•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shots

𝑱𝒆𝒂𝒏 𝑲𝒊𝒓𝒔𝒕𝒆𝒊𝒏

—No te mueras hoy, idiota —dijo Jean.

—Tú tampoco —le respondí y sonreí para irme con mi equipo de maniobras.

Me habían asignado al escuadrón que protegería a Eren mientras movía la roca y tapaba la puerta de Trost.
Mientras Jean debía quedarse en el muro, atrayendo los titanes hacia las esquinas, con el resto de sus compañeros.

No pude parar de pensar en mis amigos, estaba demasiado preocupada por ellos.

—Debes concentrarte, estás demasiado distraída —dijo Mikasa mientras corríamos por encima de la muralla.

Asentí y miré al frente, tratando de convencerme de que estarían bien.

Después de algunos percances, me encargaron acabar con los titanes que se acercaban a la forma de titán de Eren.

Corté el punto débil de un titán de clase 13 cuando vi a Jean, corriendo fuera de una casa y sin su equipo de maniobras tridimensionales.

Me dirigí a él con una sonrisa, aliviada de que estuviera vivo. Mi latido aumentó al ver que un titán se acercaba a él.

No llegaría, estaba demasiado lejos. Para cuando estuviera allí, ya estaría en su boca.

Cuando iba a gritar de la impotencia al ver que extendía su mano hacia Jean, Marco apareció para atraer la vista del titán y unos segundos después, yo agarré a Jean, que tenía el equipo de maniobras de otro soldado en la mano.
Lo llevé hacia uno de los tejados cercanos.

Se apartó de mí y cayó al suelo, llevando sus manos a su cara.

—Pensé que no saldría vivo —dijo alzando la vista, con una pequeña sonrisa de alivio.

Su expresión cambió al verme. Yo tenía los ojos algo llorosos y una pequeña sonrisa.

Me dejé caer, quedando arrodillada frente a él. Me lancé hacia adelante para abrazarle.

—Estaba muy preocupada... Creía que...

—Tranquila, estoy bien.

Me separé y agarré sus hombros. Sin pensarlo realmente, me eché hacia adelante y le besé.

Me separé y le vi sonrojado. Mis mejillas también se tornaron rojas al darme cuenta de lo que había hecho.

—Deberíamos...

—Debería volver a mi posición, ten cuidado.

Me alejé con mi equipo de maniobras y seguí protegiendo a Eren.

Poco después, la misión de defensa de Trost había sido un éxito. La roca taponaba el agujero y poco a poco acabamos con los titanes que quedaban allí.

Aún así, había muchas bajas.
Incluso Marco no pudo sobrevivir.
La expresión de Jean hizo que se me rompiera el corazón.

Después de toda esa masacre, aún debíamos elegir el cuerpo militar en el que ingresaríamos.

Muchos no querían volver a ver un titán en su vida, pero yo debía unirme al Cuerpo de Exploración, de lo contrario no me lo perdonaría.

Finalmente, muchos otros cadetes de la tropa 104 se unieron al Cuerpo de Exploración.

Aunque era muy precipitado, poco tiempo después tuvimos una expedición al exterior.

—¿Alguien más está nervioso? —dijo Connie, mientras preparábamos nuestros caballos.

—Todos lo estamos, pero todo saldrá bien si nos ceñimos al plan —intentó calmarnos Armin

Alcé la mirada y vi que Jean ya se subía a su caballo y sonreía despreocupado.

—Venga, vámonos —dijo uno de nuestros superiores.

Unos minutos después, estábamos saliendo por la puerta de Karense, entrando en el territorio de titanes.

En la pequeña escuadra de la retaguardia donde yo estaba, nos encontrábamos Jean, uno de los superiores y yo.

Hubo algunos imprevistos y el Mayor tuvo que apoyar al flanco derecho, que estaba siendo atacado.

—¿Crees que estarán bien? —dije intentando ver más allá de los árboles que cruzábamos en ese momento.

—Seguro que si...

No quería expresarlo, pero estaba igual de preocupado que yo.

Agarré las riendas de mi caballo y seguimos avanzando hasta que un titán comenzó a acercarse rápidamente.

Siendo sincera, pasé bastante miedo cuando apareció ese titán. 
Parecía ser uno inteligente, ya que era más rápido que la mayoría y se dirigía al centro de la formación en lugar de prestar atención a los soldados que intentaban matarle.

Finalmente, el Comandante Erwin ordenó entrar en el bosque de los árboles gigantes.

La sección central entraría en él, mientras que los flancos se quedarían en la linde, protegiendo a los que habían entrado.

Tras un tiempo, el titán inteligente entró en el bosque y un equipo de apoyo fue tras él. Nos dimos cuenta de que los titanes nos estaban rodeando cuando comenzaron a escalar para alcanzarnos.

—Parece que quieren subir, deberíamos impedírselo —dijo una soldado algo mayor que nosotros. La había visto hablar con la Mayor Hange, el Mayor Mike y el Comandante algunas veces—. Vosotros dos, venid conmigo y cortad las manos de los que están escalando.

Giré mi cabeza y vi que Jean asintió.
Utilizamos nuestro equipo de maniobras tridimensionales para bajar un poco y comenzar a volar sobre las cabezas de los titanes, cortando aquí y allá.

Noté un pequeño cambio de peso en los arneses y miré hacia el lado.
Un titán había agarrado el alambre que me unía a un árbol cercano y tiró de él, provocando que me chocara con el árbol.

Escuché como cortaban el aire y en un segundo vi cómo el titán caía al suelo, con la parte de la nuca rebanada.

Unas manos me ayudaron a incorporarme y, tras desenganchar los extremos de mi equipo de maniobras, me llevó a una de las ramas.

—¿Estás bien? —dijo Jean preocupado, dejándome suavemente sobre la superficie.

Sobé mi cadera y me quejé, pero asentí.
Él se agachó y me abrazó.

—Que susto me has dado.

—Oi, no fue mi culpa.

Subió uno de sus brazos a mi nuca y apretó mi cabeza contra su pecho.

—Por dios, no puedo respirar.

Se alejó y dejó un rápido beso en mis labios.
Apartó la vista algo avergonzado.

—Tenía que devolverte esa.

Poco después, aterrizaron algunos de mis amigos.

—¿Estáis bien? —dijo Connie, algo preocupado, mientras se agachaba a mi lado.

—Si, solo ha sido un pequeño susto —dijo Jean levantándose y tendiéndome una mano.

Me levanté y sacudí mis pantalones.
Eché una última mirada a Jean antes de responder a las preguntas con las que Connie me interrogaba.

El bicolor sonrió un poco y agachó la cabeza con un leve sonrojo.