegar a la taberna.

—Muchas gracias —dije entrando y pasando mi mirada por el local.

Moblit estaba en una silla, con su cuerpo tirado sobre una mesa y una jarra en sus manos.
Agarré uno de sus hombros y lo levanté, cargando parte de su peso en mí.

Nos marchamos después de pagar al tabernero.
Las calles estaban vacías y tranquilas, y aunque había un poco de viento, no hacía frío.

Apenas dimos unos pasos fuera del edificio cuando Moblit recobró la consciencia.

—¿[Tn]? ¿Qué...?

—Tranquilo, solo te has pasado con la bebida. Te llevaré a tu habitación.

Él rio nervioso y se balanceó para luego acercarse más a mí.

—Gracias, [Tn] —susurró a mi oído.

Caminé algo más rápido por el nerviosismo, lo que provocó que él tropezara con sus pies y cayera al suelo, arrastrándome con él.
Quedé sobre él, mirando a sus ojos con un sonrojo sobre mis mejillas.

Hizo un pequeño sonido mientras me rodeaba con sus brazos, acercándome más a él.

—Moblit, hueles mucho a alcohol...

—Lo siento...

Me levanté y le ayudé a incorporarse.

—¿Sabes? —dijo cuando comenzamos a andar de nuevo—. Me alegro que seas tú quien me lleves a la cama...

—Oi, solo estoy...

—Era broma —rio con un sonrojo—. Me gusta estar a tu lado, [Tn]...

—Moblit, no sigas por ahí... Vas a decir cosas y luego no te acordarás...

—Pero aún así, las voy a decir.

Llegamos a la puerta trasera del cuartel y se apoyó en ella antes de que yo la abriera.

—Estoy muy mareado —dijo riendo.

—Venga, ya estamos cerca.

Entramos y me dirigí a su habitación.
Le dejé en la puerta y él la abrió, casi cayendo al suelo.

—Quiero decirte algo —dijo después de tirarse a la cama.

—Moblit, te dije que...

—Te quiero, [Tn].

Después de eso, movió un poco su cabeza sobre la almohada y se quedó dormido.

Dejé una pastilla y un vaso de agua en su mesita para su asegurada resaca por la mañana y me fui a mi habitación.

Al día siguiente, hablé con mi hermana y le conté lo ocurrido.
Mientras terminábamos nuestro desayuno, Moblit apareció con mala cara.

—¿Mala noche? —preguntó Hange con una sonrisa—. Come algo y tómate el día libre.

Después de esto, se fue para dejarme sola con él.

—Me llevaste ayer a mi habitación, ¿verdad?

—Si... ¿recuerdas algo de anoche? —pregunté preocupada.

—Yo... recuerdo algunas cosas.

—¿Como qué?

—Te d-dije que... te quería.

Eso era exactamente lo que me temía.

—Pero no me contestaste...

Alcé la mirada, sorprendida por su valentía.

—También me gustas, Moblit.

Esta vez, él fue el sorprendido.
Se emocionó, flexionando sus brazos y apretando sus puños, pero se arrepintió, ya que le dolió aún más la cabeza.

—Ve a tu habitación y descansa. Te llevaré la comida y pasaré un rato contigo por la tarde.

Sonrió algo sonrojado y nos despedimos.

Ese chico me provoca un ataque de diabetes cada vez que sonríe y se sonroja.

En este OS, parece que Moblit es borracho JAJAJAAJA
Pero si es canon que es uno de los que más bebe en el Cuerpo de Exploración, lo afirmó Isayama en una entrevista (lo vi por internet).

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora