•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shots

𝑬𝒓𝒆𝒏 𝑱𝒂𝒆𝒈𝒆𝒓

Aparté la vista sorprendida, eso era una locura.

Era cierto que el Titán Bestia nos tenía acorralados, pero hacer una carga suicida no era la mejor opción. 
Finalmente, mi padre convenció al resto de soldados, que no estaban muy a la labor de dirigirse hacia su muerte.

Dejó a los soldados un momento para asimilarlo todo y Erwin me indicó que le siguiera.
Cuando estuvimos algo lejos, posó su mano sobre uno de mis hombros.

—[Tn], tú...

—No pienso quedarme aquí, iré con vosotros.

Él abrió sus ojos y alzó las cejas, sorprendido.

—Ni hablar—intervino Levi—, es...

—Levi, tú no has visto todo desde arriba del muro... Al otro lado no están mucho mejor que aquí, no puedo quedarme quieta.

Cada palabra que decía me dolía aún más, sabiendo que dejaría atrás a personas muy importantes para mí.

—[Tn], te quedarás aquí, es una orden.

—¿Y qué haré después? ¿Esperar a que alguien venga a recogerme? Ya no soy una niña, me he convertido en una soldado y será un honor entregar mi corazón.

Después de varios minutos de discusión, acabaron cediendo, aunque seguían enfadados.

—Aún estás a tiempo de ponerte a salvo, pequeña —dijo Erwin mientras arreglaba su silla de montar.

—Estoy lista, papá —dije ayudándole, ya que era difícil hacerlo con un brazo.

Él me miró con ternura y me atrajo hacia él para abrazarme.

A unos pasos de distancia estaba Levi, que no dejaba de mirar al suelo mientras jugaba con el broche de su capa.

—Oi, ¿puedo pedirte un favor?

—¿Qué necesitas?

—Entrégale esto a Eren —dije tendiéndole una pequeña carta.

—¿Al... mocoso? Estás loca —dijo cogiéndola y acercándose a Erwin—. Me pongo en marcha, ¿estáis listos?

El rubio asintió y yo me dirigí a mi caballo y unos segundos después, el Comandante ya estaba a mi lado.

Alzó su mano y acarició mi mejilla antes de ordenar al resto de soldados comenzar la carga.

Los caballos corrieron al máximo mientras muestro Comandante gritaba, animando a seguir adelante.

Las piedras que lanzó el Titán Bestia comenzaron a alcanzar a los soldados, masacrando a nuestras tropas.

Seguí adelante, incluso cuando vi el caballo blanco de mi padre tropezar y la sangre salpicar a mi lado.

—Entregaré mi corazón —susurré cuando vi una gran roca acercarse a mí por el aire.

En ese momento, mi vida pasó frente a mis ojos, literalmente.
Aunque más bien fueron recuerdos aleatorios que me marcaron.

•••

Primero, era una cría, quizá con doce años y esperaba impaciente el regreso del Cuerpo de Exploración.
Corrí a abrazar a mi padre, que sonrió un poco al verme.

—Me alegro de que hayas vuelto, papá —dije cuando me abrazó, elevándome del suelo.

Apareció Levi y sustituyó al rubio, cargándome hasta el interior del edificio.

En el siguiente recuerdo, tenía unos años más y había entrado en la instrucción.
Estaba conociendo a mis compañeros.

—Soy [Tn] Smith, un gusto —dije saludando a una chica que se sentó a mi lado durante la comida.

—¿Smith? ¿Como el Comandante del Cuerpo de Exploración? —dijo un chico rubio a su lado.

—Exacto, es mi padre —dije con una sonrisa tímida.

—¡Eso es genial! ¿Sabes? Yo iré al Cuerpo de Exploración cuando termine la instrucción —dijo el otro chico a su lado—. Soy Eren, por cierto.

Hablamos un poco y poco a poco nos hicimos amigos.

Tuve imágenes aleatorias del resto de la institución donde aparecían el resto de los compañeros.

Algunas me llenaron el corazón y otras simplemente me hicieron rabiar.

Volvió otro recuerdo, esta vez del último año de instrucción.

Hace poco se había hecho una expedición y salió muy mal. No había tenido noticia de mi padre desde que salió y no podía estar calmada.

Después de cenar me escapé al bosque para estar un rato sola.

Encontré un pequeño claro que me dejaba ver el cielo despejado. Me tumbé, intentando calmar mis pensamientos.

—Oi, ¿qué pasa?

Desvié la vista y vi a Eren entre los árboles, dirigiéndose a mí.

—Nada, solo estoy preocupada e intento tranquilizarme.

—La expedición, ¿cierto?

Se sentó a mi lado y asentí.
Me incorporé sobre mis codos y le miré. Él estiró sus piernas, puso sus manos detrás de él y ladeó la cabeza para verme.

—Tranquila, seguro que está bien —dijo con una pequeña sonrisa.

Su tono y su expresión me calmaron de alguna manera. Además, me hicieron sentir algo en lo más profundo de mí.

Ese sentimiento se hizo cada vez más presente, provocando que me pusiera nerviosa la verle o incluso plantearme si me gustaba Eren.

El siguiente recuerdo fue más reciente.
Nos dirigíamos hacia la reconquista del Muro María. Caminábamos de noche por uno de los bosques, acercándonos más a nuestra muerte sin ser conscientes.

—¿Estás temblando? —pregunté a Eren.

Mikasa, Armin y el resto estaban unos metros por detrás, por lo que estábamos solos.

—¿Q-qué? ¡Claro que no!

—Es normal estar asustado, hasta tú tienes que estarlo alguna vez —reí.

Seguimos en silencio unos segundos, hasta que mi pecho comenzó a sentirse extraño, como cada vez que estaba a su lado.

—¿En qué piensas? Te ha supuesto roja —dijo alzando la linterna para verme mejor.

—En nada, solo... Si salimos de esta, recuérdame que te cuente un secreto.

—¿Por qué no ahora? —dijo indignado.

—Solo tienes que esperar un poco, impaciente —dije riendo mientras golpeaba su costado.

Me arrepentí mucho en ese momento de no habérselo dicho. Si hubiera sabido cómo acabaría todo, me habría confesado.

Por ello, escribí una pequeña confesión de amor y se la di a Levi para que llegara a Eren.
Sabía que Eren no moriría hoy, por supuesto Levi tampoco. Estaba segura de que mi mensaje llegaría a él.

Aún así, si solo hubiera sido un poco más valiente...

—Eren, lo sient-

Esas fueron mis últimas palabras antes de ser alcanzada por la gran piedra que se acercaba a mí.