𝑰𝒔𝒂𝒃𝒆𝒍 𝑴𝒂𝒈𝒏𝒐𝒍𝒊𝒂

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Bostecé mientras caminaba hacia la puerta del baño.

Acababa de ingresar en el Cuerpo de Exploración y tenía que prepararme para mi primer día. 

Tras unos minutos, me puse la chaqueta rápidamente para salir de la gran habitación que compartíamos todas las chicas. 

Algunos cadetes ya se encontraban en el comedor, desayunando para comenzar un duro día. Me senté en una de las mesas y al instante, una chica pelirroja se sentó a mi lado.

—¡Hola!

—Te vi ayer... eres Isabel, ¿verdad?

—¡Si! Te acuerdas de mi nombre —sonrió.

—¿Querías algo? —dije dando un bocado a un trozo de pan.

Ella jugueteó con sus dedos y desvió la mirada.

—Acabo de llegar y no tengo ninguna amiga. Todas creen que no merezco estar aquí porque no pasé por la instrucción... Me preguntaba si tú...

—¿Quieres que sea tu amiga? —pregunté, haciendo que ella se sonrojara un poco.

—¡Por favor! Si quieres te puedo presentar a mis amigos, ellos también vienen de la ciudad subterránea. Te aseguro que nos reclutaron por nuestras habilidades...

—Tranquila —sonreí—, será un placer. Soy [Tn].

Tendí mi mano y ella la estrechó con una sonrisa.

Era cierto que ayer en la cena se habló mucho de ese grupo de matones que el Comandante Erwin había sacado de la ciudad subterránea.

Algunos estaban enfadados, ya que no habían demostrado que realmente merecieran estar en aquel cuerpo militar. Otros simplemente no les importaba, se conformaban con que no provocaran problemas al resto.

A mi me interesaban. Debían ser muy buenos para que una persona importante los sacara de ese peligroso lugar y les diera un puesto en el Cuerpo de Exploración.

Después de desayunar con ella, nos dirigimos a la tarima del exterior, donde nos asignaron a jefes de escuadrón para entrenar ese día.

Isabel, Furlan y Levi estaban en el mismo grupo, donde también estaba yo. Debíamos entrenar con el equipo de maniobras tridimensionales en un bosque cercano, cortando la nuca de maquetas de titanes.

Por el camino, Isabel se acercó con sus amigos.

—Oi, [Tn]. Te presentaré —dijo mirando a los dos chicos—. Él es Furlan, se cree superior porque es más inteligente que yo, pero es buena persona.

El chico rubio miró mal a la chica y luego me sonrió.

—Él es Levi —dijo señalando al azabache, quien estaba con los brazos cruzados y con cara de pocos amigos—. Que no te intimide, si le caes bien, puede llegar a preocuparse por ti como si fueras su familia.

—Tsk, vamos —dijo caminando hacia el hombre que nos daba instrucciones.

Pasamos el día conociéndonos y la verdad era que si dejabas atrás su pasado, eran buenas personas.
Aunque no respetaban a los superiores, lo que me causaba mucha gracia, pero me mantenía seria.

Al caer la noche, volvimos a nuestras habitaciones. Todas las chicas conversaban agotadas cuando apareció Isabel.
Todas se callaron y la miraron. Al ver su incomodidad me acerqué a ella.

—Ven conmigo, podemos compartir litera —dije pasando mi brazo por sus hombros y caminando con ella.

Subió a la litera de arriba y la miré confusa desde abajo.

—Oi, yo quiero estar arriba.

—Bueno, yo subí primero —sonrió.

Miré a otro lado molesta y me senté en la cama de abajo. Su cabeza apareció, mirándome con una sonrisa.

—Cuéntame más de ti, ¿cómo llegaste aquí?

—No tenía nada que hacer en Shiganshina. Mis padres querían que trabajara en su tienda, pero eso no es lo mío.

—Pero... ¿por qué el Cuerpo de Exploración? La gente que entra aquí tiene tendencias suicidas, ¿no? Es decir, es muy probable morir ahí fuera.

—Oi, no pienses así. Vamos a sobrevivir.

—Por supuesto, pero cuéntame —dijo emocionada.

Suspiré y presioné el puente de mi nariz con los dedos.

—En la instrucción fui una de las mejores. Quedé de las diez primeras, pero la idea de estar en la ciudad interior era muy aburrida. Y la guarnición no es para mí...

—Necesitas acción, ¿eh?

—Podría decirse que si —sonreí mirando al suelo.

Los días pasaron y forjamos una amistad, aunque por mi parte no era solo eso.

Su actitud, su carisma, me gustaba todo de ella. Prefería no comentar nada de mis sentimientos, ya que no quería alejar a la única amiga que hice.

Nos comentaron que haríamos una expedición al exterior y desde entonces entrenamos más duro que nunca.

Mejoré mucho desde que ingresé en el Cuerpo de Exploración, y eso me hacía seguir adelante.

Llegó el día de la expedición. Todos preparábamos nerviosos nuestras sillas de montar.

Tras unos cambios, estaría en un escuadrón diferente, por lo que no vería a Furlan, Isabel o Levi.

Antes de dividirnos para salir de los muros, me acerqué a ella.
A pesar de la tensión de la situación, tenía una gran sonrisa.

—¡Por fin vamos a ver el mundo exterior! —gritó emocionada.

—¡Si! Es... impresionante. Oi, ¿te puedo contar algo?

—Claro, ¿qué es?

—Sé que debo ser positiva, pero... quiero decirte esto por si no vuelvo con vida.

Me miró algo confundida y yo suspiré, cerrando los ojos.

—Te quiero, Isabel.

Ella sonrió y dio pequeños saltos en su sitio.

—¡Genial!

Se acercó a mí y besó rápidamente mis labios.

—Perdón —dijo avergonzada—, me he...

La corté al darle otro beso corto. En ese momento, nos llamaron para agruparnos.

—Nos vemos luego —sonreí.

—¡Adiós! —se despidió con alegría.

Esa fue la última vez que la vi. Ella murió en esa expedición y en la siguiente expedición, seguí sus pasos.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora