𝑬𝒓𝒘𝒊𝒏 𝑺𝒎𝒊𝒕𝒉 𝑨𝑼🔥

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ESTE ONE SHOT CONTIENE SMUT (sexo explícito), SI NO TE GUSTA ESE TIPO DE CONTENIDO, NO ESTÁS OBLIGAD@ A LEERLO.

Me revolví en la cama y me giré, viendo a mi novio que estaba junto a su escritorio, terminando una de sus clases en línea.

Escuché algunas voces de los alumnos, despidiéndose de su profesor.
Unos segundos después, acabó la llamada, cerró su portátil y se recostó en su silla.

—Por fin acabó el curso.

—Ahora solo nos queda pasar la cuarentena aquí. Solos.

Me acerqué a él, de manera seductora y me senté sobre sus piernas.

—¿Te despertaste con ganas? Anoche ya lo hicimos...

—Lo sé, pero quiero más.

Moví un poco mis caderas y él cerró los ojos, abriendo un poco su boca con una sonrisa.

Le besé y él agarró mis muslos, recargándome para dejarme sobre la cama.

—Solo espera un poco, tengo una videollamada con el consejo de profesores y después seré todo tuyo.

Resoplé y me crucé de brazos.
Él agarró su portátil y se sentó en la cama, recostándose en el cabecero.

Yo me tumbé en los pies de la cama, mirando al techo.

Él comenzó su llamada y habló de cosas aburridas.
Para distraerme, intenté leer un poco, pero no me concentraba.

Después de lo que pareció un siglo, Erwin me miró con una sonrisa y levantó su mano, dejando dos dedos levantados.

—Dos minutos —susurró, para luego dirigir la vista a la pantalla de su portátil.

Rodé mi cuerpo y quedé bocabajo. Aún tenía ganas de tener un rato para nosotros dos.

Flexioné mis piernas, elevando mis caderas y luego mi torso, quedando finalmente de rodillas.
El rubio me miró un poco confuso, pero su mirada cambió cuando pasé mis manos por mi cuerpo, levantando un poco mi camisa —que en realidad era suya— al llevar mis manos hacia mi cabello.

Le miré con una pequeña sonrisa e intentó seguir concentrado en la llamada, aunque apenas despegaba la vista de mí.

Sus dedos tamborilearon nerviosos sobre la cama, esperando colgar para abalanzarse sobre mí.

Desabroché los botones de la camisa lentamente, mirándole de vez en cuando. Él me rogaba con la mirada que siguiera, y así lo hice.

Dejé caer la camisa de mis hombros y miré hacia arriba, pasando mis dedos por mi cuello.

El pasó sus dedos por sus labios, concentrándose en mis movimientos.

La camisa resbaló aún más, dejándome casi desnuda frente a él.
Aún habían algunas marcas en mi piel de anoche, sobre todo algunos chupetones en mi cuello.

Se mordió un poco el labio y volvió a mirar a su pantalla. Unos segundos después, caminé apoyando mis manos en sus fuertes muslos y dejando algunos besos.
Tiré suavemente de sus pantalones, dejándole en las mismas condiciones que yo.

Comencé a dejar besos sobre su piel cuando se despidió, colgó la llamada y cerró su portátil, para luego dejarlo sobre el escritorio. 

Se giró y me miró autoritario. Yo me tumbé en la cama, mirando cómo se acercaba lentamente a mí.

—No deberías haber hecho algo así.

—¿Me he metido en un lío? —dije juguetona.

Él me acechó, comenzando a dejar besos sobre mi piel descubierta y jugando con mis pezones.
Su lengua humedecía la zona y suspiré cuando sentí sus manos acariciar mi piel hasta llegar a mi cuello, donde aplicó un poco de presión y luego se paró en mis mejillas.

Me besó profundamente, y yo moví un poco mi pierna para rozar su miembro, lo que provocó un suspiro de su parte.

El bulto comenzó a crecer y endurecerse, provocando presión sobre mi pierna.

Bajé mis manos por su abdomen marcado y liberé su miembro, comenzando a acariciar su longitud.

Me encantó escuchar sus dulces gemidos junto a mi oído.

Bajó una de sus manos a mi centro y comenzó a mover sus dedos en círculo sobre mi clítoris.

No tardó mucho en correrse por mi gemido y la velocidad con la que le tocaba.
Manchó su abdomen y el mío con el líquido espeso y respiró aliviado, haciéndome cosquillas en el cuello.

Me besó lentamente, acariciando uno de mis pechos.
Después de separarnos, dejó unos besos rápidos sobre mis labios y bajó. Sintiendo mi piel arder bajo sus labios, le pedí que parara.

—¿No te gusta?

—Sabes que prefiero que no bajes.. ahí. Me da mucha vergüenza y no sé qué hacer...

Sonrió de lado y besó mis muslos.

—Pero te encanta que te bese aquí —dijo dejando besos cada vez más cerca de mi centro—. Y aquí... Y aquí...

Jadeé cuando me quitó la ropa interior.

—Definitivamente, adoras que lo haga —dijo lamiendo mi clítoris.

Gemí y mis mejillas se tornaron rojas.
Él sabía que yo prefería mil veces hacerle un oral que recibirlo.
Nunca sabía que hacer y me sentía a su completa merced.

Alcé mis manos sobre mi cabeza y agarré las sábanas, aguantando mis gemidos.
Su lengua era bastante hábil y me estaba volviendo loca.

—E-Erwin... si sigues así... voy a-aah...

Añadió sus dedos a la estimulación que provocaba su lengua, haciendo que llegara al orgasmo en menos de un minuto.

Lamió sus labios y me miró con una sonrisa.

Volvió a ponerse sobre mí, pero esta vez agarró mi cintura y nos dio la vuelta, quedando yo encima de él.

Aproveché que se movió un poco para coger un condón para darme la vuelta, quedando mi espalda contra su pecho.

Se puso la protección y se movió un poco hasta quedar en el filo de la cama, apoyando sus pies en el suelo y teniendo así más apoyo para mover sus caderas.

Su brazo dejó de sujetarme y caí sobre su miembro.
Gemí y sentí sus besos húmedos en mi nuca y cuello.

Lo mordió un poco cuando movió sus manos en mi cuerpo, amasando mis pechos lentamente y pasando sus dedos por mis pezones.

Escuché algunos gemidos bajos y algunos gruñidos de su parte, sobre todo cuando alzaba mi mano y acariciaba su pelo, tirando un poco de él para acercar sus labios a los míos.

No paró de estimularme hasta que llegué al orgasmo.

—Espero que seas consciente de lo que has hecho... Esto no acaba aquí —susurró a mi oído con la voz un poco ronca por los gemidos.

Comenzó a moverse de nuevo, aguantando su propio orgasmo para otra ronda, aunque siguieron algunas más después de esa.

No me arrepiento de haberle provocado, aunque al día siguiente apenas pude caminar.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora