𝟰 𝟴. 𝙏 𝙞 𝙚 𝙙 𝙐 𝙥

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Onix ondeó el brazo por la ventanilla, disfrutando el aire fresco que entraba, golpeando con su rostro despejado por el cabello que se le tiraba hacia atrás con cada ráfaga que le acarició con algo de dureza.

Respiró contenta del fresco aroma natural de aquel planeta verde y basto. El musgo, la humedad, la hierba, los árboles... no iba a negar que no lo había extrañado. El pueblecillo con nombre de utencilio tenía algo que lo volvía inolvidable y meláncolico, lo que la hacía sentir contenta, cómoda y casi como en casa.

—¿Cuánto apuestas a que Alice ya tiene una habitación lista para nosotros? —Pronunció la vampiresa acomodándose de nuevo en su asiento, bajando con cuidado la falda del vestido que se le había subido. El rubio se lo pensó unos instantes, considerando un poco lo que su hermana podía ser posible de prever— aunque dudo que nos vaya a dejar libres. Probablemente nos vaya a tener de sus Oompa-Loompas con los arreglos de la boda.

—¿Qué es un umpa-lumpa?

Oompa-loompa —corrigió risueña, tomándole la mano. El rubio sonrió, escuchándola atento— son unos hombrecitos pequeños, personajes de los libros de Charlie y la fábrica de chocolates —explicó radiante, enredando sus dedos a los masculinos. Le fue imposible no ensanchar más su sonrisa, esa galante y embelesada que a ella le encantaba y la motivo a seguir hablando de aquellos hombrecillos.

Apenas vislumbraron la enorme casa, tenían previsto ver a alguien afuera aguardando a por ellos, pero no hubo nadie. Los dos arrugaron el entrecejo mas no dijeron nada y solo salieron, encaminándose a buscar a su familia.

Le tomó con confianza la mano a Onix y juntos caminaron por el granito hasta la entrada. Se portó caballeroso, abriendo la puerta en un pomposo gesto que la hizo hacer una exagerada y divertida reverencia. Los dos se rieron y avanzaron relajados, escuchando la voz cantarina de Alice regañando a Emmett por haber roto un florero.

La estancia era un revoltijo. Había montones de listones y telas de aquí por allá, cajas con decoraciones, más cajas recién llegadas con los vestidos y zapatos diseñados especialmente para cada una de las vampiresas, un perchero se hallaba en el fondo con trajes nuevos y montones de jarrones que Alice se había encargado de revisar porque todos los detalles debían ser perfectos.

—¿Qué está sucediendo aquí? —Curioseó Onix, sin entender demasiado el enorme caos que había allí.

—Tratamos de sobrevivir a una bomba llamada Alice Cullen —pronunció Polux, que se encontraba sentado en el suelo recortando quién-sabe-qué. La mencionada le miró con reproche.

—¡¿Acaso soy la única que se preocupa porque esto salga bien?! —Chilló enfadada, berrinchuda. Nix soltó una risita junto a Jasper, que había extrañado las actitudes alegres de su hermana consentida.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora