Capítulo 47

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Sirius Black.

Ya casi marcan las dos.

Me he despedido de James, Peter y Remus porque quiero regresar a casa en aquella motocicleta que sigue esperando a ser usada en la Torre de Astronomía. James dejó su capa para que nadie me viera deambular por los pasillos cuando supuestamente todos ya estaban en el tren.

Estoy a punto de entrar de nuevo cuando distingo a lo lejos dos figuras corriendo hacia el Lago, quiero seguir mi camino e internarme en el castillo, pero podría distinguir esa silueta en cualquier lado.

—¿Sirius? ¿Qué haces aquí? Deberías estar en el tren — dice Mila a mis espaldas.

—Tú también — respondo, pero comienzo a caminar hacía el Lago.

—Olvidé algo y tuve que regresar por él a mi habitación— la Hufflepuff me sigue confundida. — ¿Qué estás haciendo?

Logro ver el Lago desde dónde estamos y lo señalo intentando ver lo que está sucediendo. Regulus entra al agua con la ropa puesta gritando algo que no alcanzo a distinguir, mientras que la segunda figura, es Thomas, que se queda en la orilla mirando como mi hermano se interna en las aguas hacia dónde está...

—¿Esa no es Nora?

No alcanzo a contestarle a Mila porque ya estoy corriendo colina abajo. Regulus sale del agua con trabajos cargando a la chica en brazos. Thomas le ayuda y la ponen en el suelo con cuidado. Mi hermano saca la varita y apunta al antebrazo sangrante de la chica.

Vulnera Sanentur — susurra y el sangrado se detiene. Regulus voltea a mirarme y luego a Mila, por un momento siento la tensión en su mirada, pero voltea a ver a la Ravenclaw que no se mueve. Me arrodillo junto a Reg y Thomas alarga su brazo y toma su pulso.

—Está muerta Regulus. Tenemos que irnos.

—No — mi hermano niega con la cabeza rápidamente y se aferra a Nora dolido.

No puedo moverme, siento que el cuerpo se me paraliza y lo único que soy capaz de ver es el pálido rostro de la chica inmóvil en los brazos de mi hermano.

Thomas alarga el brazo hasta tocar el hombro de Reg y lo obliga a mirarlo.

—Tenemos que irnos Regulus, el tren saldrá en cualquier momento y tenemos que llegar con Roxanne.

Regulus asiente y voltea a mirarme serio.

—Dile a Dumbledore que esto es su culpa.

Se pone de pie y sigue a Thomas de vuelta al tren y pronto desaparecen en la lejanía. El cuerpo de Nora está inmóvil en el pasto, su piel tiene un tono pálido en vez de su usual rosado y sus labios están casi blancos.

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ϕφϕ

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El aire está más tenso que de costumbre en la mansión Malfoy. El Señor Tenebroso mira atento a los chicos frente a él. En la Sala también los acompañan Lucius Malfoy, Narcisa Black, William Parkinson y Theodore Nott. Atentos a los cuatro chicos listos para recibir su marca.

—Deberían ser cinco — dice Voldemort y mueve su mano intentando recordar el nombre de la chica faltante. —¿Dónde está la animaga?

—Nora Graves, mi señor — responde William Parkinson.

—¿Dónde está?

Los cuatro chicos tienen la mirada perdida en el suelo. Thomas aprieta los puños a los costados, el recuerdo de la chica que había sonreído en sus brazos y el de su cuerpo pálido e inmóvil en el suelo, le provocaba querer golpear algo. Regulus, por otro lado, no había dicho palabra alguna, Nora Graves era su mejor amiga, aunque él no lo reconociera en voz alta, verla en el agua hizo que la sangre se le helara de repente y en cuánto Thomas dijo que estaba muerta un silencio se apoderó de los labios del chico.

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora