Capítulo 64

8 2 0
                                    

Thomas Avery.

Vomito una vez más en el retrete, me recargo contra la pared del cubículo y cierro los ojos intentando recuperar la compostura. Siento el piso frío y mi cuerpo débil al que le gustaría quedarse ahí tumbado todo el día. 

En vez de eso, me levanto y veo mi desayuno de esta mañana desparecer por el váter cuando tiro de la cadena. Camino hacia el lavabo en donde remojo mi rostro e intento quitarme ese asqueroso sabor de la boca. Son los restos de una poción que espero no me asesine. He vomitado la última semana, casi parezco una chica embarazada, si es esto lo que sufren al inicio, no me quiero ni imaginar lo que sería parir a un pequeño engendro.

—Es asqueroso lo que has hecho ahí adentro — dice una voz chillona saliendo de mi cubículo.

—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el baño de las chicas?

—Escuché ruidos y me preguntaba quién sería. Hace mucho que nadie pasa por aquí.

—Supongo que no queremos interrumpir tus berrinches Myrtle.

Cierro la llave y volteo para ver al fantasma que flota a mitad del baño. Tiene sus típicas dos coletas y esos estúpidos lentes sobre su rostro.

—No es bueno que desperdicies así el desayuno — comenta mirado asqueada el cubículo.

Volteo los ojos y me dispongo a ir por mis cosas cuando, una pregunta me asalta de repente.

—Tú estás muerta — la señalo.

—Es muy inteligente por tu parte notarlo — responde furiosa, como si el hecho de recordarle su estado la molestara.

—¿Es doloroso?

Myrtle arruga la ceja y se acerca lentamente hasta quedar frente a mí, si no fuera porque vuela en el aire, sería incluso más pequeña que Nora, aunque no sé si es por el hecho de que esté muerta o porque es demasiado entrometida, pero no me resulta nada atractiva a simple vista.

—No... Sólo fue como si me desmayara de repente. No sentí nada — responde ausente.

—¿Thomas? ¿Qué carajo haces aquí? — pregunta alguien desde la puerta.

Regulus la cierra a su espalda y mira confundido a Myrtle.

—Está desperdiciando su desayuno — acusa la fantasma.

El otro chico ni siquiera escucha lo que dice Myrtle porque me toma del brazo y se despide sin mucho ánimo de la chica. Caminamos por el pasillo, que en su mayoría está vacío, supongo que la mayoría ya está en clase.

—¿Desde cuándo hablas con fantasmas? — pregunta Regulus.

—Ella llegó de la nada, podría haber estado haciendo pipí y no le hubiera importado. Sólo aproveché que estaba ahí para preguntarle si le dolió morir, nada más.

—¿Para qué preguntas eso? — doblamos en la esquina del pasillo y seguimos andando. Regulus chasquea la lengua divertido. — Pregúntale al idiota de Casi Decapitado, apuesto a que para él no fue nada placentero.

Rio levemente cuando Regulus abre la puerta y me deja entrar al salón que ya está repleto de mis demás compañeros.

—Gracias, Regulus — dice el profesor Slughorn a mi amigo que se limita a asentir. — Dígale a la profesora Sprout que es mi culpa el retraso en su clase.

El chico me voltea a ver una vez más y se retira del aula para ir al invernadero. Siento la mirada del resto sobre mí hasta que tomo mi lugar junto a Nora que me mira con una ceja levantada.

[En Edición]Los Merodeadores: EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora