𝑷𝒐𝒓𝒄𝒐 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒊𝒂𝒓𝒅🔥

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ESTE ONE SHOT CONTIENE SMUT (sexo explícito), SI NO TE GUSTA ESE TIPO DE CONTENIDO, NO ESTÁS OBLIGAD@ A LEERLO.

Me colé en la habitación que compartía con mi novio. Había sido un día muy duro en el hospital donde trabajaba y solo podía pensar en tumbarme junto a Porco y dormir para siempre.

Me duché rápidamente y me metí en la cama, solo con una camiseta que había robado del armario de mi novio.

Me acurruqué a su lado y se despertó.

—Hola... 

Me abrazó y se volvió a dormir. Al escuchar su respiración suave y tranquila, no tardé en dormirme en sus brazos.

Me desperté por un ruido fuerte. Me incorporé rápidamente y miré a ambos lados. Porco se enderezó desde el suelo, se había caído de la cama.

Sonreí al verlo despeinado y somnoliento. Volvió a la cama y me abrazó con una sonrisa.

La luz que entraba por las ventanas era muy débil. Suponía que apenas serían las seis de la mañana.

—Llevas mi camiseta, me gusta —dijo mirando a mis ojos.

—¿Estás bien?

—Si... aunque quizás necesite una revisión de la doctora [Tn] —dijo juguetón.

—A ver —dije palpando su pecho desnudo—. Parece que estás bien, solo necesitas una cosa.

Me acerqué a sus labios y le besé rápidamente. Elevó su mano a mi cintura cuando ya me separé.

—Creía que serías más exhaustiva.

—¿Eso quieres?

Él asintió con una sonrisa. Yo me posicioné encima de él y le besé de nuevo.

—¿Te duele aquí? —dije bajando mi mano por su abdomen.

Él asintió y yo acerqué mi boca. Dejé pequeños besos mientras él suspiraba echando la cabeza hacia atrás.

—¿Dónde más te duele?

—Prueba más abajo —dijo con una sonrisa pícara.

Sonreí y seguí bajando mis besos hasta el principio de sus pantalones.

—Para que siga bajando necesito algo a cambio...

Él sabía a qué me refería. Tomó mi mano y me guió hacia él. Puse mis piernas a cada lado de sus hombros y me senté en su pecho. Él acarició mi espalda y pasó las manos por mi cintura. Me levantó y acercó mi intimidad a su cara.

—No llevas nada... que atrevida —sonrió antes de pasar la lengua por mi entrada.

Gemí y tapé mi boca.
Él gruñó mientras hacia presión con su lengua en mi clítoris, haciéndome sentir la vibración.

Sus manos pasaron por mi cintura, por debajo de la camiseta, y subieron hasta mis pechos. Los masajeó mientras seguía haciendo maravillas con su lengua. 

Lo que estaba haciendo me volvió loca.
Para intentar acallar mis gemidos, agarré el cabecero de madera de la cama y acerqué mi boca a mi brazo extendido, ocultando el sonido.

Una de sus manos bajó por su abdomen y comenzó a tocar su miembro.

Estaba cerca del orgasmo cuando escuché uno de sus gemidos. Ese sonido siempre me provocaba. Esta vez hizo que me corriera en su boca.

Tragó mis líquidos y me miró con el ceño fruncido. No era muy común que llegara al orgasmo tan rápido.

—¿Qué te excitó tanto? Has llegado muy pronto.

Mis piernas aún temblaban, así que aprovechó para darme la vuelta y quedar sobre mí. 

Su erección pasó por mi entrada, pero no terminaba de entrar. Sabía que no iba a hacerlo hasta que lo dijera.

—Venga... no es tan difícil. Solo dilo —dijo juguetón, pasando sus dedos por mis labios.

Yo agarré sus caderas y las empujé contra mí. Gemí al sentir el contacto.

—Aaa-ah... ¡aaaah!

Suspiré al escucharle y mis piernas temblaron, él se dio cuenta y sonrió.

—¿Es... es eso? —jadeó entrecortadamente comenzando a embestirme lentamente.

—S-si...

Gemió de nuevo y mordí mi labio después de jadear. Él sonrió y aceleró el ritmo. Sus dedos recorrieron mi vientre y llegaron a mis pechos. Levantó mi camiseta y besó mis pezones antes de morderlos. También mordió mi cuello y dejó algunas marcas.

Su ritmo aceleró y comenzó a mover la cama con su fuerza. Una de sus manos dejó de tocar mis pechos y sujetó el cabecero de la cama, que sonaba por el impacto. Así impidió que chocara contra la pared y dejó de sonar aquel ruido seco.

Cerré los ojos y mordí mi labio inferior. Al abrirlos le vi con una sonrisa, sobre mí y con los músculos de su brazo tensos por sujetar el cabecero.

Su otra mano se posó en mi cintura y ayudó a profundizar sus embestidas.

Abrió la boca y gimió un poco más alto, provocando que arqueara la espalda de placer.

—Porco —gemí, hincando mis uñas en su espalda.

Mis piernas se enroscaron al rededor de sus caderas, acompañando su movimiento.

Mis paredes estaban sensibles y supe que él estaba aguantando mucho.
Al correme, se puso de rodillas en la cama y acercó mi rostro a su miembro.

Comencé a masajearlo mientras chupaba el glande. Gimió y comencé a introducirlo en mi boca.

Sus gemidos dulces me hicieron acelerar mi ritmo. Pronto agarró mi cabeza y la movió arriba y abajo, provocando más gemidos.
Terminó corriendose en mi boca y yo tragué todo el líquido.

Caímos exhaustos en la cama, respirando con dificultad.

Acabamos durmiéndonos por el cansancio. Yo abracé su torso mientras él pasaba sus dedos por mi espalda.

Por supuesto, cuando nos despertamos, hubo un par de rondas más.
Ese chico acumulaba mucha energía.

•ꜱʜɪɴɢᴇᴋɪ ɴᴏ ᴋʏᴏᴊɪɴ• ⚔️ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora