𝑬𝒓𝒆𝒏 𝑱𝒂𝒆𝒈𝒆𝒓

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Realmente era un asco esto de hacer tareas.

Los reclutas de la división 104 eran muy trabajadores y siempre acataban las órdenes.
Yo era la excepción.

Odiaba hacer cualquier cosa que no fuera entrenarme físicamente.
Todos mis compañeros lo sabían, por eso siempre que me tocaba hacer alguna tarea, se escabullían para no encontrarse conmigo, aunque en realidad eran mis amigos y nos llevábamos bien.

Sin embargo, hoy le tocó a Eren hacer las tareas conmigo y no tuvo escapatoria.

—¿[T-tn]?

—¿Qué quieres? —respondí borde.

Al segundo me sentí mal. Él no tenía la culpa.

—Ya he terminado de limpiar los establos, ¿te ayudo con los caballos?

—Si, muchas gracias —dije algo más amable.

Se acercó temeroso y agarró un cepillo para comenzar a peinar al mismo caballo que yo, solo que por el otro lado.

—¿Sabes? He e-estado pensando y creo que deberíamos salir algún día.

Asomé mi cabeza por el lomo del animal y él se sonrojó.

—¡Quiero decir que sería divertido salir todos juntos! Con los demás y eso... Ir un rato a la ciudad... ya sabes.

Dios, estaba demasiado nervioso.

—Claro, no veo por qué no.

Él suspiró y siguió ayudándome con mi tarea.

Terminamos un poco después, justo cuando sonó la campana que anunciaba la hora de la cena.

Al entrar en el comedor y caminar hacia una mesa vacía, choqué con alguien.

—Lo siento —dije de inmediato.

—Oi, eres tú... ¿Qué tal hoy, Eren? —dijo desviando la vista de mí—. He oído que has tenido que hacer tareas con esta odiosa.

Todos sabían que a Jean le gustaba meterse con Eren, pero adoraba aún más molestarme a mí.

—Oi, ¿pero qué estás-? —saltó Eren.

Antes de comenzar una pelea, aparecieron Armin y Mikasa, quienes nos alejaron rápidamente y nos sentaron en una mesa muy alejada del bicolor.

Comencé a engullir la comida, cabreada.
Cuando sacié mi hambre, pude hablar tranquilamente.

—Eren dijo que podríamos ir algún día a la ciudad, ¿qué día iremos? —dije con mi cabeza apoyada en una de mis manos sobre la mesa.

Armin miró nervioso a Mikasa y a Eren.

—¿Este fin de semana? Nos dan un día libre.

—Creo que Mikasa y yo no podemos —dijo Armin—. Lo siento.

—Pero-

Fui interrumpida por la campana, que sonaba de nuevo para anunciar la retirada de los cadetes del comedor.

Volví a la cabaña de las chicas con Mikasa, quien me explicó porque Armin y ella no podían ir a la ciudad este fin de semana.

—Bueno, podemos ir otro..

—¡No! Tranquila, puedes ir con Eren y en el próximo permiso que nos den podremos ir los cuatro juntos —sonrió.

Después de eso cambió de tema.
Hoy todos estaban muy raros.

Cuando llegó el fin de semana, Eren apareció en la cabaña de las chicas, demasiado arreglado.

—¿Qué haces así vestido? —dije, sacudiendo el pantalón mientras salía por la puerta.

—Yo...

—Querías estar guapo por si ligas en la cuidad, ¿eh?

—¿También vais a la ciudad? —escuchamos una voz a unos pasos de distancia.

Marco y Jean caminaban hacia la salida del cuartel.

—Si —dijo Eren, claramente molesto de ver a Jean.

—Podríamos ir juntos —sugirió Marco.

Aceptamos y los cuatro caminamos juntos hacia la ciudad.
Marco y yo intentamos meter a Jean o Eren en la conversación, pero estaban demasiado ocupados odiando internamente al otro.

Llegamos a la ciudad y paseamos por ella, viendo algunas tiendas.

—Oi, Eren —le llamé—, ¿no querías entrar aquí?

—Yo también quiero —afirmó Marco.

Ambos morenos entraron, dejándome sola con Jean.

—¿Qué te pasa? Tienes peor cara de lo normal.

Me miró mal y suspiró, sacando las manos de sus bolsillos y pasándolas por su pelo.

—Vosotros dos, idiotas, habéis arruinado mi día con Marco.

Pensé unos segundos y sonreí al razonar las intenciones de Jean.

—Así que te gusta...

Los chicos volvieron y me obligué a para la conversación.
Eren incluso sonreía, pero volvió a su estado de enfado al ver a Jean.

—Creo que Eren y yo iremos a tomar algo y luego nos marcharemos al cuartel de nuevo —dije, mirando a Jean con una mirada cómplice.

—Oi, pero yo...

—Deja que ella mande, Eren —dijo Jean. Realmente creí que Eren iba a golpearlo, pero se dio la vuelta y comenzó a caminar.

—Adiós, chicos —me despedí y corrí tras el moreno.

—¿Por qué te quieres marchar ya? ¿Es por mi culpa? Siento haber comportado...

—No es por ti, solo quería dejarles un rato solos —sonreí.

Agarré su brazo y lo llevé hacia una taberna cercana para tomar algo antes de volver.
Pasamos un buen rato, hasta que se hizo tarde.

Volvimos hacia el cuartel, viendo cómo el cielo cambiaba de color conforme el sol se escondía.
Eren, sin embargo, miraba a las murallas.

—Ojalá algún día podamos salir, ¿verdad?

Él se sorprendió de que dijera exactamente lo que pensaba y apartó la vista, sonrojado.

—Me gustaría decirte algo, [Tn].

Esperé mientras él tomaba aire, también reuniendo valor para hablar.

—Mi sueño es liberar a la humanidad de los titanes y todo eso, pero tengo otro sueño, el cual descubrí hace poco.

—¿De qué se trata?

—Yo... deseo explorar el mundo exterior junto... a ti.

Sus palabras me sorprendieron, lo dijo con tanta sinceridad que me sonrojé.

—Yo... también lo deseo.

Se sonrojó y apartó la vista.
Aún seguimos andando cuando noté que tomaba mi mano.
La agarré con fuerza y no hizo falta decir nada más.
O eso pensaba.

—Te quiero —dijo, demasiado seguro de sí mismo como para ser una broma.

Sonreí y le miré.
Él solo tenía la vista al frente y un fuerte sonrojo en sus mejillas.

—Yo también —dije empujándolo un poco con el hombro.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora