•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shots

𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏

Dios, que calor.

Era un día tranquilo y muy caluroso en la cuartel de los escuadrones del Cuerpo de Exploración.

Los nuevos cadetes entrenaban con el equipo de maniobras en el bosque de al lado, mientras los altos cargos disfrutaban del aire libre.

Erwin estaba sentado. Su chaqueta reposaba en el respaldo del banco y había desabotonado un poco su camisa.
Miraba algunos papeles mientras Hange, a su lado, miraba al cielo, con las mangas de su camisa remangadas.

En cuanto a mi, estaba a la derecha de Erwin, dibujando en mi cuaderno.

Sin embargo, el enano con problemas de ira no paraba de entrenar.

Recién aterrizó a nuestro lado con su equipo de maniobras. Los cadetes llegaron tras él, todos jadeando por el esfuerzo, pero él estaba relajado.

—Deberías descansar, Levi —dijo Erwin con un tono tranquilo sin dejar de mirar sus papeles.

—Estoy ayudando a entrenar a los cadetes.

—Lo cierto es... —dijo uno de los cadetes acercándose al capitán—, es que nos vendría bien un descanso, Capitán.

Levi miró con desagrado al chico.

—Tsk, haced lo que queráis.

Levi se acercó al banco, donde había una pequeña bolsa de dónde sacó una camiseta de tirantes, la cual se puso, tras quitar su camisa sudada.

Al estar cerca de mi, cerré el cuaderno para que no viera mis dibujos.

—¿Quieres luchar un poco, Erwin?

Levi le preguntó al rubio, aún a mi lado. Estaba quitando las ataduras del arnés al compartimento de las espadas y el gas.

Los dejó en el suelo y se puso frente al comandante.

—Debo terminar de revisar esto. Pregúntale a Hange o a [Tn].

Desvió la mirada hacia ella. Yo también la vi, pero estaba totalmente dormida.

—¿Y tú, novata? Eres la nueva jefa de escuadrón, deberías saber combatir.

Fruncí el ceño y me levanté. Vi que Erwin golpeó a Hange para que no se perdiera la pelea.

—Vamos allá —dije con un tono divertido, aunque estaba bastante asustada. 

Nos alejamos un poco del banco, levanté mis brazos y agaché la cabeza, en posición de defensa.
Él fue el primero en atacar, alzando una pierna con la cual se impulsó para golpearme con la pierna contraria.

Caí al suelo y la respiración se me cortó por el dolor.

—¡Venga, [Tn]! ¡Machaca al enano! Si puedes...

Los cadetes se acercaron a la escena mientras yo me levantaba.
Pasé mi mano por la comisura de mis labios para limpiar la sangre y me dispuse a atacar.

Era imposible darle, se anticipaba a cada uno de mis ataques y los detenía.

Grité con un último esfuerzo de tirarle al suelo con una patada, pero agarró mi pierna y me empujó hacia adelante, acercándome a él.

—No estás a la altura...

Me puse nerviosa por su proximidad. Él se dio cuenta de los pocos centímetros que había entre nosotros y me empujó al suelo.

Mientras me levantaba, retrocedió un poco y movió su camiseta para secar el sudor.

Más personas se habían acercado para ver el combate, el cual estaba perdiendo.
Me quedé arrodillada en el suelo y miré a Erwin, quien había dejado sus papeles a un lado para centrarse en el combate. Sus antebrazos estaban apoyados en sus rodillas y sus cejas estaban fruncidas.