𝟳 𝟵. 𝙔 𝙤 𝙪 𝙧 𝙨 𝙏 𝙧 𝙪 𝙡 𝙮

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—¿Segura que tienes que irte? Puedes quedarte un tiempo más —insistió Onix a Gyeong-hui. La coreana se rio risueña y acarició la cabellera de su amiga. La había extrañado a pesar de ser una ermitaña, pero sabía lo mucho que ella tenía por delante y no quería ser una distracción en ese momento. A final de cuentas, existía al parecer toda una eternidad llena de oportunidades para poder continuar con esa amistad que formaron desde hace tanto.

—Tengo a alguien esperando y no es muy paciente que digamos —excusó en un jugueteo, generando una risa para la castaña— además, sé que Charlotte y Peter van a ir por un bocadillo antes de continuar recorriendo el mundo y quiero acompañarlos antes de seguir con lo mío.

—¿Puedo saber a dónde vas? —Curioseó infantil la rusa. Para ese punto, ambas ya llevaban el brazo enredado y caminaron juntas hasta el patio trasero, donde las familias se despedían para continuar sus vidas con su habitual libertad.

Boo chasqueó la lengua y se lo pensó un momento.

—Te enviaré una postal.

—Pero no tienes mi dirección —masculló, con un ligero tono berrinchudo.

—¿No te quedarás aquí? —Preguntó, a lo que la castaña negó, como si fuese un poquitín obvio. Eso hizo reír a la coreana, que entendió que volvería a esa playa que tanto le gustaba y sabía que no lo haría sola—; ¡mírala, que traviesa! ¡Ya te atrepé, niña indiscreta! —Bromeó. Kekek se rio alegre y no lo negó, no tenía sentido hacer algo como eso; a final de cuentas no le generaba vergüenza y le emocionaba la idea de compartir de nuevo su amada privacidad en compañía del sureño—. Debieron haberte acabado cuando tuvieron la oportunidad, vas a ser el terror de ellos cuando controles esos dones.

—Muchas gracias por la fe. Aún me asusta un poco pero creo que podré manejarlo... creo —farfulló. La asiática le sonrió y la abrazó, afirmando a que lo conseguiría.

Las dos continuaron con su camino hasta llegar a donde la pareja de nómadas se despedía de Jasper. Debido a la buena amistad que compartían, desde la llegada del rubio no desaprovechó para pasar tiempo con ella y con el par, disfrutando de ver como las conexiones intensas de su vida se llevaban bien; además tanto Peter como Charlotte y Gyeong-hui, pudieron afirmar que algo los envolvía tan perfecto a Jazz y a Nix que resultaba casi irreal.

Prometieron verse de nuevo en el futuro y por primera vez, al ver esos dejá vús que siempre la incomodaban, lo recibió con gusto, disfrutando de ver la felicidad que se desbordó en la escena.

Cuando se marcharon, ya acostumbrada a poder disfrutar de sus brazos y sus gestos dulces, le envolvió la cintura con suavidad, sonriendo tranquila. A pesar de ser tan bajita le alcanzó a plantar un casto beso en su sedosa cabellera, envolviéndola con cariño. El mundo se veía incluso más luminoso, como si de alguna forma, tuviese una especie de filtro que hacía que cada detalle se viera más alegre.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora