Se acabaron las vacaciones

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Durante 5 días el pobre Dios de las mentiras pensó en cual podría ser un regalo perfecto para su compañera de castigo, porque si... todos sabían que ella no iba a vigilarlo. La mortal iba a regresar en solo 5 días y él no sabia que dar en su "cumpleaños".

Le estresaba demasiado esto ¿Por qué preocuparse tanto por la muchacha? No tenía idea y sinceramente se lo había dejado de preguntar hace bastante tiempo. ¿Era importante? Tal vez... otra palabra adecuada ¿Era especial? Si mucho, lo trataba diferente y no le importaba lo que se decía de él o lo que había hecho. Y vamos, súmenle el hecho de que al igual que él, le encanta molestar o hacer "travesuras".

Así llegamos aquí, con un Loki dando vueltas por toda su celda, pensando en que dar. Elizabeth tenía razón, diez días era muy poco para preparar algo.

- No pienso cantarle una canción – Dijo para si mismo un poco alto, pero no noto que había alguien sentado hace bastantes minutos en su celda.

- Nunca te vi tan estresado hijo – Frigga miraba al hombre caminar de un lado para el otro. Al parar, se quedó mirándola.

- ¿Cuánto llevas aquí madre? – hablo – No estoy estresado, solo...

- Solo no sabes que darle de regalo a Elizabeth ¿No? – respondió divertida.

- Yo – lo pensó un momento, ¿de que sirve mentirle a alguien que sabe todo sobre ti? Pues de nada – Si, no se me ocurre nada.

- Eres el que pasa mas tiempo con ella, o al que mas le habla. – Le dio una sonrisa – algo se te ocurrirá de entre lo que te pudo haber dicho.

- Siempre llega diciendo que tengo hijos. ¿Quieres que le regale uno? – se empezó a reír, hasta que recordó cuando Elizabeth estuvo enferma.

- Parece que se te ocurrió algo – le dijo la reina intrigada

- Oh, por supuesto madre – Loki la miro a los ojos – Tienes razón, debo darle un hijo. – La cara de la Diosa cambio drásticamente al escuchar eso. ¿Qué estaba pensando su hijo?

- ¿un hijo? – pregunto pensando en que escucho mal

- Exacto – cuando el pelinegro miro a su madre, noto lo mal que habían sonado, de cierta forma, sus palabras – No de esa forma

- Claro – el color volvió a su cara lentamente - ¿Entonces?

- Cuando estuvo enferma me mostro a "su hijo" – Empezó a explicar – Era una bestia, muy pequeña. Creo que se llaman perros. – recordó el nombre – Lo tenia de mascota, pero ella decía que era su hijo.

- Entiendo, lo quería mucho.

- Si, pero según sus palabras... "no está en este mundo"

- Entonces tu plan es...

- Su regalo será un nuevo hijo – dijo feliz

- ¿Cómo piensas buscarle un "nuevo hijo" desde aquí? – pregunto, él la miro, la misma mirada que le daba cuando era pequeño. La mirada que daba para conseguir algo – Quieres que yo lo encuentre ¿No?

¿Es en serio Avengers? ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora