Peter Pettigrew.
—Alguien se divirtió anoche — dice burlón James cuando Sirius entra por la puerta del dormitorio.
—Se supone que ustedes seguirían durmiendo — se defiende el chico.
Son las siete de la mañana, que él usualmente se despierte a las once de la mañana no es señal de que el resto haga lo mismo. Todavía trae la ropa de la fiesta, los tirantes en la mano y la camisa a medio abotonar.
—Espero que no hayas dejado a Graves sola, porque cuando despierte te hará más que picadillo — digo cambiándome de playera.
—No, no. Ella estaba despierta cuando salí — se lanza sobre la cama y se acomoda para vernos. —¿Cómo les fue anoche?
James sonríe de oreja a oreja más feliz de lo que lo he visto antes.
—Evans es perfecta. En serio no entiendo como es que no me había dejado salir con ella antes.
El chico sigue hablando de la pelirroja cuyo dormitorio no está muy lejos del nuestro, pero siento que las palabras se pierden en el aire a medida que mis pensamientos evocan la noche anterior con una sonrisa discreta. Roxanne y su lindo vestido grisáceo, con aquella melena rubia cayéndole sobre los hombros. Lucía simplemente hermosa.
Para ser sincero, creí que sería una noche silenciosa, como aquellas veces que le había hecho compañía en Hogsmeade, en dónde veíamos al resto y comíamos en silencio, pero las cosas no han sido así en lo absoluto. Me habló de su familia, de la educación dentro de la mansión, cosa que no parece agradarle del todo, y también de lo que quería hacer saliendo de la escuela.
—Quiero irme de aquí — dijo mientras tomaba un par de pastelillos para poner uno en cada plato.
—Eso suena muy definitivo — comenté, pero ella sólo se encogió de hombros.
—Hay cosas que tienen que ser definitivas Peter — sus ojos cobalto se centraron en los míos y un nudo en mi garganta se formó al ver la tristeza acompañarlos, aunque para ocultarla Roxanne sonrió de lado. — Tal vez podrías venir conmigo, pero te advierto que no soy muy buena compañera de viaje.
—Tampoco soy el mejor, pero lo intentaré. —Roxanne asintió y me tomó de la mano para bailar. — Espera, cuando te dije que no era buen compañero, eso también incluía el bailar.
—Bueno, para suerte de los dos, mi hermano es un experto bailarín y me enseñó muchos años, así que yo me encargaré de los dos.
Así fue el resto de la noche, Roxanne dictando instrucciones para mover mis pies, mientras una de mis manos estaba en su cintura y la otra la sostenía ella. Bailar no resultó ser tan difícil al final de cuentas o puede que ella resultara ser muy buena maestra o que no podía permitirme hacer el ridículo frente a la chica, me gusta pensar que es una de las primeras dos opciones.
—Peter — me llama Remus a un lado. —Vamos a desayunar, ¿no vienes?
—Sí, sí. — apresurado me levanto, pero James me detiene por el brazo.
—Será mejor que te pongas pantalones amigo.
Sirius ríe y noto que está junto a la puerta ya bañado y cambiado. Cojo uno de los pantalones que reposan en el suelo junto a mi baúl y me lo pongo apresurado.
Acompañado de los chicos salimos al Gran Comedor, que por ser sábado no está tan lleno como de costumbre. Tomo asiento junto a Sirius, mientras que Remus y James se sientan frente a nosotros.
—Al parecer algunos no amanecieron de buenas — dice Remus señalando hacia la puerta, por donde entran las serpientes acompañadas de Nora.
Regulus y Thomas discuten ávidamente con la Ravenclaw, aunque no lo suficiente alto como para hacer un escándalo. Roxanne y Quejicus que los siguen de cerca se limitan a mantener un rostro de desacuerdo, pero sólo comentan cada vez que les parece necesario y no con mucho agrado. Los cinco chicos se sientan en la mesa de las serpientes, pero alejados de los pocos que también están sentados en ella.
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[En Edición]Los Merodeadores: Encuentros
FanfictionJames Potter, Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew, son el grupo de revoltosos, conocidos como los Merodeadores. Cuatro chicos que harán lo que sea el uno por el otro. Severus Snape, Lily Evans y Mila Abbott, los chicos reservados y intelig...