[Capítulo 13]

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Residencia Noceda

Luz no se encontraba muy bien, y no podía encontrar sus medicamentos. Sabe qué Lucía se las entregó aquel día antes de marcharse, pero ni idea de dónde están, la verdad.

Bien arropadita con su manta, la cuál estaba literalmente limpiando todo el piso, llegó a la habitación de Lucía, y no evitó estornudar levemente antes de querer llamar a la puerta.

Su hermana no respondió, y eso la extrañó, porqué ella sabe qué Lucía está en casa, dado a qué ella misma le dijo qué no saldría a ningún lado.

Habían pasado ya al menos dos minutos, y Lucía no se atrevía a atender a su hermana menor.

Quedándose sin saber qué hacer ahora, apoyó su orejita derecha sobre aquel gran trozo de madera, y se quedó callada un momento, a ver si podía percibir algo de ésta manera.

Y se arrepintió de hacerlo, cuándo escuchó leves jadeos, golpes, y el choque de pieles chocando.

Arqueó ambas cejas, no por la impresión, obviamente, sinó porqué aquello la disgustaba; chasqueó su lengua, y comenzó a caminar cómo un pingüino hacia su propia habitación.

Horas antes-

Amelia había llegado con prisa a casa de las Noceda, (No por qué quería, sinó porqué Lucía le dijo qué estaba ebria, y qué no se sentía muy bien), con la intención de cuidar a Lucía por aquella información.

Fue Eda quién tuvo qué abrirle la puerta, ya qué, a duras penas, Lucía podía hablar o mover alguna parte del cuerpo en particular.

Sí... Ella está frustrada por muchas cosas; por el miedo qué la invade al no saber cómo está Amity sin ella en casa. El hecho de estarse enamorando forzadamente de alguien qué apenas conoce, y por el pavor de no saber si algún día volverán a casa.. Pero, aún así, ella aprecia a Lucía, ya qué, ella sin pensarlo dos veces, la ayudó con el tema de ser su pareja falsa por 6 meses.

No llegaron a la fecha correspondiente, pero le agradece mucho a Lucía por haberse ofrecido a enfrentarse a alguien cómo sus padres; de verdad la quiere por eso.

Casi derribando la puerta de Lucía, Amelia deja ver su silueta, y la Noceda se asusta al verla se aquella manera tan repentina.

Amelia: ¡Ya estoy aquí!- Anuncia la bruja, acercándose a la cama, que era dónde yacía sentada Lucía, para poder abrazarla sin problema alguno-.

Lucía: O-oye, te dije qué estoy ebria, no qué me estoy muriendo, Blight- Protesta Lucía, ahogando su mente perversa en la esquina de sus pensamientos-.

Amelia: Lo sé, lo sé- Deja el abrazo de lado, y toma con cautela los hombros de Lucía, mirándola de arriba a abajo- ¿Qué te sucede? ¿Qué tienes? ¿Te dañaste o alguien lo hizo?- Su mano izquierda suelta a Lucía, y alza este, cerrando su palma en un puño- Si alguien te hizo daño, más bien qué me lo digas ahora.

Lucía: H-hey, nadie me hizo nada... Aparte, ¿Por qué tanta agresividad? Ni qué estuvieras enamorada de mí- Habla con sarcasmo, entrecerrando sus ojos-.

Amelia: ¿E-eh?- Se da cuenta se su error en tartamudear, así qué suelta a Lucía, y acaricia la parte posterior de su cuello- Claro qué no lo estoy... Puede que esté algo molesta por lo sucedido con Alexander, pero te sigo teniendo aprecio por ofrecerte a ayudarme con mis padres y tal..- Una risa nerviosa amenaza y sale de la Blight, causando intriga en Lucía, por saber qué pasó-.

Lucía: E-en fin.. Estoy ebria y necesito a alguien con quién quedarme; mi hermana está enferma, y no puede cuidarme- Atrevida, deja su rostro caer sobre el pecho de Amelia; ahora le dolía la espalda, pero al menos tiene acceso a esa parte del cuerpo de Amelia-.

My BlightWhere stories live. Discover now