[Capítulo 29]

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Hexside

Lucía estaba muchísimo más que preocupada.

Después de que Amelia le dijera que tenía un gran problema, la chica se fue al servicio sin decir nada, y pues ya saben, se fue a hacerse la manuela. Amelia no quería escuchar a Lucía tocándose, así que, cuando se aseguró de que Lucía cerró la puerta con seguro, hizo un hechizo para retener cualquier sonido proveniente del baño, así podría dormirse sin problema alguno.

Al terminar, Lucía se sintió mal de que Amelia la viera así. Es algo que no controla, y de lo grande que era, el asunto era peor. A veces se pregunta como es que no se da cuenta cuando pasa eso.

Salió del servicio y vio a Amelia dormir tranquilamente. No pudo evitarlo, sonrió. Ahora no tenía muchas ganas de dormir, así que se fue a la mini sala que tenían. Se sentó en el sofá, tomó el control remoto de la TV, y prendió esta, cagádose en todo porque tenía el volumen a 52, aunque no tardó mucho en bajarle el volumen.

Pero, dejando todo eso que pasó ayer a la noche, hay otra cosa que molesta a Lucía; al levantarse, su primer deseo fue ir a donde yacía su amiga, y darle las buenas mañanas. Iba tan contenta (pero con sueño) y preparada otro día más para estar con Amelia, y lo primero que se encontró fue la cama vacía.

Ella dijo "Bueno, se estará preparando", fue a tocar la puerta del baño y no había nadie, no estaba por ningún lado. Se tuvo que tragar su orgullo e ir al cuarto de Leandro a preguntarle a él. El chico dijo que no, y la Noceda no le creyó. Se metió a su cuarto, rebuscó por todos lados, pero sí, él decía la verdad, no había nadie allí.

Y que Lucía supiera, Amelia no se hablaba con mucha gente.

Igualmente, seguía preocupada.

Era Domingo, y venía de hacer una prueba de Matemáticas en la sala 132. Ya había dejado sus cosas en su casillero, y ahora se marchaba al cuarto de Augustus; acordó ir a la biblioteca con él.

Y aunque le diera pereza, debía ir. Lo más seguro es que el chico no tuvo una buena noche, porque esperaba este momento.

Escribiéndole a su novia (Estuvieron hablando toda la noche, ahora estaban algo mejor que antes) con una sonrisita en la cara, Noceda dejó el último mensaje para Nahi y apagó su celular; se estaba quedando sin batería y no llegaría a su habitación hasta más tarde, así que lo mejor era prevenir.

Justo, pero literalmente justo al guardar su móvil y alzar la cabeza, la latina se encontró a su compañera de cuarto. No se veía.. Muy feliz, que digamos. Miraba al frente con cara de pocos amigos, pero la cambió cuando vio a Lucía. Se sonrojó de manera leve, y alzó un poco su mano derecha, saludando a la chica.

Lucía sintió algo ante el saludo de la bruja, pero lo dejó pasar. Había una mujer un poco más alta que Amelia al lado de ella. Tenía el cabello verdoso, como Amelia, pero algo más oscuro y con alguna que otra cana. No se veía mayor, pero tampoco joven. Y.. ¿Qué más podeía decir Lucía? Esa señora se conservaba bien; pedazo de curvas se traía la doñita.

Amelia dejó de caminar cuando vio que Lucía se acercaba. Estaba algo ocupada, pero para Lucía siempre tenía tiempo. La latina notó eso, y se acercó a su amiga. Al igual que las dos chicas, la señora se paró en su sitio, mirando de reojo a Amelia, mientras que alzaba sospechosamente una ceja. Esa cara, esa humana, ese cabello.. Le sonaba de alguna parte, pero no lograba hacer memoria. Ya podía notar las molestas vibras de la chica acercarse a ella.

Lucía: ¡Amelia!- Saludó con ternura, acomodando mejor su cartera- Te estuve buscando toda la mañana. ¿Dónde estuviste?- Ladea su cabeza, completamente olvidándose de la señora que estaba ahí- Me preocupaste mucho- Ríe- Hasta pensé que el idiota de Leandro te había secuestrado o algo por el estilo- Vacila, recibiendo una negación la cabeza de parte de Amelia-.

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