∆Colt Grice∆

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—No puede ser —susurré.

El chico frente a mí elevó la vista. Sus mejillas ya estaban rojas por la bebida, pero se tornaron aún más cuando conectó con mi mirada.

Me levanté lentamente, dejando mi botella en el suelo y caminando hasta él para tenderle la mano.

—Vamos, Colt. Si desaprovechas la oportunidad...

No dejó terminar a Porco, ya que se levantó rápidamente, quedando bastante cerca de mí.

Porco nos condujo hasta una pequeña habitación en el vagón del maquinista.
Tenía una caja de carbón en una de sus esquinas y una pequeña ventana cerca del techo.

Porco puso la mano en mi espalda y me empujó, haciendo que yo empujara a Colt y entramos en la habitación a la fuerza.

Me incorporé, apoyando las manos en la fuerte espalda del rubio.
Me levanté a tiempo para echar un vistazo a la puerta.
Porco nos miraba con una sonrisa.

—Maldito bastardo —dije antes de que él cerrara la puerta.

Todo se volvió tan oscuro que parpadeé confusa. Por suerte, la ventana dejaba pasar algo de luz, así que en unos segundos pude ver más o menos bien.

Colt respiraba pesadamente, demasiado nervioso.

—Te has pasado con la bebida, ¿eh? —dije viendo cómo se tambaleaba.

—Estoy bien —dijo apoyándose en la pared a su izquierda y agachando la cabeza.

Su chaqueta y camisa estaban abiertas, por lo que al hacer ese movimiento pude ver su abdomen bastante trabajado.

Aparté la mirada, nerviosa.

De todas las personas que habían allí, la botella tuvo que señalar a Colt.
No le odiaba ni nada parecido, más bien era lo contrario.

Desde pequeña no tuve un rumbo fijo, me quedé sin padres cuando tenía cinco años y a los diez murió mi hermano en el campo de batalla. Mi única opción fue alistarme al ejército de Marley y ayudar a mi país. 

Gracias a mi excelente puntería, me convertí en una de los técnicos que iban sobre el Titán de Carga, disparando a los enemigos. Mis compañeros decían que había unas buenas vistas, pero yo odiaba ver todos esos cadáveres desde esa altura, me hacía sentir superior a ellos, cuando en realidad todos somos humanos.

Conocí a Pieck cuando cumplí los doce, cuando ella se convirtió en marleyana honoraria al conseguir uno de los titanes que Marley poseía. Por lo tanto, también conocí a todos los otros guerreros.

Entablé una buena relación con todos y pronto los vi partir hacia Paradis. Yo me quedé en Liberio, ayudando en el entrenamiento militar de los próximos candidatos a guerreros.

Conocí a Falco cuando comenzó su preparación, era un niño muy bueno y alegre y quería que conociera a su hermano. Al conocerlo me quedé sorprendida. Su hermano era Colt Grice, el próximo portador del Titán Bestia.

Con el tiempo, Falco se convirtió en una especie de hermano menor, pero con Colt, las cosas fueron diferentes. Empecé a sentir algo por él, lo peor era que Falco lo sabía.

Estaba segura de que si no estuviera dormido, estaría muy emocionado por la situación.

—Todo me da vueltas —dijo al levantar la cabeza e intentar separarse de la pared.

—Siempre te sobrepasas con el...

Paré de hablar de inmediato cuando se tambaleó de nuevo hacia adelante, obligándose a apoyarse en la puerta tras de mí. Nuestras respiraciones se mezclaron mientras me sonrojaba.

—Lo siento, yo...

Pude ver sus sonrojadas mejillas cuando levantó un poco más su cabeza. Sus ojos me miraron fijamente y abrió su boca para hablar, pero no pudo articular palabra. 

Yo decidí hacer algo, de todos modos estaba borracho y no recordaría lo que había pasado.

Mis manos se posaron en sus mejillas y poco a poco las bajé por su abdomen.

—[Tn] —jadeó con un poco de sorpresa.

Mis manos llegaron a su cintura y la rodeé con mis brazos, atrayéndole a mí. Apoyé mi mejilla en su pecho desnudo y noté su respiración agitada y sus fuertes latidos.

—E-estás muy cerca —dijo nervioso. Me alejé un poco, pero el brazo opuesto con el que se sujetaba a la puerta pasó por mi espalda y me atrajo a él—. Por favor, no te vayas... Te quiero.

—Estás delirando... estás muy borracho.

—Créeme, sé lo que estoy diciendo —dijo acercando su boca a mi oído.

Estiró su brazo, aunque seguía apoyado, para poder conectar nuestras miradas. Miró mis labios fugazmente y se sonrojó.

—¿En qué piensas? —dije al ver que sus mejillas se volvían más rojas.

—Pienso en lo bien que se sentiría besarte —dijo tímido—, ¿puedo...?

Acerqué mis labios a él lentamente, apenas rozaron cuando escuché unas botas contra el suelo, alguien se acercaba. Presioné mis labios rápidamente contra los suyos y me separé a tiempo.

Porco abrió la puerta bruscamente, lo que hizo que Colt se echara sobre mí. Logré mantener el equilibrio y le ayudé a incorporarse.

—¿Y qué hacían chicos? —dijo Porco con una sonrisa pícara.

Volvimos al grupo. Tuve que ayudar a Colt a regresar y me senté a su lado en el suelo. Agarraba mi mano y besaba mis mejillas muy seguido durante toda la noche.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora