𝙀 𝙥 𝙞 𝙡 𝙤 𝙜 𝙪 𝙚

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Caminó intranquilo por el pasillo buscándola. No tenía idea alguna de dónde se había metido la muy pilla y podía oírla cerca, sus risitas le decían que no se hallaba nada lejos, incluso podía atreverse a decir que se encontraba cerca, mas no era así. Bufó, pensando en lo buena idea que sería darle un buen castigo, de esos picantes que a los dos les gustaba una vez que llegaran a casa por la noche, pero primero debía encontrarla.

—¡Onix! ¡Debemos irnos! —Indicó, impaciente. Observó la hora en el reloj que llevaba en la muñeca, notando que si no se iban, lo más seguro es que estarían tarde y Alice iba a darles una buena reprimenda por eso.

—¡Prometiste tomar el baño conmigo! ¡Ahora tienes que encontrarme! —Refunfuñó berrinchuda desde su escondite, sus pasos duros contra el suelo inquietándola y haciéndola reír— me engañaste, ¡eso no se hace!

—¿Acaso este es nuevo juego que quieres probar? Sal de donde quiera que estés, gatita —pidió, sabiendo bien cuánto la estremecía que la llamase de esa forma fuera de su habitación. La castaña soltó una risita nerviosa, apretándose las manos en la boca para contenerse— no tienes idea del castigo que te voy a dar —murmuró para él, sin embargo, ella lo escuchó fuerte y claro.

Entonces, vio a Polux dándole excusas a Alice, que impaciente y ansiosa preguntaba por el paradero de la pareja, repitiendo que el cronograma se iba a arruinar si no se apresuraban y que a él le tocaría el castigo de no hacerlos llegar.

Tal parecía, ella no era la única que disfrutaría de la noche, porque una vez Pixie Doll se marchó, Ajax sonrió, emocionado.

Se removió inquieta en su escondrijo conforme los duros pasos continuaron y algo se le retorció de mero gusto en el coño, ansiosa y húmeda de entre el medio de sus piernas. Se dio un ligero toque en la zona sensible que la puso a gemir en voz baja, deseosa de que fuese su mano masculina la que la tocara.

—¡Te tengo! —Gritó feliz Jasper tras hallarla metida en una alacena. Ella chilló y trató de quedarse dentro pero su fuerza pudo con ella. La sostuvo con facilidad, ligerita como una pluma con su cuerpecito respondiendo positivo a sus bruscos agarres que lo condujeron a cargarla sobre su hombro, llevándola hasta la alcoba para terminar de alistarla.

—¡Mi cabello se está haciendo un desastre! ¡Tardaremos más! —Gritoneó frenética, emocionada por sus agarrones que le tocaron con descaro la cara interna de los muslos.

Ella le admiró el trasero, que se le enmarcaba con deleite con esos pantalones del smoking, su redondez tentándola a toquetearlo, mientras que el rubio se imaginó deslizando la lengua en su feminidad mojada, con el perfume delicado de su elixir invitándolo a follársela vigoroso.

—Nix, en serio, no tienes idea de cuánto quiero que llegue la noche —dijo ansioso, ronco, palmeándole con fuerza el culo lo que la hizo saltar en su lugar, riéndose inquieta por lo rico que se sintió.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora