𝟮 𝟱. 𝙐 𝙨

3.9K 300 89
                                    

• ────────── ✾ ────────── •

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

• ────────── ✾ ────────── •

—Seattle se encuentra aterrorizado. La policía está confundida con la cantidad de muertes y desapariciones. Se especula que pueda ser una nueva pandilla o un asesino en serie —la mujer en la pantalla habló con velocidad, mientras se reportaban sobre la anomalía de los casos aquellos que tanto los traía preocupados.

Se llevó una uña a la boca, mordiéndola con nerviosismo. Lo que más le generaba conflicto de todo eso, quizá era el hecho de que los Vulturis pudiesen encontrarla allí.

—Está empeorando, tenemos que hacer algo —masculló Carlisle apagando el televisor. Bella y Edward acababan de llegar y Nix pensó en lo bonita que se veía la chica Swan en ese outfit casual.

—Se necesita más de uno de nosotros para causar el daño que reportan —farfulló Jasper a su lado, con seriedad y eso a ella no le gustó en lo absoluto— muchos más. Y son indisciplinados, descarados.

—Son neófitos —concluyó el cobrizo.

No era algo que se hubiese puesto a considerar y ahora que lo pensaba, tenía muchísimo sentido, lo cual la preocupó.

—¿Vampiros nuevos? —Dijo Bella.

—Es que, en los primeros meses de transformación... —quiso explicar Onix, sin sentirse cómoda al recordar aquello. Aún podía verse a sí misma sedienta, desesperada por aguantar el ardor en la garganta que no se aplacaba con nada.

—Es cuando somos más incontrolables, viciosos, enloquecidos de sed —continuó por ella Jasper, con una firmeza y seriedad que la puso a temblar e imaginar.

Su acento sureño le maravilló y le hubiese gustado no haberse desconcentrado con sus ideas sucia que le inundaron la mente. Edward incluso gruñó.

—Es una idea seductora —ronroneó Emmett con diversión.

Nix, que seguía hablando consigo misma sobre lo rico que sería que Jasper le hablase así en un momento más íntimo, le dio la razón, aunque no tenía nada que ver ni una cosa con la otra.

—Nadie ha entrenado a estos neófitos, pero esto no es fortuito —prosiguió el rubio, colocándole una mano en la rodilla desnuda. No supo si se burlaba de ella, porque llevaba el gesto muy serio, pero Kekek casi se pone a llorar por la tortura de tener su toque encima y no poder saltarle a la boca.

—Están creando un ejército, Jasper —determinó angustiado Carlisle.

—Por Dios —masculló ella, abochornada.

—Ahora sí tenemos que ir a Seattle —canturreó Mett, alzándose de su posición en el rincón de la estancia.

Los dedos de Jazz se le clavaron en la huesuda rodilla y casi se le escapa un gemido con la delicada presión de su palma contra su piel sensible. Quizá si no fuera porque estaba incrementando su excitación con sus dones, ella no estaría sufriendo demasiado.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora