•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shots

∆Eren Jaeger∆

—¿Y bien? —dijo Hange emocionada.

—Me ha tocado a... Eren. 

Miré al moreno, quien estaba demasiado ocupado mirando al suelo con la mirada perdida. Alzó su vista esmeralda y se encontró conmigo. Sentí mis mejillas arder cuando se levantó y se dirigió a mí.

Armin y Mikasa se miraban con una sonrisa cómplice, cosa que me confundió bastante.

—Vamos, Eren —animó Reiner.

—Buena suerte, [Tn]. No creo que lo aguantes ni dos minutos ahí dentro —se burló Jean.

—Cállate —dijo Eren a la defensiva.

Me dirigí tímidamente hasta el almacén de equipamiento que estaba junto a las cabañas.
Él entró decidido y yo no tuve más remedio que entrar.

—Tranquila, te rescataré en siete minutos —dijo Jean antes de cerrar la puerta.

No pude ver nada por unos segundos, pero supe que Eren tenía el ceño fruncido.

—No aguanto a ese idiota. Se cree muy valiente, pero no lo es. Con sus habilidades debería ir al Cuerpo de Exploración, no ir a la seguridad de Ciudad Interior.

—Lo sé, pero una vida segura resulta muy tentadora...

No iba a mentir, hasta yo había pensado en ir a la Policía Militar, por eso me estaba esforzando más en los entrenamientos.

Entré en la instrucción con la idea de salvar a la humanidad de los titanes, pero no pude conservar mi valía por mucho tiempo.

—Tú no... No irás a la Policía Militar, ¿verdad? —su voz expresaba preocupación, pero yo lo estaba más. No sabía cómo decirle a mi mejor amigo que nuestros caminos se iban a separar.

—Yo... lo he estado pensando y... es una posibilidad, Eren.

—¿Qué? ¿Acaso olvidaste el objetivo por el cual te alistaste? —dijo alzando la voz—. Es ridículo.

—Debes respetar mi decisión, Eren.

—Esa decisión es estúpida. ¿Crees que los titanes no llegarán también al Muro Sina? ¡Hay que detenerlos cuanto antes!

—Lo sé, pero...

—¡Con tus habilidades, deberías ir al Cuerpo de Exploración! ¡Mikasa y Armin no podrán vivir sin ti! ¡Yo no podré vivir sin ti!

Me sorprendió lo que dijo, pero decidí no malinterpretarlo.

—Eren, tengo miedo de los titanes...

—Yo también tengo miedo, todos tenemos miedo. Hay que superarlo y ayudar a que la humanidad no de un paso atrás.

Mis ojos se cristalizaron. Me sentía muy culpable por mi decisión, no me hacía falta que Eren me lo restregara por la cara.
Yo estaría en el interior del Muro Sina mientras ellos se jugaban sus vidas...

—Lo siento —dije con la voz temblorosa.

Sentí sus brazos alrededor de mí y me abrazó. Me quedé paralizada.

Creí que me odiaba por mi decisión, y ese abrazo solo me confundía más.

—Siento haberte gritado...

—¿No estás enfadado?

—¿Enfadado? No, no es eso. Yo solo... no me imagino un futuro sin ti.

Mi corazón latió más rápido y me quedé sin respiración.

—¿A qué te refieres? —quise aclarar para no hacerme ilusiones.

Hacía tiempo que estaba enamorada de Eren. Desde que tuvo que refugiarse en el Muro Rose hemos estado juntos. Forjé una amistad con Armin, Mikasa y Eren cuando los vi. Les ofrecí un lugar en mi casa, ya que ellos se habían quedado sin nada.

Habían sido las personas más importantes de mi vida y mis sentimientos hacia Eren surgieron rápidamente.

Cuando me enteré de que iban a alistarse al ejército, quise ir con ellos. No quería dejarles.

Eren me sacó de mis pensamientos cuando se acercó más a mí, rozando su nariz con la mía.

—No puedo separarme de ti porque te quiero.

Esa era la última respuesta que me esperaba del moreno.
No pude moverme mientras él acercaba sus manos a mi cintura y me atraía a él.
Sus labios se posaron suavemente sobre mi mejilla y se separó.

Sentí que el corazón se me iba a salir del pecho y que mis mejillas iban a arder con combustión espontánea.

—¿Qué sientes por mí? —susurró a mi oído.

—Yo... te quiero, Eren.

Sonrió y apoyó la frente en mi hombro.
Su respiración estaba más calmada, pero seguía con la culpa en mi pecho.

—Siento haberte gritado antes, estaba...

—Tienes razón, debería unirme al Cuerpo de Exploración. Es...

—No, es peligroso y quiero que estés a salvo.

—¿Eres estúpido? Ahora que sé que te gusto no puedo dejarte a tu suerte, eres un maldito suicida y si te separas de Armin o Mikasa acabarás en la boca de un titán.

Me abrazó y suspiró.

—Hagas lo que hagas... quiero que estés a salvo. Yo me encargaré si es necesario.

Debido a su convicción, no se dio cuenta de lo cerca que estaban nuestros labios. Suspiré antes de unirlos en un suave beso.

La puerta se abrió y pudimos ver a Jean.

—Oi, que asco —dijo rodando los ojos y volviendo con nuestros compañeros.

Cogí la mano de Eren y salimos de allí.
Pasamos la noche juntos. Yo estaba sentada en el suelo con los brazos sobre las piernas de Eren y mi cabeza sobre su muslo. Mi espalda estaba apoyada en una de sus piernas y de vez en cuando alcanzaba su mano y la acariciaba.

Estaba decidida a seguir a mis amigos donde sea que fueran. Debía hacerlo.