✄ : ❝ Cuando una cinta se corta puedes hacerle un nudo.
Min Yoongi no conocía mandamientos más allá que los de su propia historia. Jung Hoseok se sabía los diez de memoria.
Se pisaban los talones desde el punto de inicio. Con remiendos en el pecho...
Estaba listo para cumplir con su parte. Listo para recibir el futuro que prometió a toda su familia.
Al menos, eso fue lo que todos creyeron.
A poco menos de una semana para la boda, Yoongi se observaba en el espejo de aquella tienda con el traje que su madre había enviado a diseñar para él. Su pecho se fundía en miseria, sólo podía pensar en eso. La vida infeliz junto a una mujer que no quería tener cerca. La promesa de entregar nietos antes del primer aniversario. La necesidad de manejar un lugar dentro de la empresa haciendo cosas que no quería hacer y que jamás quiso.
Es curioso, pensaba Yoongi, como es que una mentira los hace tan felices.
Sonrió ante la mirada orgullosa de su madre, luciendo aquel traje con altanería.
—Perfecto —le dijo—. Me encanta.
—También a mí. —Se encogió de hombros—. Supongo que era así de sencillo.
—Lo era. —Su madre se levantó y caminó en su dirección—. Tengo un hijo apuesto. Eres inteligente y vivaz, Min Yoongi. Estoy orgullosa de ti.
Soportó casi ahogarse con aquellas palabras. Puta mentirosa. Ella sólo lo quiso cuando hizo lo que le ordenó.
Cuando no era maricón.
Cuando aceptaba sus ofertas y cumplía sus caprichos.
Y Hana Yi fue el mayor de sus caprichos y lo había ganado al fin.
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