Capítulo 66

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James Potter.

Mi mano se desliza del mástil y tengo que sujetarme con fuerza para no caer en el aire. Escucho a Sirius preguntarme si estoy bien, así que levanto una mano y el chico desparece a gran velocidad tras la pelota. Volteo a ver a Evans quien parece enojada de mi descuido y no tengo más que sonreírle de lado intentando tranquilizarla.

Una budger vuela sobre mi cabeza y es mi señal para seguirme moviendo en busca de la pequeña pelota dorada. Thomas Avery y Roxanne Malfoy parecen un par de maquinas con los bates en mano, y sin piedad ni titubeos lanzan las pelotas contra mi equipo. Veo a Regulus en lo alto del campo como un halcón en busca de su presa, es un buen buscador por más que me cueste admitirlo. Su vista es sorprendente y su habilidad para volar aun más. Es un contrincante digno con el cual competir.

Me elevo de igual manera en el campo para tener una mejor vista, pero súbitamente un rayo amarillento pasa frente a mis ojos. No hace falta que lo piense dos veces y me lanzo sobre el aire con la escoba por debajo de mi cuerpo. Regulus también la ha visto y con fija atención en su objetivo va por detrás de mí.

Siento la mirada de todo el mundo en nosotros y los comentarios del chico en la cabina retumban en mis oídos, pero estoy tan concentrado que apenas soy capaz de oírlo. La snitch es escurridiza y va por entre los demás jugadores como si quisiera perdernos de vista a los dos buscadores que queremos alcanzarla. Regulus está a sólo un pelo de llegar a mi lado.

No puedo dejar que ganen esté partido, eso nos dejaría en segundo lugar y no puedo irme de esta escuela sin haber ganado la copa. Hago todos mis esfuerzos para acelerar un poco más y por el rabillo del ojo veo a Roxanne y Thomas que se preparan para golpearnos con la siguiente bludger que venga, aunque mis golpeadores también están al pendiente y confío en que me salvarán de ser golpeado, así que alargo el brazo e intento sostenerla con los dedos. Está a pocos centímetros, casi puedo sentir el aleto de sus delgadas alas. Regulus está cada vez más cerca y me obligo a dar otro empujón hacia en frente con el riesgo de perder el equilibrio.

Sujeto la pelota entre mis dedos y una sonrisa se apodera de mí al mismo tiempo que las gradas estallan en un alboroto. Doy una vuelta en la escoba y me aferro con fuerza para no caer.

—Buen juego Potter— dice Regulus a mis espaldas tendiéndome la mano. Se la estrecho y juntos bajamos al campo.

Regulus termina yendo con su equipo a los vestidores. Siento las manos de mis compañeros golpearme la espalda y no puede haber más que rostros contentos y una adrenalina sobre nuestros cuerpos. Sirius grita emocionado con las dos cazadoras y casi parece que le han dicho que se ha hecho rico en un abrir y cerrar de ojos.

Veo a la señora Hooch acercarse con un trofeo plateado con el escudo de la escuela, tiene grabado el año y el nombre de la casa de Gryffindor en la parte inferior. Lo sostengo en lo alto y siento como mi propio equipo me sostiene en el aire a medida que llegan los chicos de las gradas para celebrarlo.

Veo a Remus, Peter, Evans, Abbott y Graves acercarse para celebrar. Cuando mi equipo me baja le doy el trofeo a los chicos de mi equipo que no dudan en sostenerlo en lo alto para que el mundo se entere de que ganamos la temporada. Nora va directamente hacia Sirius y lo besa sin pensar, el chico la sostiene de la cintura y le corresponde sin titubeos.

Veo a Evans acercarse y deseo que haga los mismo, pero en vez de eso golpea mi brazo con fuerza y sus ojos parecen echar fuego.

—¡Oye! ¡¿Qué te pasa?! — pregunto sobándome en donde me ha golpeado.

—¡¿Por qué haces cosas tan peligrosas?! ¡Pudiste haberte caído!

—Pero ganamos, ¿o no? — intento arreglarlo con una sonrisa, pero no parece funcionar muy bien.

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora