My Blight

[Capítulo 26]

Hexside

La semana transcurrió de lo lindo.

La semana estuvo sin problema alguno.

Al fin Lucía podría morir en paz. Nada loco le pasó en estos 4 días de vida que tuvo.

Se sentía tan feliz..

¡Y no solo por la estupenda semana que tuvo! Sino, porque, mañana, Sábado, era su quedada con Amelia. Hoy habían disputado el partido amistoso de las Banshees, y Amelia asistió, proclamándose una de las animadoras para Hexside.

Fue un partido 100% a favor para Hexside, llevándose así, una gran parte de los puntos en total de juego.

Lo único extraño que se podría decir que ocurrió, fue que Alexander, Leandro y Lucía jugaron juntos. Se caían entre los tres bastante mal.. Pero sorprendieron a todos cada vez que se hacían pases o simplemente asistencias.

Llamen locos/as a la grada, pero se puede notar que solo se llevan bien o entienden dentro del campo.

Cómo fuera, ahora todos estaban en el vestuario (Menos Alexander) festejando que llevado la victoria. Banshees siempre tenía algo, y era el hecho de ganar a toda costa, lo que pasa es que hoy fue por mucho, y al parecer eso les hace felices.

Terminarían de festejar pronto y se meterían a duchar. Pero por ahora, tocaba disfrutar del buen equipo que tenían.

. . .

Lucía: A-ay..- Se queja la morena, cerrando con fuerza sus ojos mientras se aferraba a un lado del banco-.

Si no fuese porque se mordía el labio de la manera más fuerte, pero a la vez sutil, que podía, ese sonido se hubiese escuchado, tanto por todo el vestuario, como por todo el lugar.

Sus compañeros se habían terminado de duchar, y básicamente se habían ido todos a celebrar la victoria por ahí, de cena o así. Boo les acompañó, dejándola sola. Tuvo un mal rato de vestuario con Leandro, pero trató de ignorarlo todo lo que pudo.

Sin embargo, ella todavía seguía ahí, en el vestuario del equipo local, y se había quedado con una linda, bella y preciosa chica.. Llamada Amelia Blight.

Los vaciles, los momentos de coqueteo, el hecho de estar a solas.. Vamos, que una cosa llegó a la otra.

Tantas bromas, por aquí por allá, llevaron a Lucía a contemplar a Amelia agachada delante de ella, con una de sus manos apoyada en el muslo de Lucía, mientras que su otra mano.. Bueno, ya saben.

Amelia: Noceda..- Busca desesperadamente mirar a la susodicha a los ojos, pero esta se sentía tan culpable que no podía ni abrirlos- Deja de quejarte.. Estoy segura de que ya hiciste esto antes. Deja de moverte y de hacerlo más complicado, ¿Quieres?- Pedía con amabilidad, acariciando el regazo de su compañera-.

Amelia tiene razón.. Ya hizo esto muchísimas más veces. No sabe por qué se siente así. No sabe que le está causando el hecho de estar tan paranoica si era una experta en dar y recibir. Algo está mal, algo..

Lucía: ¡Ya lo sé, pero duele!- Echa su cabeza hacia atrás, reprimiendo cualquier chillido que pudiera salir de ella- Luz siempre lo hacía, pero hace tanto que no me hago daño, que ya no me acostumbro- Explica en un hilo de voz, al fin abriendo sus ojos, solo para ver primeramente como es que Amelia le devolvía la mirada-.

La bruja suelta una risa, y desvía su atención de la humana al darse cuenta de que vuelve a poner esa cara de rizzer que siempre pone (Lucía ni hace nada, le sale natural, prometido). Restriega el trozo de algodón sobre la rodilla derecha de Lucía, dándole un último y leve empujón para que el alcohol ayudara más.