𝟱 𝟰 . 𝙏 𝙚 𝙧 𝙧 𝙖 𝙛 𝙤 𝙧 𝙢

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Para Onix, vislumbrar la pequeña construcción en donde antes no solía haber nada más que naturaleza, la hizo sonreír con melancolía, recordando esas mañanas de soledad en donde solía leer y estudiar un poco, entretenerse para no olvidarse de quién ella creía que era y no echar raíces en el hogar en el que la recibían. Le parecía curioso cómo a partir de lo que inició como un juego casual se había convertido en algo mucho más intenso y sincero de lo que jamás imaginó y agradecía compartir aquello con Jasper Hale.

No le miró, porque en parte le avergonzaban los sentires que no podía pronunciar en voz alta. Pudo escuchar las risas complices que alguna vez compartieron y le brindó alegría el saber que aquellas fueron el comienzo de una aventura tan desenfrenada, exótica y la más bella de toda su vida.

Se quitó el cinturón de seguridad —que no necesitaba en realidad— y acto seguido procedió a sacarse los tacones a sabiendas de que no podría caminar por entre la tierra con aquello, menos considerando que las piernas le temblaban, nerviosa y excitada, con los músculos tensos por la expectativa. Cuando quiso bajar, Jasper ya estaba abriendo su puerta, invitándola a salir del vehículo.

Terminó chillando alarmada cuando el rubio se le fue encima, con intensiones de sujetarla por la cintura para poder cargarla. Se rio junto a él entre sus brazos, embobada con sus cuidados. Al ver que sus piesecitos iban desnudos por esas cosas inoportunas que daban unos zapatos como los suyos, no le molestó en lo absoluto usarlo como una excusa para acortar la distancia, feliz por rodearla y tenerla solo para él.

—Ah, se puede hacer mucho en un par de meses —susurró risueña sobre la boca del sureño, que subió cuidadoso los peldaños del porche.

—También en una noche —jugueteó, con una vocecilla sugerente que la puso a reírse, ansiosa por saber que iban a pasarla muy bien, aun cuando no tenían todas esas cosillas con las que les gustaba divertirse—, ¿qué quieres hacer primero? Podemos ver una película.

—¡¿Estás loco, Hale?! —Chilló dramática, aferrándose a su nuca, despeinándole los cabellitos mieles de esa zona. Le besó con hambre, metiéndole la lengua en un confiado ataque por sentirlo suyo, por atraerlo hacía él. Gimió en su boca cuando la azotó contra la puerta y jadeó sonriente cuando sus feroces labios se le escabuyeron hasta la yugular, chupándola con ganas— quiero desde hace días que me folles, aunque sea un poquito —susurró.

—Eres una niña muy enérgica, amor —le dijo en un ronco ronroneo que la puso a sentirse chiflada, como si fuese en verdad una consentida. Tal vez fue por la mirada brillosa de lujuria y de afecto con algo de diversión la que la hizo sentirse así, o por el hecho de que Jasper cada vez que la llamaba así hacía que su alma estallase en colores brillantes igual a un arcoiris, o probablemente por el alivio que le dio el percibir la erección bajo sus pantalones rozándole en el vientre— pero hoy te portaste mal y por eso mereces recibir un castigo.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora