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Onix se veía feliz y eso regocijaba a Jasper.
Caminaron tomados de las manos por las calles de San Petersburgo, con vagas conversaciones amenas sobre el bello lugar. La vampiresa llevaba a Julie bien acomodada entre los ocultos labios y las suaves vibraciones le generaron un inmenso placer conforme avanzaron detallando la ciudad portuaria; se acostumbró a la delicada tortura parecida a electricidad corriéndole por la intimidad y sabía lo mucho que a él le gustaba provocarla cuando se le acomodaba a la espalda al admirar algo, rozándole la pelvis contra la espalda, en esos juegos que a ambos les fascinaban.
Disfrutaron de su compañía, encaminándose con tranquilidad al hotel en el que se hospedarían. Ya habían hecho la reservación y de alguna u otra forma, Carlisle se había encargado para hacerle entender al personal que podrían provocar algunos daños en la alcoba, de los cuales él se haría responsable.
A Nix le generaba gracia, aunque le generaba curiosidad como logró convencer al gerente.
Durante su travesía, para Jasper fue fascinante escucharla hablar en ruso. Su voz ya entonaba en notas graves, sin embargo, cuando hablaba en aquel idioma parecía incrementar, volviéndola más ruda y exótica.
La admiraba embobado cada que se encargaba de hablar con los rusos que les miraban con curiosidad, dudosos de su perfección, de sus calurosas prendas y de su relación —porque ella lucía muy pequeña de estatura, jovial y enérgica y él era lo contrario— y no iba a negar para nada que se ponía celoso ante la atención que recibía de aquellos osados que se atrevían a hablarle con intenciones que él conocía bien, a pesar de sus miradas de advertencia.
Supuso que se hallaba cansada, porque la conocía bien y sabía que iba a aprovechar la oportunidad para hacerlo enrabiar al responder coqueteos de aquellas personas con tal de ganarse un sabroso castigo, sin embargo, no lo hizo, se limitó a evadir y responder con cortesía, su timbre profundo embelesándolo al hacer uso de sus conocimientos en su idioma natal.
Turisteó con la mejor guía que pudiese tener. A pesar de que la ciudad natal de la vampiresa era el puerto de Severomorsk, se conocía bien San Petersburgo de todas esas veces que había visitado el lugar, con las mismas intenciones con las que iba en esa ocasión y por primera vez, con un acompañante.
—Tienes que comértelo —indicó divertida Onix, tendiéndole una barra de sirok al que le puso mala cara el rubio. Ella volteó los ojos, cansada de su berrinche infantil— eres un turista, debes actuar como uno.
—Nadie sabe que soy turista —susurró en su defensa, firme y con los ojos bien abiertos, lleno de tensión por el perfume de la sangre en las personas aquellas que paseaban alrededor de ellos sin ser conscientes de que dos vampiros estaban a nada de perder el control.
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𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper Hale
FanfictionOnix era un pecado, el más sensual y misterioso pecado que Jasper quería cometer. ꒰𝐁𝐑*ૢ。゚⚘݄꒱₊_______________ En el instante en que cayó bajo el hechizo de Onix Kekek, no hubo forma alguna de escapar de él, del canto que le envolvía cada vez que su...