𝟮 𝟬. 𝙊 𝙪 𝙩 𝙤 𝙛 𝙩 𝙝 𝙚 𝙒 𝙤 𝙤 𝙙 𝙨

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No se había atrevido a acercarse de nuevo, ni siquiera cuando Edward le recomendó hacerlo antes de marcharse junto a su novia a uno de los estados más soleados y cálidos de todos los Estados Unidos. Simplemente se quedó intimidada con la idea de que alguien pudiese llamarla con su alter ego, y prefirió a pesar de que fuese difícil mantenerse lo más lejos de él como le fuera posible.

Rosalie le había protegido, como siempre lo había hecho. Encontró la forma para acompañarla y que no se sintiera desprotegida; así mismo, trató de ayudarla para la cacería que llevarían esa noche tras Victoria, la vampiresa pelirroja que quería matar a su mejor amigo y a su novia.

Se sentía nerviosa y algo asustada. Esperaba no estorbar o por lo menos ayudar lo suficiente para que consiguiera capturar a aquella mujer.

Sacudió la cabeza cuando las memorias le perturbaron y trató de ignorar el hecho de que sus temores la superaban en demasía. Suspiró, volviendo a acariciarse el vientre que parecía arderle en ese segundo, cuestionándose si acaso podía confiar en Jasper Hale.

No, no podía.

—Hay que irnos —masculló a sus espaldas Emmett, más serio de lo que jamás lo había visto. La vampiresa asintió y silenciosa, avanzó rápido por su lado, amarrándose en una improvisada coleta el cabello castaño— deberías ir más cómoda —recomendó.

Sabía que llevaba razón. Mom jeans, un top negro y una camisa a cuadros encima eran para salir a dar una vuelta, pero Nix lo que menos tenía era ropa deportiva como la de su hermano y ni haciendo circo, maroma y teatro conseguiría embobar en las prendas que Rosalie o Alice le prestaban.

—Estoy bien —susurró.

Le hubiese querido creer, pero conocía a la menor lo suficiente para saber que no era así y también, para entender que lo que menos quería Kekek era que alguien estuviese metiendo su nariz en lo que ella llamaría sus insignificantes problemas de niña caprichosa.

Emmett nunca sabría si era así. El único que podía hacerlo era Edward.

Lo vio a la distancia aguardando erguido junto a Alice. Tuvo que morderse el labio inferior y repitiéndose que allí no importaba nada de eso, solo salvar al idiota de su hermano, se puso manos a la obra siguiendo silenciosa a toda la familia.

Iba a determinarse. Se podía morir de miedo pero había prometido que saldaría su deuda costara lo que le costara. Ahora estaba allí metida, sin tener idea de a quién perseguir pero sabiendo que debía hacerlo por el bien de Eddie.

—Por aquí —indicó Alice, corriendo por la espesura del bosque oscuro.

Nix saltó a las ramas que tenía cerca y se balanceó con facilidad por ellas, culumpiándose entre los árboles para seguirles el paso a todos los que corrían veloces siguiendo a la menor de la familia. Tuvo que poner todo su empeño y concentración en ello hasta que se soltó y dejó que su cuerpo cayese sin gracia, a tal punto en que terminó doblándose el tobillo que se reacomodó con facilidad.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora