∆Connie Springer∆

7.3K 535 178
                                    

—¿Y bien? —dijo Hange emocionada.

—Me ha tocado a —reí antes de seguir—, a... Connie.

Miré a Connie y mordí mi labio antes de reír a carcajadas con él. Sasha y Jean también se unieron hasta que limpié una lágrima de mi mejilla y le miré. Hubo un momento incómodo en el cual nos miramos sin decir nada.

—Si, muy gracioso, pero vamos.

Jean nos empujó un poco para que comenzáramos a andar hasta el almacén de equipamiento junto a las cabañas. Era un sitio estrecho, pero podríamos caber perfectamente.

—Después de ti —dijo Connie haciendo una falsa reverencia.

Reí y empujé su cabeza, lo que hizo que tropezara. Entré y me di la vuelta, viendo como Connie era empujado por el bicolor. 

Al cerrar la puerta, la luz desapareció del lugar. Connie alzó las manos y alcanzó mi vientre.

—Creo que me he quedado ciego —bromeó.

—¡Quita tus manos de ahí, me haces cosquillas! —dije riendo.

Rió y apartó sus manos. Estuvimos unos segundos en silencio hasta que noté un cosquilleo en mi brazo.

—Para.

—¿Qué?

Seguí notando como el cosquilleo seguía y suspiré.

—Te dije que pararas, no me gusta que me hagas cosquillas.

—No sé de que hablas, idiota.

Alcé mi brazo y vi un borrón negro que se movió por mi brazo lentamente.

Grité y agité mi brazo. Connie gritó conmigo y se agachó. Se levantó asustado y me abrazó.

—¿Eso era una araña? ¡¿Dónde está?!

—¡No lo sé!

Escuchamos las risas de nuestros compañeros fuera. Tras unos segundos me di cuenta que aún seguíamos abrazados.

No protesté hasta que se apartó sonrojado. Colocó sus manos a cada lado de sus caderas y miró hacia otro lado.

Supe que estaba algo tenso y quise que se relajara.

—¿Te acuerdas cuando fuimos a robar comida con Sasha? ¡Fue...!

—¿Puedo preguntarte algo? —preguntó directo.

—Si...

Me había dejado impactada, nunca le había escuchado hablar tan serio como ahora.

—Quiero que seas sincera, por mi bien... ¿qué soy para ti?

Se me cortó la respiración y tosí, intentando recomponerme. Tardé unos segundos en recapacitar.

Eres mi alma gemela —pensé.

No podía decirle eso, no podía arruinar nuestra amistad. Era cierto que desde hacía tiempo sentía algo por él. El modo en el que bromeábamos de todo, el tiempo que pasábamos juntos, su risa... me volvía loca estar a su lado y lo intentaba ocultar con bromas y humor.

—¿[Tn]? 

—Yo... no sé que decir.

Rió amargamente y desvió la mirada.

—Lo sabía...

—¿El qué?

—No quería hacerme ilusiones porque sabía que una chica como tú no podría sentir algo por...

—¿Qué dices? ¿Sientes algo por mí?

Llevó una de sus manos a su cabeza y se golpeó. Suspiró y volvió a mirarme.

—Si, pero como no sientes nada por mí, dejaré pasar mis sentimientos y... ¡¿qué haces?! —gritó agudamente.

Me había agachado para abrazarle y reír levemente. Sabía que nuestros compañeros habían malinterpretado ese grito y se reían a causa de ello.

—Te quiero, Connie. Me haces muy feliz.

Noté como hinchaba su pecho de aire antes de gritar.

—¡Si! ¡Si! ¡Si! —repitió feliz mientras correspondía mi abrazo. Escuché algunas risas nerviosas desde afuera.

Se separó un poco y comenzó a besar mis mejillas repetidamente. 

—¿Puedo... besarte? —susurró, como si fuera algo prohibido.

Asentí y acerqué mis labios a los suyos. Fue un beso rápido, noté que él estaba muy nervioso, así que acuné su rostro en mis manos y abrí un poco mi boca antes de besarle lentamente. Nuestra saliva se juntó, haciendo un ruido obsceno. 

Sonreí cuando bajé mis besos por su cuello.

—¿[Tn], qué...? ¡Ah!

Comencé a hacerle cosquillas en sus zonas más sensibles, las cuales sabía perfectamente.

Movía su cuerpo intentando escapar de mí, pero mis manos agarraban sus costados mientras movía mis dedos. Contuvo su risa, pero terminó cediendo.

—¡Oi, oi, oi, oi! —dijo rápidamente y al intentar reprimir su risa, sonó más como un gemido.

Le miré sonrojada y comencé a reír. Él también rió nervioso.

Paré de hacerle cosquillas y me quedé abrazada a él.

—No me puedo creer que te haya besado...

—Oi, yo te besé. Tú estabas...

—¡Ni hablar!

Se separó, posó una mano en mi espalda para acercarme a él y la otra en mi nuca, acercándome a sus labios. Me besó por sorpresa, pero no me quejé lo más mínimo. Sonreí durante el beso y pasé mis manos por su corto pelo.

Nos separamos para respirar y reímos.

—Me gusta esto —dije dándole un corto beso en la mejilla.

La mano que estaba en mi espalda se movió hasta mi cintura. Movió su pulgar para acariciarla y se acercó a mi oído.

—Me encantas —susurró. Ante esto mis piernas temblaron—. Eres la mejor persona que he conocido y... estás loca si piensas que no te lo voy a devolver.

Fruncí el ceño y ladeé la cabeza, no entendí lo que quiso decir. Sus manos se colaron por debajo de mi camiseta y jadeé ante su frío tacto. Supe a qué se refería cuando comenzó a hacerme cosquillas.

—¡Connie!

Reí bajo, conteniendo el ataque de risa que estaba provocando. Se acercó de nuevo a mi oído.

—¿Quieres hacer una broma?

—Siempre —reí.

Escuchamos unas pisadas lejanas y siguió haciéndome cosquilla, pasando sus dedos por mi vientre y costados.

—Te gusta, ¿verdad? Te toco en los lugares correctos —dijo alzando la voz.

Supe de inmediato qué pretendía y le seguí el juego.

—¡Si! —dije conteniendo la risa y agarrando sus muñecas para intentar que parara—. Me estás volviendo loca, ¡ah!

La puerta se abrió y vimos a Jean con una cara algo rara. Se relajó al ver que solo estaba haciéndome cosquillas.

—Qué tonto eres —insultó suspirando.

—Te lo has tragado, ¿no? —rió saliendo de la pequeña habitación.

—Eso es lo único que habéis hecho ahí, hacer bromas, ¿o me equivoco? —se burló el bicolor.

Salí y le abracé por los hombros. Sonreí pícara y besé los labios de Connie rápidamente.

—Te equivocas, caballo.

Caminé hasta el grupo, que nos miraban divertidos por la escena.

Pasamos el resto de la noche haciendo algunas bromas y riendo de las caras de nuestros compañeros al saber con quién deberían pasar los siete minutos.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora