𝟲 𝟰. 𝙒 𝙤 𝙡 𝙛 𝙏 𝙝 𝙞 𝙣 𝙜

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Cuando regresaron, impaciencia fue lo único que podía sentir. Su hermano y su cuñada aún no volvían, así que a penas y le dio tiempo para poderse acercar a la pequeña infante en la casa. Además, Jacob no dejaba de mirarla, siempre a la defensiva, lo cual ya la tenía enfadada e irritada. La única razón por la que guardaba la compostura es porque le había prometido a Rosalie hacerlo, así como a su propia sobrina, siempre temerosa de lastimarla.

Se limitaba a generar caras graciosas que divertían a la menor. La bebé se reía risueña y en más de una ocasión le estiró sus pequeños brazos esperando a recibir un abrazo de su tía, que nunca llegaba.

Apenas la vio, la bolita de carne le sonrió efusiva. Onix se mostró juguetona y mostrándose infantil, infló las mejillas juntando sus orbes dorados; la recién nacida se rio y le presionó las mejillas, a lo que la rusa le sopló con frescura en su carita, poniéndola a reír.

Jasper se rio junto a Alice, deseando a que Polux estuviese allí pero apenas se había ido hace menos de cuarenta y ocho horas. Emmett también se sonreía por ver tan felices a las dos mujeres que amaba. Rosalie estaba en su completa zona de confort, cuidando de la delicada creatura mientras que Onnie se encargaba de divertirla. Se respiraba un ambiente de tanta tranquilidad, en conjunto del fresco perfume de recién nacido.

—Bienvenida a la familia —escucharon a Esme, así como pasos que repiquetearon a sus espaldas.

—Te ves fabulosa, Bella —aduló Alice, apartándose del camino de la neófita que fue derecha a donde su hija.

—Hay alguien que te quiere conocer —canturreó feliz Carlisle.

Onix sonrió y se alejó para ir junto a Jasper, que le recibió entre sus brazos con velocidad. Se acomodó contenta con su pecho a su espalda y sus manos plantándosele en el vientre. Sus palmas inmensas le tocaron con confianza y juntos solo admiraron el maravilloso encuentro de la madre con la menor.

No iba a negarlo. La primera vez que Renesmee tocó a Onix le fue algo abrumador, justo como le pasaba a la nueva Cullen. Le golpeó con dureza ver el nacimiento de aquella creaturita extraña, por no mencionar, como la observaba. Iba desaliñada, cansada y triste, pero con ojos brillosos de ilusión por ver a una cosita tan extraordinaria como lo era su sobrina.

Sí, Nix era la tía favorita de Nessie pero no debían decirle a Rose.

Pareció sorprendida y maravillada la más joven de las inmortales al escuchar la explicación del peculiar don de la niña, así como el rápido crecimiento que presentaba. Nadie entendía qué era lo que pasaba, pero ya habría tiempo para entenderlo... y ninguno quería pensar que significaba problemas. Ansiaban a vivir tranquilos aunque sea por unos días, solo unos cuántos.

—De acuerdo, suficientes experimentos por un día —remilgó Jacob, intentando quitarle a la ex Swan a la pequeñita que junto a todo el resto del clan Cullen puso mala cara, mientras que Isabella no entendía qué ocurría.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora