Capítulo 42

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Nora Graves.

Vamos de camino en un auto a mi casa. Sirius se mueve inquieto en su asiento, lo que hace que me ponga nerviosa. Quiero lanzarle un hechizo inmovilizante para que se quede quieto, pero seguramente se enoje si lo hago, por lo que prefiero voltear a ver la ventana.

La casa de mi tío abuelo está en el condado de Wiltshire, un lugar tranquilo, con casas antiguas y un silencio reconfortante. El auto nos lleva a una colina en donde los altos cipreses forman un camino hasta una gran casa de piedra con más espacio del que realmente necesitamos.

Bajo del auto y cojo mi baúl, Sirius hace lo mismo con el suyo y mira sorprendido a su alrededor. Los árboles son tan altos que la luz del sol apenas traspasa el follaje, mientras que el camino es ligeramente irregular y tiene piedras por todos lados.

Caminamos un largo rato antes de llegar a la puerta que abre un elfo.

—Queny, le da la bienvenida a la ama Nora y su amigo....

—Queny, él es Sirius Black, Sirius, Queny — los presento. La elfina baja la cabeza y coge nuestro equipaje. — Llévalo a la habitación de al lado, por favor.

—¿Esté es tu hogar? — pregunta Sirius una vez que la elfina se ha marchado.

—Yo no lo llamaría hogar —contesto.

Caminamos por el recibidor para ir a las escaleras, pero para mi mala suerte encuentro a mi tío abuelo, bajando de ellas con un bastón en la mano.

—Hola, tío — saludo. — Regrese.

—Eso ya lo noté — contesta seco, volteo a ver a Sirius con una ceja levantada. — Y veo que trajiste a alguien.

—Es un amigo de la escuela — tomo a Sirius del brazo y lo jalo para comenzar a andar. — Iremos arriba, prometo no molestarte....

Nos detiene poniendo el bastón sobre nuestro pecho.

—Ya tengo suficiente contigo Nora, no tengo que soportar a otro niño — dice fríamente sin apartar la mirada.

Baja el bastón y sigue el camino a su despacho. Sirius no dice nada, pero lo obligo a continuar andando, cruzamos muchas habitaciones antes de llegar a la que Queny rápidamente ha preparado para nuestro invitado. Con una enorme cama, un armario y lindos ventanales que muestran el gran jardín.

—Dormirás aquí, mi habitación es la de al lado, por si tienes algún inconveniente llámame a mí o a Queny. No le hables a ningún otro elfo. — indico. —Tampoco hables con mi tío.

El chico asiente y se sienta sobre la cama nervioso. Creo que preferiría estar en casa de Potter mil veces antes de estar aquí.

—Nora... ¿Estás segura de que funcionará?

—Si te comportas, sí.

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Los frascos están repletos de poción multijugos, uno tras otro. Hice casi tres calderos, así que podría alcanzarnos para dos semanas, lo bueno es que sólo la necesitamos unas noches, pero fue tan fácil robarle los ingredientes a Slughorn que aproveché para hacer más, por si acaso.

Sirius mirada atónito lo que había frente a él. Aproveche que estaba distraído para coger el baúl negro que había por el armario. Lo subo a la cama y saco un lindo traje color negro y una camisa blanca.

—Tomate un trago y cámbiate, aquí está la ropa. Te estaré esperando afuera.

—Espera, espera — dice deteniéndome del brazo. —¿Cómo rayos hiciste todo esto?

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora