𝑨𝒏𝒏𝒊𝒆 𝑳𝒆𝒐𝒏𝒉𝒂𝒓𝒕 𝑨𝑼

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Agarré la cinta y comencé a enrollarla en los nudillos y la palma de Mikasa. Terminé de vendar las manos de la mujer y le coloqué los guantes de boxeo rojos.

—Tu puedes, Mikasa.

Animé a mi hermana y ella sonrió. Se levantó de su asiento y salió de la habitación junto a su entrenador. Yo la seguí y me despedí de ella para dirigirme a las gradas.

Hoy, ella tenía un combate muy importante y yo estaba allí para apoyarla.
Yo me dirigí a la parte izquierda de las gradas, donde su novio estaba sentado en primera fila.

—Hola, Eren, ¿dónde está Armin? —saludé mientras me acercaba.

—Está comprando unas bebidas —dijo para luego señalar el sitio a su lado para que me sentara.

Justo cuando llegó el rubio, comenzó la presentación de las combatientes.
Apareció Mikasa. Su cabello negro estaba recogido en una coleta baja y su entrenador estaba tras ella, llevando su toalla y algunas cosas más. Caminó decidida sin apartar la mirada de su destino mientras parte del público la vitoreaba. Subió al ring y el hombre que la presentó agarró su muñeca para levantar su brazo, provocando más vítores.

Presentaron a la otra chica, aparentemente de llamaba Annie.

Miré casi sin interés hacia el otro lado del ring, viendo como una chica rubia y hermosa subía a él. Me quedé algo asombrada cuando pasó la mirada por el público y se quedó viéndome.

Sonrió de lado y apartó la vista para ver a Mikasa.

El combate comenzó, pero realmente no avanzaba. El público estaba desesperado meintras veía cómo pasaban las rondas y ninguna dejaba a la otra fuera de combate.
Las dos eran muy buenas y apenas se alcanzaban entre sí, provocando que se declarara un empate.

Cuando terminó, me acerqué al ring para ver a mi hermana. Estaba siendo atendida por su entrenador. Una de las pocas veces que Annie la golpeó, hizo que tuviera un pequeño moretón bajo el ojo.

—Ha sido muy duro —comentó Armin.

—¿Cómo estás? —dije Eren, bastante preocupado.

—Bien, pero esto no ha terminado. Algún día ella perderá y yo ganaré —dijo mirando a su enemiga, la cual tenía un pequeño corte en la ceja y en el labio.

Miré hacia la rubia y me llevé una sorpresa cuando me devolvió la mirada y sonrió un poco.

Volvió a su vestuario, una pequeña habitación donde se cambió de ropa. Yo me quedé con ella para hablar un poco, pero nos sorprendimos cuando alguien abrió la puerta y se quedó allí, mirando hacia el interior.

—Ha sido un buen combate —dijo Annie, con una pequeña sonrisa—. Aunque estaba claro que al final te tenía contra las cuerdas.

Mikasa se ató los cordones fuertemente y se levantó de su asiento, mirando hacia la chica.

Decidió no decir nada, solo se dirigió a la puerta y empujó un poco a la rubia cuando salió de la habitación.

Recogí las cosas de Mikasa para meterlas en la mochila e ir tras ella, pero una mano agarró mi hombro y me dio la vuelta.

Annie me miraba fijamente, a pocos centímetros de mí.

—Es una pena que la próxima vez que nos veamos vaya a ser cuando derrote a tu novia.

—Ella es mi hermana, y no perderá.

Alzó las cejas y se separó un poco. 

—No quisiera discutir más con una chica bonita. ¿Prefieres salir algún día?

Abrí los ojos con sorpresa y aparté la vista, con un leve sonrojo.

—Me t-tengo que ir —dije nerviosa cogiendo la mochila y saliendo por la puerta.

Desde ese día, me arrepentí mucho de no aceptar salir con ella. 
A menudo, me sorprendía pensando en ella, pero era imposible que la volviera a ver.
No sabía su apellido, su número ni dónde vivía.

Había pasado ya un mes desde ese combate cuando pasó algo que no podía creer.

Yo vivía en un apartamento que compartía con mi hermana, Eren y Armin; y esa semana me tocaba hacer la compra.

Paseaba por los pasillos del supermercado cuando vi a una chica rubia. Estaba bastante lejos, pero podía jurar que era Annie.

Me quise acercar, pero tenía mucha vergüenza, así que decidí pasar la oportunidad por segunda vez.
Me odié a mí misma mientras me alejaba para seguir con la compra.

Estaba empujando el carrito hasta que me choqué con alguien. Estaba tan distráida que no lo había visto.

—Perdona, yo...

Al ver a la persona, me quedé muda.

—¿Esto es una venganza por lo de tu hermana? —dijo Annie con una sonrisa.

Tartamudeé un poco hasta que me armé de valor.

—Hola, yo... ¿cómo estás?

—Bastante bien, solo estaba comprando cosas para la mudanza.

—¿Te mudas?

—Si, ahora vivo a unas calles de aquí. 

Quise contestar algo para seguir hablando, pero no pude articular palabra.

—Bueno, nos vemos...

—Espera —ella se giró de nuevo a mí y me miró curiosa—. ¿Puedes salir mañana? Es decir... ¿quieres salir mañana... conmigo?

Ella se sorprendió y contestó rápidamente.

—Claro, ¿me das tu número?

Asentí y sacó su móvil. Añadí un nuevo contacto con el nombre de [Tn].

—Bonito nombre —sonrió—, ¿hablamos luego?

Asentí y nos despedimos.

Unas horas más tarde, recibí un mensaje suyo.

Hola, ¿te viene bien mañana a las siete?

Sonreí y le contesté ilusionada.

Ahora solo debía pensar cómo decirle esto a mi hermana.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora