Capítulo 33

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Sirius Black

Tengo entendido que Regulus salió de la enfermería al día siguiente, porque cuando fui a visitarlo ya no estaba en su cama y ya que él se niega la mayoría del tiempo a hablar conmigo y si lo hace es más cortante de lo usual, tuve que preguntarle a Mila cómo es que estaba.

—La señora Pomfrey dijo que todo está en orden — dice Mila alegre mientras vamos de camino al salón. — ¿Por qué no vas y le preguntas tú mismo?

—Mi hermano y yo no tenemos la mejor relación desde que dejé la casa, pensé que te lo había dicho.

—No habla mucho de su familia, no es un tema que le guste. — responde encogiéndose de hombros. — Y justo por eso deberías hablar con él. Es tu hermano después de todo.

—Reg es demasiado complicado Abbott.

Mila asiente débilmente y se despide rápidamente en cuanto ve a cierta rubia acercarse hacia nosotros. Roxanne no es del agrado de muchas personas, algo que claramente la tiene sin problemas. La Slytherin me da un beso rápido a manera de saludo.

—¿Qué hacías con el Agapanto?

—¿Estás celosa? — pregunto divertido.

—Claro que no — responde volteando los ojos, pero aun así siento un ligero enojo en su voz.

—Estábamos hablando de Regulus — respondo tomándole la mano para caminar. — Ser hermano mayor es más difícil de lo que piensas.

Roxanne bufa, supongo que por el recuerdo de su hermano Lucius, alguien que cabe mencionar nunca fue de mi agrado. Me pregunto que diría acerca de mi relación con su hermana.

—¿Quieres ir Lago? — pregunta Roxanne sutilmente.

—Tenemos clase — ella levanta una ceja divertida y termino por besar su mejilla. — Supongo que no pasará nada si no vamos con Slughorn.

La chica sonríe y me jala para escabullirnos entre los demás alumnos y pasillos que nos separan de nuestro destino. Sostener la mano de Roxanne se ha vuelto algo necesario cada vez que estoy con ella, me he acostumbrado a la frialdad y suavidad de su piel.

Es casi el medio día y el sol brilla sobre nosotros en un cielo despejado que no se acostumbra a ver en estas épocas del año. Roxanne disminuye el paso a medida que nos encontramos más cerca del Lago Negro. Voltea y me sonríe sin más. Es una sonrisa linda y que me hace sentir las conocidas mariposas en el estómago.

Roxanne tiene una careta seria y frívola ante el resto, tal vez en parte es la razón por la que no me interesó desde el principio, pero cuando estamos solos suele sonreírme así y siento que no es la misma chica, es cariñosa y se preocupa en exceso por los que son sus amigos. Es algo que he intentado explicarle a James para que deje de mirarme con desaprobación cada vez que estoy con ella, pero la cuestión es que Roxanne no ayuda mucho para simpatizar con el chico.

Me acercó a ella y le planto un beso que me corresponde al instante. Siento su mano en mi rostro y su dulce aroma a manzana.

—Traje pastelillos de la cocina — dice separándose levemente.

Nos sentamos cerca del agua y Rox saca de su bolso un montón de pastelillos de vainilla con una cubierta de dulce de leche que se ve demasiado bien.

—¿Asaltaste la cocina? — pregunto al ver la cantidad de pastelillos que saca. Tomo uno y lo muerdo dejando que el sabor recorra mi boca. —Esto sabe muy bien. Hiciste bien Rox.

La chica quita el pastel de mi mano y le da una buena mordida antes de regresármelo. Seguimos comiendo tranquilamente mientras dejamos que el sol nos caliente. Es un hermoso día. Volteo para hacer una broma a la chica a mi lado, cuando noto lo distante de su expresión, como si su mente estuviera a miles de kilómetros de nosotros.

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora