[Capítulo 48]

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Residencia Noceda - Sala

Bueno, digamos que la Blight se moría por tomar aquel miembro en sus manos, pero su mente planeaba otra cosa, algo más diferente a eso.

Amelia: ¿Estúpida vida? Más bien, estudia Lucía, te odio, y de verdad no sabes cuánto- Murmuraba resentida la bruja, quitándose a sí misma la chaqueta qué vestía, justo sus pequeños guantes, para luego dejarlos a un lado- Cada y una de los asuntos qué me suceden, siempre están relacionados a ti, ¿Por qué debes estar en todo, eh?

Unas pequeñas quejas salían de la boca de Lucía; se sentía cargada, y tener las manos de Amelia (sin saber que era ella), la hacia sentirse nerviosa.. Pero, al igual en esos momentos, la adrenalina no dejaba de recorrer su cuerpo entero.

Apartando con cariño el antebrazo del rostro de Lucía, Amelia acaricia éste, dejando rastros de "amor" por él.

Amelia: Si tan sólo fueras una persona... "Normal", todo sería más fácil entre nosotras dos, Lucía.- Tenía algo de razón, no podía mentir- ¡Pero no! La persona qué me gusta es una humana desquiciada, a la cuál sólo le interesa el sexo- Bueno.. No era la ocasión de decirle eso a la Noceda- Je, pero amo que seas así, no te voy a mentir- Atrevida, la bruja se levanta de su pequeño asiento ubicado en el piso, para luego acercarse a Lucía, y literalmente sentarse sobre el regazo de ésta-.

Se sentía bien haciendo ésto.

Nada importaba ahora mismo, sólo tener a Lucía.. Odalia la podría matar si se llega a enterar de que su hija, su prodigio ama qué, de alguna manera u otra, le hagan daño; sentimiento causado por Lucía.

Le tiene perdida tener a Lucía cerca, y qué ella siempre le esté insinuando escenas sexuales... Cosas así, la ponen nerviosa, y ama estar nerviosa.

Amelia: Casi siempre has tenido tú control sobre mí, pero ésta vez.. ¿Me das el permiso a mí de hacerlo? Prometo hacerlo bien, mi lindo amor- Obviamente no recibiría una respuesta, pero con el simplemente movimiento de cabeza de Lucía, Amelia lo tomaría con un sí- Muchas gracias- Responde, reemplazando su voz maliciosa, por una de niña chiquita-.

Sus manos, todas atrevidas, se mueven hacia la camisa holgada blanca de Lucía, y las pasa sobre él. Quería sentirla, quería hacerla saber qué ella no era una bruja cualquier; era una bruja qué lograba todos sus objetivos, y qué uno de ellos ahora mismo, era terminar gimiendo el nombre de la Noceda.

Y pensar que la ebria aquí es Lucía.

Amelia: Oye, no es por nada, pero.. No hagas tanto ruido, ¿Sí? Ya dije antes que deseo ahorrarle los traumas a Luz. No quisiera formar parte de ellos- Nah, Luz ahora no era la prioridad, era otra- Sólo lo digo por qué nos conocemos, Lucía- Ríe divertida (juguetona en éste caso), y lentamente introduce su mano derecha dentro de la camisa de la contraria, dejando su izquierda arreglárselas para ir hacia su cremallera-.

No podía salir nada bien, ni nada mal, pero Amelia no se iría a ningún lado si no consigue lo qué quiere. Tenía a Lucía "de su bando", estaba dormida, podía hacer lo que quisiera, y por último, al día siguiente no se acordaría; nada más le acompañaría la resaca.

Realmente.. No quería tardarse tanto en ésto, así qué su mano derecha acompañó a la izquierda después de qué desabrochara la cremallera de Lucía. Tomó de los costados de su pantalón, y comenzó a bajar éstos lentamente, alzándose un poco para dejar la prenda hasta la altura de los tobillos de Lucía.

Amelia: Tan linda para mí.. ¿Verdad que sí, Lucía?- Awww, tan indefensa y sin saber qué pasa.. ¿No era eso fantástico?-.

Su mirada se encariñó con la ropa interior de la latina, pensando en sí arrebatárselo ya, o dejarlo por un momento e ir por otra zona.. AHHH, se veía tan excitante hacer ambas ideas, pero tampoco tenía millones de manos (un Grabpack hubiera servido en éste instate).

My BlightWhere stories live. Discover now