𝟮 𝟲. 𝙅 𝙪 𝙡 𝙞 𝙚 𝙖 𝙣 𝙙 𝙛 𝙞 𝙣 𝙜 𝙚 𝙧 𝙨

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Jasper se veía maravilloso por la mañana con su toga y birrete dorados. Toda su juvenil musculatura y su porte militar la hicieron jadear excitada al verlo listo para la ceremonia de graduación.

No pudo acompañarlos, porque solo podían ir familiares cercanos, pero eso no impidió que fuera a buscarlo al final del evento, lista junto al reluciente auto que Carlisle le obsequió hace poco más de un mes y con el que se marchaba al rinconcito del bosque que reclamaron como suyo.

A él le encantó verla sonriente, esperándolo. Compartieron algunas palabras en compañía de sus padres y ella, reluciendo como el mayor y más atrevido regalo de todos, se lo robó por un rato.

Y sí, le tenía preparado un rico premio que a ambos les fascinó.

Por la tarde, se habían alistado juntos para la fiesta de graduación que Alice llevaba tiempo preparando. Nix le había acomodado el pelo rubio con cuidado y él le ayudó a colocarse el bonito vestido de satín celeste que se le veía de maravilla. Tuvieron que contenerse para no dejar que su apetito les ganara, pero aún así, eso no evitó que se toquetearan lujuriosos, ansiosos por probar de más.

—¡Uy! ¡Aguarda! Tengo algo para esta noche —masculló, en un ronroneo sensual que a él le fascinó de su parte.

Admiró como su delicada silueta femenina se paseó por su alcoba. Se imaginó descubriéndole la piel de alabastro con la lengua, sintiendo cada una de sus curvas en el paladar, con sus gemidos resonando por lo alto en un cántico celestial.

Y es que ella no ayudaba mucho. Era juguetona, se lo dejó en claro cada vez que le miró con sus ojitos ambarinos brillando de lujuria.

—Ven —indicó.

Jasper fue obediente. La siguió tenso por la habitación hasta el cuarto de baño. Onix llevaba una cajita de terciopelo negro entre los dedos, del cual sacó un pequeño control remoto negro, discreto y que apenas se le podría ver a alguien. Acto seguido, sacó un curioso objeto también del tono del azabache. Tenía la forma de un pétalo alargado y muy curvo, de un tamaño que no le cubría ni la palma de su mano; parecía ser muy suave al tacto.

—¿Qué es? —Indagó, algo perdido pero imaginando los milagros deliciosos que seguro hacía. Con ella, había entendido que el placer era mucho más divertido y emocionante de lo que imaginó.

—Su nombre es Julie y esta noche nos va a ayudar a jugar un rato, Jazz —presentó, coqueta y excitada con la idea de pasearse por el medio de los invitados aguardando a por las vibraciones que el juguete le daría según él lo controlara—. Voy a llevar puesto este vibrador toda la noche y tu vas a manipularlo con esto —indicó, tendiéndole el pequeño control.

Él pareció fascinado con aquello. Ambos se sonrieron cómplices y aunque en un principio estaba algo asustada de que no le fuese a gustar la idea, terminó tranquila y relajándose cuando le besó dichoso, ansioso por ponerla a vibrar en los momentos más inoportunos.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora