𝑺𝒂𝒔𝒉𝒂 𝑩𝒍𝒐𝒖𝒔𝒆

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Parte 1/2
—Debemos irnos, [Tn] —dijo el señor Blouse.

—No podemos dejarla aquí...

Un titán de dos metros comenzó a acercarse. Sentí que me arrastraban hacia uno de los caballos y me subían a él.

Vi cómo el titán entró en una casa, donde la única mujer que no podía escapar esperaba su cruel destino.

Los demás nos adentramos en el bosque, esperando que los titanes no nos siguieran, aunque primeramente, no sabíamos de donde habían salido.

—Yo creo que han entrado por alguna brecha en el muro —dijo un joven.

—Pero... no puede ser. Los muros nos protegen y...

—No hay otra respuesta, el Muro ha caído. Como hace unos años, la humanidad se verá obligada a retroceder.

Ninguno de los presentes objetó nada.
Nos quedamos en silencio, intentando captar algún sonido en el bosque, alguna señal de que alguien o algo se acercaba.

—Seguro que el Cuerpo de Exploración pasará por aquí y nos pondrán a salvo —dijo una mujer para calmarnos.

—Si —susurré—. No tardarán en llegar.

En el fondo, estaba muy preocupada.
Hace poco, mi mejor amiga de la infancia entró en el Cuerpo de Exploración.
Ella defendía a la humanidad de los titanes, incluso si eso le costaba la vida.

Se escuchó un grito en la lejanía.
No supimos reconocer si era humano hasta que volvió a sonar.

Montamos en los caballos cuando supimos que era una persona humana.

Los caballos corrieron hasta que pararon al encontrarse de frente a una niña.
Reconocía a esa chica. Era Kaya, una de las niñas del pueblo.

—¿Qué haces aquí, pequeña?

—Me había quedado con mi madre... Entró un titán y...

Comenzó a sollozar y la elevé para que quedará sentada sobre el caballo, delante de mí.

—Venga, debemos huir.

—¡No! Una chica... ella me ha salvado y ahora necesita ayuda. Debemos ir con ella.

Los ojos del señor Blouse brillaron por un momento.

—Vamos, debemos ayudar.

Fuimos por la dirección que nos indicó la chica y al acercarnos más, notamos el calor que desprende un titán cuando se regenera, además de la niebla.

Por fin los árboles se quitaron de nuestra vista y vimos a una chica morena al lado del titán y con la respiración acelerada.
Me sorprendió mucho que no llevara el uniforme del Cuerpo de Exploración, pero aún así tuviera esa valentía para enfrentarse a un titán.

Se dio la vuelta y se sorprendió al vernos.

—¡Papá! ¡[Tn]! —gritó Sasha.

El titán movió uno de sus brazos y casi alcanzó a la morena, por lo que se apartó y subió a uno de los caballos libres.

—No he acabado con él, será mejor que nos vayamos.

Espoleó al caballo y nos guió hacia un lugar seguro.

Mientras nos dirigíamos allí, me puse a su lado.

—Te veo bien —dije con una sonrisa.

Ella se sonrojó y acercó una de sus manos a la mía.

—Me alegro de verte, pero ojalá fuera en otras circunstancias —dijo con una pequeña mueca.

La pequeña Kaya estaba en silencio, mirando al frente y sin pestañear apenas.

—¿Estás bien?

—Si —respondió—. Muchas gracias por salvarme.

Sasha sonrió de vuelta y me enternecí.

Al parecer nos dirigíamos a uno de los cuarteles del cuerpo militar, donde ella se cambiaría y se reuniría con su escuadrón.

—¿Por qué no tienes tu uniforme?

—Tuvimos que salir muy rápido para ayudar a la gente y no pudimos cambiarnos.

Su tono denotaba preocupación.
Agarré su hombro antes de que entrara en el cuartel y se giró a verme.

—Todo saldrá bien —dije abrazándola.

Sonrió y me abrazó con fuerza.

Unos días después, supimos que el muro no tenía ninguna brecha, lo que solo aumentó la incertidumbre.

Debido a los destrozos en nuestro pueblo, nos vimos negados a volver.

Gracias a la nueva reina, que ofreció ayuda a todos los afectados, pudimos vivir en una granja al oeste.

El señor Blouse aceptó a Kaya en su familia, tal y como había hecho conmigo cuando me quedé sola.

Hace unos cuatro años, cuando Sasha estaba en la institución militar, perdí a mis padres y él se ofreció a cuidarme, ya que era como otra de sus hijas.

Kaya agradeció la hospitalidad de la familia Blouse.

—Yo me ocupo, Lisa —dijo el señor Blouse, ayudando a su esposa a cargar con parte de la leña que llevaba a la granja.

Ella sonrió y me acerqué para cargar lo que ella llevaba.

Entre los dos pusimos la leña a buen recaudo y cuando volvimos, escuchamos gritos de emoción de Lisa.

—¡Hija mía, estás bien!

Corrí para ver a Sasha en el salón, con una sonrisa y abrazando a su madre.

Al verme, se separó y me abrazó fuertemente.

Repitió lo mismo con su padre y saludó a Kaya, quien se acercó a sus piernas y las rodeó con sus brazos, haciendo que se tambaleara.

Le habían dado el día de permiso, así que estaría allí hasta la mañana siguiente.

—¿Por qué no le enseñas la granja a Sasha mientras hacemos la cena, [Tn]?

—Será un placer —dije sonriendo.

Agarré la mano de la morena y corrí hacia el exterior.

Me dirigí a los establos, donde comencé a cepillar el pelo de los caballos.

—Deberías enseñarme la...

—Quería estar a solas, y este es el mejor sitio —admití.

Ella se sorprendió y se acercó un poco más a mí.

—¿Estás bien? —dijo preocupada.

—No quiero perderte —sollocé.

Me abrazó y la rodeé, sin intención de dejarla ir.

—Te vi tan valiente junto a ese titán, pero me di cuenta del miedo que tenía que murieras...

—Oi, no moriré por ningún titán. Moriré de vieja junto a tí, te lo prometí.

Se separó y elevó una de sus manos.
Agarró mi mano contraria y enlazó su meñique en mi anular.

—Lo prometí.

Esa promesa... No creí que ella se acordara.

El día antes de que ella empezará su instrucción, quise despedirme, pero me fue imposible.

Ella terminó prometiendo que viviríamos juntas y felices, mientras entrelazaba su meñique en mi anular como lo hacía ahora.

—Te quiero, [Tn].

—T-también te quiero, Sasha.

Ahí me di cuenta de que el amor que sentía por ella era algo distinto.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora