Capítulo 5

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Sirius Black

Me ha costado mucho más convencer a Nora que a Remus, resulta ser que la chica es mucho más histérica que el propio Remus y a cada oportunidad que tiene nos recuerda lo peligroso que es esto.

Nos reunimos todas las noches en la torre de Astronomía para estudiar, Nora nos explica lo que puede, habla acerca de sus clase con McGonagall y también sobre aquel libro que le entregó Dumbledore y que protege con su vida. Al final de día Nora resultó ser una mejor estudiante de lo que esperaba para una Ravenclaw, y es impresionante la forma en la que su voz nos atrae como un imán cada vez que explica algo, hasta Peter, el menos aplicado de nosotros, parece concentrado en cada palabra que sale de los delgados labios de la chica.

Por otro lado, Remus ha decidido acompañarnos para asegurarse de que no hagamos ninguna estupidez. De verdad que a veces no sé qué nos cree capaz de hacer. El único problema con su presencia o la de Nora, todavía desconozco a quién deberíamos adjudicarle esa culpa, es que discuten continuamente acerca de los procedimientos, al parecer no es recomendable tener dos cerebritos en el mismo grupo. Pésima idea.

Desde que comenzamos está loca idea tengo más sueño del normal, creo que nunca he estudiado tanto en mi vida, ni siquiera para una clase. He leído toda la noche el volumen que tomamos de la biblioteca y es verdad que Nora no mentía cuando decía que era un proceso largo y laborioso. Necesitamos más de un ingrediente para la poción y estos tienen que ser obtenidos en condiciones sumamente específicas. 

Ahora entiendo porque Remus no fue tan difícil de convencer, sabe lo complicado que es todo este proceso y que no estaremos acompañándolo varias noches en sus transformaciones, cosa que lo deja más tranquilo, aun así, se esfuerza en verificar que no vayamos a quedar con mutaciones de animales en el proceso. Supongo que cree nos daremos por vencidos antes de lograrlo y así lo dejaremos tranquilo con este asunto del lobo.

Bostezo libremente y sin pudor alguno de que alguien más me vea y continúo andando como un muerto andante por el pasillo lleno de personas. Una chica de quinto año con una bufanda amarilla y negra choca conmigo y no puedo evitar sostenerla para que no caiga al suelo.

—¿Estás bien? — pregunto cortésmente, pero la chica no responde, de hecho, estoy seguro de que no escuchó mi pregunta, podría intuirlo por la sonrisa coqueta que me dedica y la forma en la que mira más mis labios que mis ojos cuando le hablo.

Suelto un ligero suspiro, le sonrío de vuelta y me alejo antes de que me mire esperanzada para que continue una conversación para la que cualquier otro día tendría ánimos. Posiblemente mañana me arrepienta de no haber entablado una conversación con ella.

—¡Black! — escucho a mi espalda y volteo rápidamente esperando que se la chica de quinto año. 

—Ah, eres tú — respondo con desinterés al ver a Roxanne caminar hacia mí. Tiene el cabello rubio de un tono casi blanco, como su hermano Lucius y su padre, Abraxas, recogido en una coleta alta que deja al descubierto su rostro y hace un contraste interesante con sus ojos azul índigo. — ¿Qué quieres Rox? No tengo todo el día.

—Tampoco es que quiera gastar mi tiempo contigo.

—¿Entonces que haces aquí? Mejor ve con Reg, es tu prometido después de todo.

—Ese es el problema del que vengo a hablarte.

Preocupado freno el paso y la volteo a ver para que tenga toda mi atención.

—¿Qué sucede con Regulus?

—Nada grave, sólo que tiene que hacerse cargo de los desastres del hermano mayor cuando debería ser al revés — volteo los ojos cansado y comienzo a caminar de nuevo. Esta mujer a veces es peor que mi madre. — Regulus se ha encargado de todas tus responsabilidades.

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora