𝟳 𝟬. 𝙈 𝙮 𝙉 𝙞 𝙚 𝙘 𝙚

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—Ustedes vienen y van con más frecuencia de la que creí —canturreó alegre Rosalie mientras recibía a la pareja que volvía de las Islas Maldivas.

Onix sonrió y se quitó las gafas de sol aunque no las necesitara porque el clima de Forks siempre hacía que el cielo permaneciera encapotado. Iba a ir a saludar a su hermana cuando un par de pies corriendo llamaron la atención de los inmortales desde el interior de la residencia.

—¡Tía Nix! —Chilló una crecida Renesmee con alegría, corriendo por el pórtico hasta una asombrada rusa que se lanzó a ella con los brazos abiertos— ¡tía te recuerdo, te recuerdo bien! —Exclamó contenta, con sus mejillas sonrojadas demostrando la vida que corría dentro de ella, literalmente.

Kekek recibió a la niña en un divertido abrazo. Con facilidad la alzó en el aire y la menor se rio a carcajadas antes de acomodarse bien en sus brazos. Todos tenían razón, Onix Kekek era pequeñita, de complexión muy delgada y mucho más bella en persona. Para Nessie a pesar de que la podía encontrar a la extranjera entre esas memorias de cuando era bebé, era diferente verla ahora que ya percibía todo con mayor claridad.

—¡Pero mira como has crecido! ¡Si te conocí cuando eras de este tamaño! —Dramatizó alzando su meñique, con la infante bien agarrada a ella— ¿cómo creciste tanto tan rápido? ¿Rosalie se equivocó con tu fórmula?

—En todo caso creo que tú fuiste la que confundió los biberones —jugueteó Rose yendo a darle un beso en la mejilla a la vampiresa. Jasper se acercó a donde el trío con un gesto gentil y alegre, embelesado con la escena de su amada sosteniendo a su sobrina—. ¿No trajeron nada? —Curioseó intrigada al notar que ninguno de los dos bajó ninguna pertenecía del vehículo.

—Tenemos el armario de aquí lleno por Alice —respondió él, sosteniéndole la cintura a su compañera. Saludó en silencio a la pequeña Cullen que aunque le intimidó verlo por todas esas marcas que lo cubrían, le brindó confianza por la cercanía que mostró con la recién llegada.

—Los demás están adentro excepto Alice. Fue a ver a Polux a Seattle esta semana —le dijo.

Ya le parecía curioso a Onix no haberla visto en esos déjà vus complicados que siempre la molestaban.

Entraron escuchando a Renesmee hablar sobre sus clases de piano, lo que ocasionó que de inmediato el lugar se inundara en la melodía del instrumento que se hallaba en la estancia. Blanqueó los ojos por el jugueteo de su hermano y entró al espacio sonriente, viendo al resto de su familia disfrutar de una tarde tranquila.

—¡Chicos, es tan lindo tenerlos de vuelta tan pronto! —Exclamó Esme yendo a recibirlos.

Nessie se bajó de su posición en los brazos de su tía para que se saludasen todos. Estar allí resultó reconfortante para los dos y aunque iban a extrañar la intimidad que les permitía su hogar en el oriente, al estar allí viendo en directo los cambios de la niña de pocos meses pero con apariencia de cinco años, era más tranquilizante. Al menos así, para Jasper sería más fácil ver a Onix que solía carcomerse los nervios por no poder ver a la infante.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora