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A veces, en la vida, hay cosas que son más simples de lo que parecen, y Onix Kekek era la muestra clara de ello con decisiones impulsivas de las que después no se arrepentía a pesar de que debería hacerlo.
Le gustaba la vida en el hogar que Carlisle y Esme habían formado con aquellos a los que ahora llamaba hermanos y ella; un estilo de vida que les condenaba pero que les permitía vivir en armonía.
Ella era la más pequeña o al menos, la más joven de toda ma familia de vampiros. Emmett poseía ese papel antes de su llegada, pero era incluso más inmaduro que ella, a tal grado en que la había apodado "bruja" después de su primera cacería cuando volvió con el pelo revuelto, la ropa hecha jirones, con tierra y sangre por todos lados.
Le molestaba, mas no podía quejarse cuando ella le había bromeado llamándolo "gigantón" desde que le vio por primera vez, aunque sí lo era al ser tan alto y musculoso como un fisicoculturista.
En cambio, Rosalie y Edward eran más serios. El cobrizo la había cuidado junto a la rubia desde que la transformó aquella lejana noche de verano en el puerto de Severomorsk.
Para ella, cuidar de la muchachita fue como una especie de impulso maternal que le nació de la nada. Onix era tan pequeña y frágil, asustada a pesar de que su lengua filosa lanzara comentarios burlones y despectivos a diestra y siniestra, sin tener conocimiento alguno de la vida a la que ahora se hallaría encadenada.
Luego llegaron las comodidades. Kekek comenzó a acostumbrarse a la presencia de cada uno de los Cullen y empezó a sentirse más como parte de ellos, embelesada por la dulzura con la que la envolvían, por la diversión y la amabilidad que siempre tuvieron para ella.
Sin embargo, no podía quedarse allí. Le mareaba y hacia entristecer ser su proyecto de redención, el cual Eddie negó un sinfín de veces cada vez que veía esos pensamientos en su cabeza. No sabía cómo llegó a esa idea, pero cayó en cuenta de que nadie podía ser tan bueno, no sin recibir algo a cambio... o al menos eso era lo que cuando mortal le enseñaron.
Así que, cuando decidió ir en contra de las enseñanzas de dieta que le inculcaron como vampiresa, comenzó a cuestionar porqué los animales merecían eso, qué era lo que tenían de diferente a las personas que de ellos si podían beber pero de humanos no.
Nunca olvidaría el gesto de desaprobación de Rosalie cuando llegó sonriendo victoriosa por cazar a un violador; creyó que ella la apoyaría pero se equivocó. Tampoco iba a olvidarse de la de tristeza de Carlisle cuando acabó con un asesino, porque ella también lo era.
Y sus ojitos, que antes relucían brillantes e inocentes en tonos ambarinos, después de aquello, se volvieron oscuros y viles, en un tono carmín propio de una neófita. Parecía que se había vuelto a convertir en una.
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𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper Hale
FanfictionOnix era un pecado, el más sensual y misterioso pecado que Jasper quería cometer. ꒰𝐁𝐑*ૢ。゚⚘݄꒱₊_______________ En el instante en que cayó bajo el hechizo de Onix Kekek, no hubo forma alguna de escapar de él, del canto que le envolvía cada vez que su...