𝑭𝒂𝒍𝒄𝒐 𝑮𝒓𝒊𝒄𝒆

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One Shot ambientado en el final del manga, posibles spoilers⚠️⚠️

Caminé por las calles de Marley, buscando a mi tío.

Después de lo que se llamó la lucha entre el cielo y la tierra, Marley quedó destruida.

Aunque ya había pasado un año de eso y se había reparado la mayor parte de la cuidad donde vivíamos.

—¡Tío! —grité cuando lo vi. 

Corrí hacia él, pero me paré cuando vi que no iba solo.

—Hola, [Tn]. Estos son unos amigos, se quedarán con nosotros.

Miré a sus supuestos amigos algo sorprendida.
Un hombre en silla de ruedas y dos adolescentes de mi edad.

—Ellos son Gabi y Falco. Y este es Levi —dijo poniendo una mano en el hombro del hombre.

—Encantada.

Sentí la mirada del pequeño rubio sobre mí, pero cuando le miré apartó la vista, con un leve sonrojo.

—¿Entonces vivirán con nosotros?

—Si no es molestia —dijo Levi.

—Para nada, hay espacio suficiente —dijo mi tío, comenzando a empujar la silla de ruedas para ir a casa.

—Ya lo llevo yo, Onyankopon —Falco se ofreció, con un sonrisa amable.

—Tch, odio no poder andar —se quejó el azabache.

Ya que el chico debía empujar la silla de ruedas, iba un poco más lento. 
Gabi estaba algo adelantada, cotilleando en los escaparates de algunas tiendas y Onyankopon se encargaba de que no se desviara del camino.

Yo caminaba junto a Falco, animándome mentalmente a hablar con él.

—Así que Onyankopon es tu tío, ¿no? —preguntó algo tímido.

—Si, durante el retumbar yo me encontraba en nuestra tierra natal, pero perdí a mis padres y... él se hizo cargo de mí.

—Oh... lo siento —susurró.

Pasaron unos minutos en los que estuvimos en silencio, hasta que llegamos a casa.

Es cierto que la casa no era del todo grande, pero si había habitaciones suficientes para todos.

—Sentíos como en vuestra casa.

—¿Queréis algo? —pregunté

—Un poco de té, gracias —dijo Levi.

Me dirigí a la cocina y tras escuchar unos susurros en la sala, Falco apareció en la puerta.

—Me han dicho que te ayude... ¿necesitas algo? —dijo tímido.

—¿Puedes alcanzarme las tazas? Yo pondré el agua a hervir.

Tuvo algo de dificultad para llegar, así que me acerqué.

—¿Necesitas ayuda?

—Casi las alcanzo...

Puse las manos en su cintura y lo elevé un poco. 
No se movió por la sorpresa, así que volví a dejarlo en el suelo.

—¿Estás bien? 

—S-si, perdona.

Volví a levantarle y unos segundos después le ayudé a dejar las tazas sobre la mesa.

Debido a nuestra timidez, nos quedamos en silencio hasta que el agua estuvo lista.
Volvimos a la sala, donde los dos hombres hablaban mientras Gabi cotilleaba por la habitación.

Nos sentamos frente a la mesa y comenzamos a hablar de algunas cosas.

Por la noche, todos fueron yéndose a sus habitaciones, pero yo me quedé en el sofá de la sala para leer, como hacia cada noche hasta que tuviera sueño.

—No te duermas tarde —se despidió mi tío, dándome un beso en la frente.

—Buenas noches —dije algo distraída.

Estaba tan sumergida en la lectura que no me di cuenta de que me llamaban hasta que una mano pasó frente mis ojos.

—¿[Tn]? ¿Estás bien? —dijo Falco.

—Si... Solo leía un poco. ¿Pasó algo?

Me sorprendió que siguiera levantado, ya que era algo tarde.

—No puedo dormir... Me preguntaba si podía quedarme un rato aquí contigo.

—Claro —dije incorporándome y apartando mis piernas para que él se sentara en el sofá.

Quise seguir con mi lectura, pero sentía que Falco estaba algo incómodo.

—¿Podrías... leer en voz alta? Solo si quieres.

—Si eso te ayuda a dormir...

Me acomodé a su lado y él se sonrojó un poco.

—Es un poco aburrido, lo acabo de empezar hoy.

—¿De qué va?

—Una chica de una familia rica tiene que casarse con un chico por conveniencia. Aún estoy leyendo el primer capítulo.

Murmuró que siguiera leyendo y cerró un poco los ojos.

Conforme avanzaba en la lectura, me daba cuenta que era más interesante de lo que creía.

La chica se había enamorado de la hermana del chico con el que debía casarse y tenían planeado escapar juntas.

—¡Lo sabía! Sabía que sentía algo por ella —dije entusiasmada, mirando hacia Falco.

Este ya estaba dormido. Su cabeza se deslizó hasta quedar sobre mi hombro.
Me sonrojé un poco y sonreí, volviendo mi mirada al libro.

Unos minutos después, comencé a sentirme cansada y antes de que pudiera ir a mi habitación, ya me había quedado dormida.

Desperté por unos susurros y la luz ya inundaba la sala.

Al abrir los ojos, vi que todos me miraban.

—Oh, ya has despertado —sonrió el de tez más oscura.

—¿Qué pasa? —pregunté aún desorientada.

Desvié mi mirada y vi que Falco seguía a mi lado, envolviendo mi cuerpo con sus brazos.

Me sonrojé y me moví, provocando que se despertara y viera la escena.

—Yo... Lo siento.

—No pasa nada.

Nos levantamos y fui a mi habitación para dejar el libro sobre mi mesa.
Suspiré y tapé mi cara con vergüenza.

Después de desayunar, decidimos pasear un poco por la ciudad.

Como el día anterior, me quedé con Falco mientras empujaba la silla de ruedas.

Apenas intercambiamos un par de palabras, hasta que Levi suspiró y nos miró.

—Se nota que hay algo entre vosotros dos. No perdáis el tiempo y empezad a hablar.

Agachamos la vista, avergonzados.

—Id a dar una vuelta vosotros solos, yo le diré a tu tío que volverás en un rato.

Falco sonrió al hombre y agarró mi mano para comenzar a caminar en la dirección contraria.

Levi se dirigió hacia Onyankopon y Gabi mientras nosotros llegábamos a una pequeña plaza para comprar unos helados.

Nos quedamos sentados en un banco, hablando de algunas cosas y simplemente pasándola bien.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora