[Capítulo 31]

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Residencia Clawthorne

Todavía era Domingo, la semana no había acabado. Al parecer el Titán/Dios tenía muchas ganas de traerle drama a toda esta panda de homosexuales.

Empezando por dónde se tendría que empezar, eran aproximadamente las 18:40 en la ciudad Isles. No se hacía muy notorio el cambio de hora, haciendo parecer que todavía eran las 11 de la mañana.

Tuvieron en casa la visita de unos amigos suyos. Después de eso, pensaron que estarían tranquilas el resto del día, y que lo único que les tendría que preocupar, era si Luz o Lucía llamaban a su celular; una disque echa de menos a su brujita, y la otra tal que amaría arreglar del todo las cosas con su novia.

No obstante, eso no fue el plan del día;

Eda: Sigo sin entender que haces aquí- La cuchara que sostiene entre dos de sus dedos, es lentamente insertada en su taza de café recién preparada, mirando al invitado que tenía parado delante suyo-.

Lilith: Por una vez en la vida estoy de acuerdo con Edalyn.. Se hace raro tenerte por aquí- La mujer entrecierra sus ojos, observando al chico jugar con su corbata llena de detalles; lo más que se notaba era el color rojo de dicha prenda, con unos puntitos de color blanco-.

Estaban ya casi preparadas para ir a dormir (Eda) o ver alguna serie, pero fue entonces cuándo el timbre del lugar sonó, alertando a las hermanas. A Eda le dio mucha pereza ir, así que por el bien de las dos, Lilith hizo el mínimo de esfuerzo por ir, aunque ya tienen acordado, que las próximas 10 veces, iría Edalyn.

Una risueña sonrisita se presenciaba en su rostro. Tenía un peinado algo común, sin mucho desastre. El color de este cabello era algo como.. ¿Color café con leche? Sí, se podría decir que sí.

Su camiseta era de color blanco. Tenía unos tirantes de color rojo que se enganchaban a la perfección con los bordes de su pantalón, el cual era de color amarillo. Se veía mono, pero a la vez molesto. Esa paleta de colores haría pensar a cualquiera que es un nerd si arreglo.

No aparentaba ser un pringado, pero tampoco alguien que tendría millones de seguidores en las redes sociales. Como bien dijo Lilith, hace años que el chico se presentaba en casa de ellas. La última vez que lo hizo, fue el día que nació la primera Noceda; estaba demasiado feliz como para irse ese mismo día.

Como fuera.

Nervioso, se veía nervioso, pero en el fondo seguro de sí mismo. No pensó que las hermanas Clawthorne le atenderían; fue un milagro, si le preguntan a él.

Hooty: Pensé que sería el mejor día para ello- De ambas manos suyas, sus dedos pulgares se entrelazan con sus tirantes, tambaleándose un poco al cometer la acción- Espero que no sea mucha molestia.. Un amigo mío dijo que seguían enojadas conmigo.

"Enojadas", eso hizo que Lilith le regalara una miradita a su hermana, quién no tardó nada en devolverla. ¿Enojadas? ¿Por qué lo estarían? El chico se fue el día que una niña nació, no era para tanto. Nadie se murió por ello.

Bueno, Camila, pero no tiene nada que ver con el asunto.

Eda: Chico- Agarra el manillar de la taza, tomando un sorbo lo suficientemente alto para irritar a Lilith. Cometida la acción, Edalyn suelta el objeto lleno de nuevo en la mesa- No estamos enojadas.- Sorprende, para el gusto de Hooty-.

Sus dedos dejaron ir ambos tirantes, mirando perdidamente a la mujer de cabello grisáceo. Desde ahí podía ver el reluciente colmillo dorado que portaba Eda; se pregunta si ya decidió morirse con eso puesto.

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