24
Marzo, 1951.
Hoseok se sentía inquieto, miraba de un sitio a otro, intercalando entre los padres de Yoongi y el padre Jongsu. Los tres lo acorralaron, sentándose frente a él dentro de la parroquia.
El principal motivo era solicitar su ayuda para establecer una relación cercana con Yoongi, con el único objetivo de obtener su confianza y terminar de convencerlo para que hiciese lo que ellos querían. Hilarante considerando que apenas habían hablado en un par de ocasiones y no era como que se llevasen del todo bien.
—No comprendo qué es lo que me están pidiendo —aclaró.
El padre Jongsu parecía de acuerdo con todo aquello, sonreía con amplitud y asentía a todo lo que Min Seohyeon decía. Todo lo contrario a Yejun, quien permanecía en silencio y con expresión impasible.
—Creo que sí entiendes —aseguró el sacerdote.
—No, realmente.
—Hoseok —habló Seohyeon esta vez, con voz suave y una diminuta curva en sus labios—. Seré directa, ¿está bien?
—La escucho —cedió, asintiendo.
—Queremos... No, necesitamos, que te conviertas en el consejero de Yoongi, que te acerques a él como lo vienes haciendo.
¿Lo estaba haciendo? De ser así, era el único que no se percataba de ello.
—No hago eso —musitó.
—¿No te llevas con él? —inquirió el padre Jongsu—. Creí que sí.
—No hablamos, la verdad.
—¿Y podrían hacerlo?
—Depende..., ¿qué es exactamente lo que necesitan de mí?
—Ayuda con... su problema. —Seohyeon se aclaró la garganta apenas Hoseok alzó una ceja interrogante—. No con su enfermedad, ya sabe cuál, sino con su condición. —Silencio—. A mi hijo..., ya sabe..., lo que hablan las personas de que..., uh, qué vergüenza. —Se cubrió los labios con la mano empuñada por un momento y tomó un respiro—. Yoongi dice que le gustan los hombres. De manera... sexual, así como debería gustarle una mujer.
El rostro de Hoseok luchaba con mantenerse impasible e ignorar la expresión petulante que su superior formó en su rostro con dirección hacia él, prácticamente gritando «te lo dije». Pero Hoseok ya lo sabía, el mismo Yoongi se lo confirmó para luego decirle que le parecía lindo, razón número uno por la que decidió tomar distancia.
¿Podía siquiera hacerle retomar su camino?
¿Podía siquiera tener en cuenta ayudar a la familia que arruinó la suya?
—Usted sabe que es una situación aberrante —añadió Seohyeon ante su silencio, insistiendo—. Es algo que ha provocado una vergüenza descomunal a toda nuestra familia. Llevamos años luchando contra eso y ya no sabemos qué hacer. El padre le habrá contado que en algún momento de la adolescencia de Yoongi él lo intentó, pero nunca dio resultados.
Le dio una rápida mirada al sacerdote, quien sólo asintió y se encogió de hombros con resignación, como si sintiese dolor ante su fallo, cosa que evidentemente no era cierta. El hombre parecía disfrutar del sufrimiento casi agónico de Yoongi.
—¿Están seguros de que soy una buena opción para hacer algo así? No tengo experiencia, ni siquiera sé cómo proceder.
—Es que no debe hacerlo. Sólo queremos que... lo doblegue un poco. Quizá si encuentra un amigo en usted, las cosas salgan mejor para todos.
No tenía sentido. Era la ridiculez más grande que Hoseok había escuchado en toda su vida. Parecía una mala broma que le estuviesen confiando una situación y dilema familiar tan complejo a un aparecido, sólo porque era claramente más joven que el sacerdote experimentado.
—Hazlo por su bien —mencionó el padre Jongsu.
¿Hoseok aceptó? Por supuesto que sí. Hoseok tomó la palabra de todos y les dio la suya con la única intención de mejorar las cosas y hacer un bien. O al menos intentarlo. Es por ello que se lo encontró casualmente aquel día de lluvia. Y por lo que Judith le otorgó información que no debía conocer sobre Yoongi. Hoseok lo sabía casi todo.
Sólo necesitaba ganárselo a él.
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La fragilidad de un nudo ✄ yoonseok.
Fanfiction✄ : ❝ Cuando una cinta se corta puedes hacerle un nudo. Min Yoongi no conocía mandamientos más allá que los de su propia historia. Jung Hoseok se sabía los diez de memoria. Se pisaban los talones desde el punto de inicio. Con remiendos en el pecho...