36
Julio, 1952.
Se miró las manos todo el tiempo en que habló. Las miradas sorprendidas de sus hermanos eran insoportables. Sabía que estaba siendo juzgado, por más que no dijesen una palabra mientras narraba su historia.
Hissuk tomó una de sus manos cuando ésta comenzó a temblar. Omai hizo lo mismo con la otra. Cuando terminó, a pesar de que se notaba a sí mismo tenso por la reacción que tendrían al respecto, también se sintió aliviado.
Liberar y asimilar en palabras el amor que sentía por Min Yoongi dentro de su pecho fue una sensación indescriptible.
Todo parecía maravilloso. Sonaba a un cuento de aquellos que cuentan a las niñas, sólo que con otro príncipe en lugar de una princesa. ¿Qué problema tenían las personas con ello?
—¿Quién te contó eso? —inquirió Hissuk con seriedad.
—¿Uhm? —Se atrevió a mirarlo interrogante. Tenía las mejillas enrojecidas—. ¿Lo de nuestro padre?
—Sí.
—El padre Jongsu.
—Claro que fue él —se burló Omai—. No podría esperar menos.
—¿Uh?
—Primero, hermanito, no voy a decir que está bien lo que sucedió y mucho menos que lo comprendo, porque en realidad no lo hago. Tú sabes que esto... eso que tú al parecer eres ahora es una enfermedad, ¿no? —Hoseok volvió a bajar la mirada y asintió—. Pero sigues siendo mi hermano y eso no te lo va a quitar nada ni nadie.
—Habla por ambos —añadió Hissuk—. No está bien eso, pero si no te ha hecho daño ese amor que tú dices sentir, da igual... O sea, no da igual, pero... ¿sí me entiendes?
Asintió otra vez, sin mirar a ninguno.
—El punto aquí es otro, pero necesitamos hablarlo con mamá presente. ¿Te apetece verla o lo dejamos para otro día?
—¿Me crees capaz de soportar otro día? —inquirió jocoso—. Apenas me puse de pie hoy.
Con aquello, los tres partieron en dirección a la casa donde compartieron su infancia. Omai intentó alivianar el trayecto con bromas, pero él no podía contener el llanto cada vez que se avecinaba. Estaba destrozado.
Su madre los recibió con una sonrisa, cuya se desvaneció apenas vio el rostro enrojecido e inflamado de su hijo menor. Hoseok sólo permitió que lo estrechase entre sus brazos y le acariciase el cabello hasta calmarse. Se sintió como un niño.
—¿Hace cuánto no lo ves? —preguntó Hissuk a su madre.
—Dos meses.
—Bien.
—¿Qué le sucede?
Le causaba gracia que hablasen de él como si no estuviese allí, pero no tenía fuerzas para replicar. Medio dormitaba en lo que intentaba prestar atención. Dio el permiso a Hissuk con un asentimiento cuando le preguntó si podía contar toda la historia a su madre, pero terminó corrigiendo cierta parte de ella. De todos modos, ella sabía al menos el principio.
—¿Por qué no le has contado? —insistió Omai—. ¿Cuál es la necesidad de ocultarlo?
—No sabía cómo explicarle que ese chico enfermo es hijo de tu padre.
—No me refiero a eso.
—Omai, por favor, ¿no ves como está?
—No es justo —insistió Hissuk.
Sus oídos elevaron su estado de alerta.
—Deja que lo hable con él antes.
—Espera un momento, ¿tú lo sabes? —cuestionó Omai con molestia. Silencio—. No puedo creerlo. ¿Por qué le hacen esto?
—Por favor, hijo, cállate.
Despertó de su estado somnoliento de golpe. Abrió bien los ojos y se levantó del regazo de su madre para después ponerse de pie. Miró interrogante y con las cejas alzadas a las tres personas que estaban frente a él.
—¿Olvidan qué puedo escucharlos?
—Hijo...
—Madre... —interrumpió Hissuk—. Detén esto ahora.
—Ya pasará —murmuró la mujer—. No ha sido nada importante como para que no pueda lograrlo. Se curará y seguirá adelante.
—Ha sido lo suficientemente grave para que el padre Jongsu nos pidiese venir desde Jaepil. Y quiero pensar que estamos hablando como personas adultas. Somos una familia, ¿lo recuerdas? Pienso que quieres conservarla así como está.
—¿De qué están hablando? —cuestionó.
Se sintió aturdido. Escuchó y observó aquella discusión sin mayor entendimiento. Su cabeza no conectó las ideas a tiempo.
—Sólo... dile —pidió Hissuk con suavidad—. O lo haré yo.
—Hissuk...
—Min Yoongi no es tu hermano —habló Omai de una sola vez.
Su expresión decayó junto a la de su madre. Su corazón quiso recordar qué tan rápido podía bombear sangre si se proponía una carrera a sí mismo.
—¿Qué? —musitó.
—No lo es —aseguró Hissuk, alejándose de su madre y acercándose a Omai para darle apoyo—. El Padre Jongsu te mintió.
—¿Por qué haría algo como eso? Él... él sólo lo hizo para protegerme y salvarme del error que estaba cometiendo.
—Ay, por favor, ¿todavía le crees ese papel?
—Él lo cuida, Omai —aclaró su madre.
—¿Y tú cómo sabes eso? Si no hablas con él desde hace... ¿Cuántos años tienes, Hoseok?
No alcanzó a responder.
—Omai... —advirtió su madre.
Hissuk irrumpió y finalizó con su corazón en la mano siendo estrujado con fuerza para drenar toda la paz que quizá quedaba en el fondo.
Y en esa habitación.
Y en esa familia.
Y en su vida entera.
—Min Yoongi y tú no son hermanos, porque tú no eres hijo de nuestro padre.
Los ojos de Hoseok se dirigieron a su madre, quien negó con su cabeza y evitó su mirada.
—Por Dios —murmuró.
—Eres hijo del Padre Jongsu.
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La fragilidad de un nudo ✄ yoonseok.
Fanfiction✄ : ❝ Cuando una cinta se corta puedes hacerle un nudo. Min Yoongi no conocía mandamientos más allá que los de su propia historia. Jung Hoseok se sabía los diez de memoria. Se pisaban los talones desde el punto de inicio. Con remiendos en el pecho...