Capítulo 11

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Sirius Black

Regulus me ha pedido verme en a las afueras de la escuela, cerca del Lago Negro y he accedido solamente porque Remus me tiene hasta el copete con que sigue siendo mi familia. Así que aquí estoy, esperando a que mi hermano menor se digne a aparecer, pero la puntualidad es algo que nunca tuvo presente. Tarda diez minutos en aparecer.

—Reg. Espero que tengas que decir algo bueno porque el tren ya está por salir.

—¿A dónde iras?

—Ese es mi problema, no tienes que preocuparte por mí — respondo mirando la estación despreocupado.

—Pero lo hago Sirius, eres mi hermano y lo hago.

—Esteré bien Reg.

—Ven conmigo — me pide con un tono suplicante que me hace apartar la mirada. No quiero volver, de verdad no quiero, pero tampoco puedo dejar solo a mi hermano, no con ella, no con nuestra madre. —Sólo tienes que estar ahí, te cubriré si quieres faltar a la cena o al desayuno, pero ven conmigo.

Miro al cielo, que está de un gris peculiar, suspiro y aprieto el puente de mi nariz cansado.

—Me cubrirás cuando venga papá — termino diciendo. — No quiero escuchar su sermón.

Una ligera sonrisa atraviesa su rostro y no puedo evitar responderle con otra.

—Te veo en la estación — dice cuando ve a sus amigos a lo lejos. Roxanne lo recibe y toma su mano, como si de verdad lo quisiera de esa forma. La rubia siempre le profesa un amor extraño a sus amigos y a Regulus en especial que lo trata como si deseara amarlo, pero algo en ella no se lo permite.

Aparto la mirada cuando por el rabillo del ojo veo a Remus, Peter y James aproximarse, este último toma mi hombro y me hace acompañarlos hacia el tren. Es Peter quien encuentra el compartimiento vacío y sin pensarlo dos veces entremos en él con nuestras cosas.

Miro la ventana ajeno a su conversación, el tren comienza a andar unos diez minutos después y vemos el pueblo desaparecer en el horizonte. La puerta del compartimiento se abre y veo a la chica castaña con la que supongo he hecho las pases hace ya unas semanas, aunque no hemos hablado mucho de todas formas. Sus ojos, de un marrón como el de los árboles, me observan tímidos haciéndome sentir de alguna manera extraño.

—¿Tú otra vez? —le pregunta Remus sorprendido. — Pensé que nos ibas a dejar solos.

Nora voltea a verlo con cara de pocos amigos.

—Un placer verte a ti también Remus, tan lindo como siempre — ignora las caras de Remus y voltea para mirarnos a James, Peter y a mí. —No quiero que hagan ninguna estupidez.

—Define estupidez — pide James sonriendo.

—Hablo en serio Potter — James ríe y pone su mano en el pecho, como si prometiera lo que le pide la Ravenclaw. Ella asiente y nos dedica una última mirada antes de posar sus ojos sobre mí. —Qué bueno que hayas decidido ir con Regulus.

Nos deja solos de nuevo y James alza una ceja esperando algún comentario de mi parte, cosa que no hago. Remus y Peter también están ansiosos de escucharme y lo único que digo para saciar su curiosidad es:

—Mi madre necesita desquitarse con alguien y no quiero que sea con Reg.

—¿Quién diría que eres buen hermano después de todo? — pregunta Remus desde el asiento de enfrente.

—Dile eso a mi hermano. Cree que lo he abandonado y cambiado por ustedes, piensa que no me importa.

—Regulus es todavía un crío, algún día entenderá — comenta James.

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora