Empezó la convergencia.

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El día seis de Noviembre Elizabeth no pudo más. Fue a ver a Loki desde la mañana y se la paso llorando con él a su lado. Lloro todo el día y ante cualquier pregunta de los demás solo se acercaba más al Dios. Loki no la dejo en ningún momento, no entendía que le pasaba pero si preguntaba claramente ella se iba a ir, así que no lo hizo.

Con el celular envió un mensaje al soldado y le dijo que Elizabeth no iba a ir hoy a la Tierra. James solo le contesto un "cuídala" que según el Dios estaba de sobra, pero de todas formas respondió un "OK"

Elizabeth dejo todo de lado, ya poco le importaba que alguien la viera llorar. Se mostro lo más débil que podía frente al Dios, como nunca se mostro a nadie. Pero bueno... dicen que llorar también es de valientes ¿No? Solo debías estar seguro de con quien lo compartirías, y ella no pensó que se estaba equivocando.

Y así fue como se quedó dormida en la cama del pelinegro mientras él la observaba, ese día Loki recibió muchas visitas en su celda. Unas que claramente no eran para él, pero bueno.

En la noche Odín y Frigga fueron a ver a la muchacha, ya que ella no había ido a la cena. Pero al encontrarse a la joven tan rota y perdida no quisieron moverla. Todos habían notado que su animo fue decayendo a medida que pasaba los días, las lagrimas se incrementaban y sus ojos ya no podían estar mas hinchados. Y ver a Elizabeth durmiendo, aunque no era suficiente, les alivio un poco el corazón.

Al otro día se empezó a hablar, ya estaban acostumbrados al fantasma que era Elizabeth y pensaban que la habían perdido completamente. Ya estaban decididos a que debería ser enviada a su casa por un tiempo más largo, o para lastima de muchos... no volver.

Pero la cara de impresión que pusieron al ver a Elizabeth con su sonrisa verdadera de nuevo no se dejo de notar. Oh, la joven estaba irradiando felicidad. Se preguntarán ¿Por qué? La estúpida flor había empezado a florecer, para mañana estaría excelente y en unos días ella tendría su poción "levanta muertos" ... bueno después le buscaría un mejor nombre, porque eso sonaba a resaca ¿no?

El día 8 Elizabeth estaba segura de que su poción estaba lista, Odín la había dejado bajar a donde tenia las reliquias y ella agregó todo y lo fundió con el fuego de la llama eterna. Padre de todo no pregunto nada, la verdad sentía como si hubiera recuperado 100 años de vida con la sonrisa de la muchacha. Claro que perdió unos 500 años con sus lagrimas... Pero recupero algo ¿Es bueno no?

El regalo que los reyes habían preparado para Elizabeth también estaría listo pronto, esa era la razón por la cual habían estado tan separados. Pero pronto todo mejoraría, avanzaría para bien. O bueno... ese era el pensamiento del Rey de Asgard.

¿Cómo es posible que las cosas nunca resulten como uno quiere?

En la tarde Elizabeth corrió a las mazmorras y se abalanzo sobre el Dios, tirándolo a la cama por el impulso. Algo que Loki no vio venir, pero no le importo la posición en la que se encontraba. Elizabeth lo abrazaba por el cuello y él la sostenía de la cintura.

- Lo logre Loki – soltó la joven – Soy una genio, solo debo esperar un poco y probarla – Elizabeth solo había mirado los ojos del Dios y estaba cómoda... hasta que se dio cuenta de la posición en la que se encontraban ambos – Oh, lo siento tanto – Dijo intentando pararse, pero el agarre del Dios se hizo un poco más fuerte.

Elizabeth dejo de respirar unos instantes, y se quedo perdida en los ojos del Dios. Realmente odiaba estar pasando por esa edad, porque si... todo es culpa de la edad ¿no? Bueno eso era lo que ella esperaba.

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