Capítulo 46

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Regulus Black.

La carne se ha enfriado y ya no tengo ganas de comerla siquiera. Hago el plato a un lado sin muchos ánimos y comienzo a ponerme de pie. El Gran Comedor está empezando a llenarse y será mejor que salga de aquí antes de que uno de los chicos me encuentre, no necesito que alguien más me recuerde lo que sucedió en el último partido de quidditch.

Me miran como si fuera un perro herido, todos menos Thomas, quien no para de reírse acerca del asunto. La última vez estuve a punto de perder los estribos y golpearlo, pero Roxanne lo hizo por mí y me siento agradecido por eso.

—Regulus — no me detengo y sigo encaminado hacia la puerta, hasta que Nora me alcanza y sostiene mi muñeca con fuerza. — Tenemos que estudiar idiota.

—No tengo ganas Graves — suelto molesto.

—No tienes ganas de nada, eso no es una novedad, pero no te estoy preguntando — la chica bufa y mira detrás de mi con atención. — Agapanto acaba de entrar, viene con la gatita y los Merodeadores.

—Otra razón para salir de aquí — digo, pero ella me sostiene con fuerza y niega con la cabeza. —¿Qué haces? Hay que salir de aquí.

—Te voy a besar.

—¡¿Qué?!

—Así estarán a mano y dejarás de hacerte la víctima en todo este asunto.

—Yo no me estoy haciendo la....

Toma mi rostro con ambas manos y me acerca a ella rápidamente. Es mucho más baja que yo, así que tengo que agacharme para alcanzar su rostro. Sus delgados labios se mueven contra los míos en un movimiento suave. Pongo una mano en su cintura y la acerco más sin pensarlo. Siento las miradas a nuestro alrededor a pesar de que la sala sigue en un su alboroto común.

—Eso fue más raro que besar a Roxanne — comento cuando me aparto de Nora.

—Sí, no te emociones Black. ¿Podemos irnos ya? — se deshace de mis manos en su cintura y acomoda sus lentes para tomarme de la muñeca y seguir caminando a la salida.

La sigo sin rechistar y cuando volteo lo primero que veo son aquellos ojos castaños que me miran con tristeza desde el otro lado del comedor. Inmediatamente aparto la mirada y adquiero una expresión indiferente.

En la entrada no sólo está Abbott, sino que también están Roxanne y Thomas que nos miran entre confundidos y furiosos. Mientras que del lado de los Merodeadores todos tienen una expresión sorprendida, como si el hecho de que Nora y yo nos besemos fuera algo imposible de imaginar, sin embargo, los ojos de mi hermano nos observan fijamente, casi ni pestañea, podría asegurar a que está celoso.

—¿Qué se siente besar a los dos Black? — le pregunto a Nora.

—Son diferentes hasta para eso — responde levantando una ceja. — Es lo único que diré.

—Regulus — interrumpe alguien más acercándose a nosotros. —Tenemos que hablar.

La sangre me hierve dentro del cuerpo, casi puedo sentirla correr, y un montón de formas de golpearlo se atraviesan por mi mente. Remus Lupin está ahí, frente a mí, y en lo único que puedo pensar es en cómo sostuvo a Abbott en los vestidores.

—No creo que esa sea una buena idea Remus — dice Nora observándome preocupada.

—Te veo en diez minutos — le digo a la chica, esta suspira y me zafa de su agarre para seguir su camino.

No hagas ninguna estupidez, la escucho decir en mi cabeza.

Hago un movimiento de cabeza para que el Gryffindor me siga y podamos apartarnos de las miradas curiosas del comedor. Caminamos no muy lejos hasta llegar a un pasillo vació, en dónde me recargo contra la pared y observo la ventana del otro lado.

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora