My Blight

[Capítulo 4]

Residencia Blight

Odalia: Me estoy arrepintiendo de esto.- Se para en medio de la sala, viendo a los gemelos jugar con dos pelotas de plástico-.

Los gemelos no dejaban de jugar y saltar por todos lados con su magia. Desde que llegaron, no hacían más que chillar, gritar de alegría, y obviamente, molestar a su madre.

Por suerte, Alador, no había querido salir de su sin-ordenar-cuarto, todavía. Realmente quería pasar las vacaciones con su magia, sus experimentos, sus pequeñas tonterías.. Peeero, cómo siempre, haciéndole caso a las ideas de Odalia.

Emira: ¡Tírala Ed, tírala!- Chillaba entusiasta la chica, alzando sus brazos para poder pillar la pelota azul que sostenía su gemelo-.

Edric visualizó por donde estaba su hermana, y se lo pensó dos veces, ya que estaba al lado de su madre, y con su mala puntería, podría darle.

¡Pero no le dio importancia! El chico hizo unas escaleras con su magia de ilusiones, y las subió, golpeando la pelota hacia su gemela, con toda la fuerza que pudo.

El balón se dirigió rápidamente hacia su gemela, pero estampó en el rostro de su madre. Un "Ouh" salió de los labios de Emira, y miró mal a su hermano, quién, con sus manos en el pecho, miró asustado a su madre.

Emira: Edric..- Susurró, notando que él no la escuchó. El chico bajó de su escaleras de ilusión, y mantuvo su mandíbula fuerte, sintiéndose asustado-.

Su hermana rodeó a la mujer, y se paró junto a su hermano, ganándose una mirada de "Ayúdame" de Edric. Emira se encogió de hombros, no sabiendo exactamente como podría ayudar. Ambos miraron a su madre, quién ya no tenía el balón en el rostro, y tenía los puños cerrados.

Edric: ¿E-emira?- Se aferra a su brazo, ya casi temblando. Emira sabía que su madre no iría a por ella, pero era su gemelo, se tenía que quedar igualmente-.

Emira: Tranquilo, solo quédate en silencio.- Ofreció como solución-.

Para cuando el balón rodó por el piso hasta los pies de Ed y Em, Odalia tenía su mano en su collar, acariciándola. Una sonrisa se dibujó en su rostro, ya que se dejó ver a un gran tipo de "fantasma", detrás de ella.

Odalia: Ya sabes a por quién ir.- Le dijo al fantasma, como si eso pasase todos los días. Viendo como su ente comenzaba a perseguir a los gemelos, la mujer caminó hacia la cocina, tomando asiento, acariciando su sien izquierda, y suspirando con cansancio-.

A Amelia ya no se la podía manipular. Amity estaba entre que sí se podía, y entre que no. Y, ¿Los gemelos? Eran un caso perdido. Se escabullían de todos los planes que hacia Odalia, y eso la dejaba mucho más que cansada.

¡Pero no pasa nada! Porque, quiera o no, Amity siempre sería su pequeña conejita de indias. Siempre le haría caso y, eso iba a favor.

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Parque Isles

El grupo favorito de las Boiling City caminaba por el querido parque central de la ciudad. Se había aburrido en casa de Luz, ya que no había mucho que hacer desde que Lucía y Wionna se marcharon.