•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shots

𝑴𝒊𝒌𝒆 𝒁𝒂𝒄𝒉𝒂𝒓𝒊𝒂𝒔 🔥

ESTE CAPÍTULO CONTIENE PARTES DE SMUT (sexo explícito). NO ESTÁS OBLIGADO/A A LEERLO

Después de este aviso, os dejo con el capítulo 😉

Fueron pequeñas acciones lo que me hicieron sospechar sobre mis sentimientos hacia mi actual jefe de escuadrón.

Llevábamos años siendo compañeros, casi tanto como él y Erwin, pero nuestra relación era diferente en cierto modo.

Todo empezó hace unos meses, cuando estaba revisando un mapa durante una expedición. 
Mi escuadrón, el de Mike y algunos más nos habíamos refugiado en unas casas abandonadas del interior del Muro María. Caminaba por un pasillo cuando me paré para intentar descifrar hacia dónde debíamos ir.

Sentí una presencia a mi espalda y un brazo pasó por mi hombro, un dedo señaló una parte del mapa.

—Por aquí —dijo una voz áspera.

Ladeé mi cabeza, viendo el perfil de Mike. Me puse nerviosa por la cercanía y asentí.

—Gracias —sonreí y fui a reunirme con mi escuadrón.

Poco después, perdí a mi escuadrón, quedando integrada en el de Mike. No me podía quejar, tenía una buena relación con todos. 

Nuestros encuentros eran cada vez más frecuentes, su proximidad siempre me ponía nerviosa aunque no lo aparentaba.

—¿Sientes algo por Mike?

Las palabras de Nanaba resonaban en mi mente mientras me dirigía a las cocinas para tomar un poco de té ya que no podía dormir.

Sin darme cuenta, acabé frente a la habitación de Mike. Por pensar tanto en él acabé allí inconscientemente.

Me dirigí con un sonrojo hacia mi habitación cuando alguien me llamó.

—Oi, [Tn].

Mike se acercaba por el pasillo, con una mirada decidida y una pequeña sonrisa.

—Y-yo...

—Te has parado frente a mí habitación...

—Yo... no era nada, sólo estaba pensando y... en realidad voy a por un poco de té.

—Te acompañaré.

Caminamos un poco en silencio cuando decidí romperlo.

—¿Seguías haciendo el papeleo?

—Estaba ayudando a Erwin, pronto habrá una nueva expedición.

Hablamos poco, solo algunas frases sueltas hasta que llegamos al comedor. Preparé el té mientras Mike preparaba las tazas.

—¿Y qué haces despierta? Creí que te fuiste a dormir después de cenar.

—No podía dormir.

—¿Estás bien? Llevas unas semanas sin dormir bien —dijo apoyándose en la encimera y mirándome, bastante cerca de mí.

Me puse algo nerviosa y tragué saliva.

—Si, estoy bien. ¿Y cómo es que sabes que no duermo bien?

—Se nota, me fijo bien en mi escuadrón, ¿sabes?

La pequeña sonrisa al decir eso, su tono y nuestra proximidad hicieron que mi corazón fuera más rápido.

Nos sentamos junto a una de las mesas del comedor y él acercó bastante su silla a la mía.

Tomamos el té en silencio hasta que quise hacer una pregunta.
Llevaba un tiempo sintiéndome distinta con Mike y quería saber si él también.