Onix era un pecado, el más sensual y misterioso pecado que Jasper quería cometer.
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En el instante en que cayó bajo el hechizo de Onix Kekek, no hubo forma alguna de escapar de él, del canto que le envolvía cada vez que su...
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La música sonó por cada rincón de la estancia junto a las risas de Alice y Onix, llenando de vida la fría casa Cullen. Esme se divertía junto a ellas, feliz por ver a sus dos pequeñas disfrutar de una buena tarde y en el fondo Rosalie se contenía las risas alegres con una revista en las manos.
Emmett había ido de compras junto a Polux para algunas cosas que le hacían falta a la menor de la familia para su fiesta de graduación, mientras que Carlisle se hallaba como siempre en el hospital, brindando sus servicios a la salud llenos de bondad.
Se respiraba un aire tranquilo y lleno de armonía; la sintonía con la que se sentía el ambiente era de lo más dulce, por lo menos hasta que Edward entró veloz, subiendo rápido a su alcoba mientras repetía el monólogo del mounstro sin alma.
Nix se le quedó mirando, al igual que el resto de los presentes, sin tener idea alguna de lo que le estaba ocurriendo a su hermano, sin embargo, terminó tragando duro cuando advirtió la presencia de Jasper junto al marco de la entrada, admirándola con detenimiento.
—¿Qué hacen? —Curioseó el ex mayor, con una suave sonrisa en sus labios al detallar montones de ropa repartidas por el rededor de los sofás.
—Ah, Jasper, cariño —saludó Esme con dulzura, con los lamentos de Edward de fondo que todos trataron de ignorar— ¿cómo te fue en la escuela? ¡Llegaron tarde! —Observó animosa, acercándose a él que sonrió enternecido. Tener el recibimiento tan dulce de esa mujer le brindaba calidez y algo de confort que en ese momento necesitaba.
—Solo hubo un inconveniente con Bella, todo está bien —mintió con facilidad, notando a la rusa que le robaba el pensamiento acomodar unas cuantas cosas en la mesita de centro.
—Si es por lo de Jacob Black, ¡si que es un inconveniente! —Chilló Alice, irritada. A ella no le gustaban los metamorfos y sus bestiales comportamientos, sin embargo, aceptaba que si no se llevaran mal seguro muchas cosas serían muy fáciles para los dos clanes— con razón Edward está molesto.
—¡¿Y cómo no voy a estarlo?! —Interrogó él desde el piso superior, planeando ir a buscarla incluso si debía romper el tratado.
Nix blanqueó los ojos, algo cansada del comportamiento de su mejor amigo. Solo se limitó a guardar sus cosas, inquieta y algo asustada por la miradilla insistente que Jasper le dirigía.
—No seas paranoico, Eddie —cacareó Kekek con una sonrisilla divertida hacia el techo, como si pudiese verla— ¿no dijiste que querías que eligiera otra cosa?
—¡No me ayudas, Nix!
Su jovial risita maravilló como siempre al ex mayor, que no se contuvo su sonrisa al verla y solo consiguió con eso apanicarla más. Detestaba que fuese tan lindo y que la conociera tan bien; odiaba ser vulnerable y estar más involucrada de lo que en verdad quería.
