[En Edición]Los Merodeadores: Encuentros

Capítulo 53

James Potter

Es mi último año y si hay algo que no voy a permitir es que me quiten la copa de quidditch otra vez. El año pasado las cosas no fueron como esperaba para ser mi primer año como capitán, pero estoy listo para hacerlo de una vez por todas y ganar la copa, cueste lo que cueste. 

Parte del verano la dediqué a planear nuevas estrategias con Sirius, era un poco complicado ya que Graves estaba en la misma casa y siendo capitana del equipo contrario no podía saber nuestras nuevas tácticas.

Sirius palma mi hombro para que me tranquilice y me dedica una sonrisa discreta que intento responderle lo mejor que puedo. Aprieto fuertemente el mástil de la escoba y repito lo que tenemos que hacer. El sonido de un trueno a las afueras de los vestidores acompaña al sonar de la lluvia que hay el día de hoy, lo que probablemente sea nuestra mayor desventaja. La lluvia nunca es una buena aliada para el quidditch.

Hechizo mis anteojos para impermeabilizarlos y poder ver la pequeña pelota dorada en el campo y asomo mi cabeza por la carpa. Las gradas están más que llenas y siendo el primer partido de la temporada no dudo que exista más emoción de la habitual.

—Ey, Potter —me llama Sirius. — Te buscan.

Volteo nervioso hacia el otro lado del vestidor y localizo a una chica con el impermeable empapado. Sirius levanta una ceja picarón y se ríe de mí antes de volver a hablar con las otras dos cazadoras.

—Evans. ¿Qué haces aquí? — pregunto sorprendido cuando se quita la capucha y deja ver su cabello rojizo mojado.

—No sé. Sólo quería desearles suerte.

—No necesitamos suerte, pero la agradezco de todas formas.

—Eres un engreído, ¿lo sabías?

Bufo y le dedico una sonrisa de oreja a oreja. Lily se mueve nerviosa sobre sus pies y la miro extrañado.

—¿Estás bien? ¿Tienes frío?

Sin previo aviso me sujeta el rostro y me acerca a ella en un rápido movimiento hasta que sus labios se mueven contra los míos. Ni siquiera me da tiempo de reaccionar porque se aleja súbitamente y sonríe aún más nerviosa.

—No se te ocurra caerte de la escoba esta vez Potter — es lo último que dice antes de salir corriendo de nuevo al exterior.

Me quedo petrificado en donde me dejo y siento que ni siquiera soy capaz de escuchar los gritos al exterior de la carpa, ni la lluvia, ni los truenos. Es como si todo me diera vueltas y la única cosa que me mantuviera en órbita fuera la pelirroja.

—Eso fue rápido — comenta Sirius palmando mi hombro. — Oye, ¿estás bien?

—Evans me besó — susurro.

—Sí y al parecer eligió un mal momento, porque ahora tenemos un partido que ganar.

Me toma de los hombros y me lleva al frente del equipo, en dónde miro una última vez a los chicos y les sonrío. No quiero dar un discurso motivacional, porque creo que Evans me ha quitado las palabras de la boca. Así que Sirius simplemente da un paso al frente y dice:

—No sé ustedes, pero yo tengo ganas de patearles el trasero a los de Hufflepuff.

Suficiente para levantar el ánimo y así entramos al campo, el otro equipo ya está en posiciones y el capitán me espera junto a la profesora Hooch para comenzar el partido.

La lluvia me congela los huesos y en cuanto estamos en el aire, el frío viento me hace titiritear. Vuelo en zona alta, que podría llegar a ser peligroso por los truenos, pero es la única forma en la que podría ver la snitch en todo el campo. Aunque lo que veo no es la snitch, es a una chica pelirroja que me observa acompañada de Remus y Peter, quienes si están concentrados en el partido. Guiño un ojo para ella y sonrío, aunque por la altura dudo que me vea. Siento que el corazón se me acelera de sólo pensar en lo que hizo antes de comenzar el partido.